Agencias – Las familias catalanas afectadas tampoco pueden llegar al final del mes; ni pueden pagar el alquiler. Mientras, el secesionismo de Juntos Por El Sí y la CUP está con lo suyo cada día con romper la Unidad Nacional. ¿Y los catalanes; pues, abandonados a su suerte? Hasta la fecha de hoy, viernes 18 de noviembre de 2016 (desde hace 2 meses), los vecinos deben subir y bajar la escalera iluminándose con la luz de sus teléfonos móvil. Una veintena de familias catalanas vive desde hace dos meses sin electricidad en un edificio de Terrasa, un municipio español conocido como Égara Romana o Egosa Íbera, ubicado en la provincia de Barcelona (comunidad autónoma de Cataluña). El propietario del inmueble no cambió el contador de obra y los vecinos no se pueden hacer cargo. Terrasa (España), viernes 18 de noviembre de 2016. Fotografía: Una de las familias catalanas afectadas por el corte de subministro de electricidad por Endesa en Terrasa (Barcelona) en una imagen de TV3. Lasvocesdelpueblo.
Al inicio de la próxima semana del 21 de noviembre de 2016, se instalará un nuevo contador que permitiría a estas familias catalanas volver a tener electricidad en sus pisos. Algunos vecinos, sin embargo, todavía se muestran escépticos.
Cada familia del inmueble se ha ido arreglándose para poder afrontar la situación. Es el caso de Eva Cabrera, por ejemplo. Esta catalana ha optado por comprar un generador que le permite calentar el agua durante un par de horas. Otra persona como Carlos Moreno, pidió a los vecinos de otros bloques que le echen un cable hasta su nevera.
Vídeo de las declaraciones de las familias catalanas afectadas
Poco después de darse a conocer, habría habido un principio de acuerdo para desbloquear la situación. Según han explicado los vecinos en declaraciones esta noche de jueves 17 de noviembre de 2016 a la televisión pública de Cataluña, TV3, se habría llegado a un entendimiento entre las partes, con la mediación del Ayuntamiento de Terrasa para volver a conectar la luz en el edificio.
Los vecinos han aceptado la propuesta de la empresa Endesa de pagar el suministro de luz, con carácter provisional, unos 3.000 euros, y el propietario se habría comprometido a asumir su instalación definitiva, en 2 o 3 meses.
Al inicio de la próxima semana del 21 de noviembre de 2016, se instalará un nuevo contador que permitiría a estas familias catalanas volver a tener electricidad en sus pisos. Algunos vecinos, sin embargo, todavía se muestran escépticos.
Sin embargo, hasta la fecha de hoy, viernes 18 de noviembre de 2016, los vecinos deben subir la escalera iluminándose con la luz del móvil.
El Ayuntamiento de Terrasa señala que el bloque no tenía los suministros dados de alta y sólo disponía de la luz de obra.
José Barragán, es una de las personas que vive en este edificio sin luz de Terrasa, ha comprado una cocinita y una estufa de gas cansado de esperar para volver a tener electricidad.
«Cuando llegamos empezamos a pagar el alquiler, íbamos muy bien pero nos empezaron a cortar la luz, nos enteramos de que se debían dinero a Endesa, pero no nosotros, sino el dueño del bloque».
Cada familia del inmueble se ha ido arreglándose para poder afrontar la situación. Es el caso de Eva Cabrera, por ejemplo.
Esta catalana ha optado por comprar un generador que le permite calentar el agua durante un par de horas. Otra persona como Carlos Moreno, pidió a los vecinos de otros bloques que le echen un cable hasta su nevera.
Los que lo tienen más complicado son los inquilinos con hijos pequeños. Es el caso de María Guerrero, que califica su día a día como un «no vivir».
«Yo aguanto para que el niño se queda a comer en la escuela. Pasamos frío y, para no pasar frío, dormimos todos juntos en la misma cama».
La concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Terrasa, Lluïsa Melgares, apunta que «si (los vecinos) no son abonados, no tienen protección legal», por lo que se encuentran en una situación de «riesgo absoluto».
TV3 ha intentado ponerse en contacto con el propietario del inmueble, pero hasta ahora no ha sido posible.
El Ayuntamiento de Terrasa está actuando de mediador y denuncia el riesgo que supone esta situación, sobre todo después del triste episodio de Reus.
