Centenares de ciudadanos catalanes, dieron su apoyo firme al padre de familia catalán «amedrentado» por el aparato opresor del régimen catalán del presidente Artur Mas Gavarró, este jueves en Mataró, Barcelona, en rechazo «una vez más manifestamos nuestro rechazo y nuestra crítica», dijo Manel Parra, «a aquellos que abusan de esas malas prácticas, incumpliendo la legalidad o las sentencias juridiciales o pretendiendo instrumentalizar nuestros centros educativos y la educación de nuestros jóvenes», afirmó Parra durante el cato en que se reivindicó «la pluralidad lingüística de Cataluña»: castellano, como lengua oficial en todo el territorio nacional y el catalán como lengua cooficial en la comunidad autónoma. «A aquellos que intentan presionar y acosarnos, con ataques e insultos, no van a salir con la suya», declaró el padre de familia catalán, Agustín Fernández, en su carta leída durante el acto. Más abajo, reproducimos íntegra la carta.
«200 personas», según los organizadores, se concentraron pacíficamente, este jueves 21 de mayo 2015 -por la tarde- ante el Ayuntamiento de Mataró para solidarizarse con Agustín Fernández, un padre catalán que defendió ante los Tribunales los derechos fundamentales -educativos- de su hijo en la comunidad autónoma de Cataluña. «He estado hablando» con el «padre hace unos minutos» y todavía no se había recuperado de las amenazas, aseguró José María Pérez, un «conocido» de la familia que leyó «el manifiesto en representación de Convivencia Cívica Catalana», una de las entidades convocantes del acto; con la participación muy activa de la asociación España y Catalanes, entre otras asociaciones.
«Más adelante» cuando se recupere de los ataques que viene sufriendo, dijo Pérez, «el padre» volverá «participará y colaborará en actos en los que se defiende el bilingüismo; aquí en Cataluña», añadió. «En este momentos», afirmó, su «familia no está» todavía… «para este tipo de actos», dijo.
«En Català, Sí. En castellano también»
‘Por Unos Centros Educativos Realmente De Todos’ los ciudadanos catalanes. Bajo este lema, los asistentes reclamaron un modelo educativo justo en Cataluña cantando «no nos engaña, Cataluña es España«, reclamaron cantando y repitiendo «Somos catalanes y somos españoles» tanto en lengua oficial del Estado como en lengua regional en la comunidad autónoma de Cataluña.
«Apostamos por un centros educativos verdaderamente de todos, donde prime la calidad, la inclusión y las buenas prácticas educativas a nuestros hijos, a nuestros alumnos», dijo el fundador de la asociación España y Catalanes, Manel Parra, durante su intervención. «Lamentamos todos los incidentes de adoctrinamiento, exclusión, monolingüismo e imposición que no debe aparecer, bajo ningún concepto o escusa en ellos», manifestó Parra.
Parra cree «que la educación» en la comunidad autónoma de Cataluña «debe servir para vivir la ciudadanía y fomentar los valores positivos de nuestra sociedad, como son la pluralidad lingüística y la convivencia» entre todos los catalanes y el resto de los ciudadanos del Estado, dijo el fundador de España y Catalanes.
Por lo que añadió, Manel Parra, los «Ciudadanos, padres y madres», los «profesionales de la educación y otras personas preocupados por la deriva separatista que hay en ciertos centros educativos» en Cataluña -señaló-, «el adoctrinamiento que se quiere imponer y el sesgo cultural en los conocimientos que se dan», dijo y siguió «tampoco, nos parece el uso y el abuso de mensajes, carteles, imágenes o símbolos excluyentes, sectarias o simplemente partidistas que no representan al conjunto de la sociedad catalana», manifestó Parra.
«Queremos expresar nuestro apoyo» al padre de familia catalán, «Fernández Agustín, a su familia y a todas las familias» catalanas «que lo pasan mal por todas estas razones», subrayó Parra. Asimismo, los asistentes se reafirmaron «en nuestro compromiso por una escuela» catalana «de todos y para todos», sentenció Parra tras la lectura de la carta del padre de familia catalán, Agustín Fernández, que reproducimos íntegramente, a continuación.
Estimados amigos
Quiero en primer lugar agradeceros vuestra presencia, hoy, aquí en Mataró; en defensa de la convivencia y el bilingüismo. Personalmente, siempre lo he defendido: un sistema bilingüe de enseñanza en Cataluña, respetuoso con nuestra realidad social y con nuestra legalidad en que se utilicen de forma conjunta y equilibrada nuestras dos lenguas.
Creo, además, que el bilingüismo en la educación es más enriquecedor para el alumno que la inmersión monolingüe en un solo idioma que se empeñan en imponernos. ¿Qué grave perjuicio pedagógico puede representar para un niño tener la posibilidad de aprender una o dos asignaturas en una lengua hablada por 500 millones de personas en todo el mundo y que utilizará en futuro profesional?
Nos repiten que la inmersión monolingüe es un «modelo de cohesión social». Yo me pregunto cómo puede ser un modelo de cohesión social, un sistema educativo que arrincona y excluye de las escuelas a la lengua que hablamos la mitad de la sociedad. Creo firmemente que nuestras dos lenguas deben convivir en la aula con la misma normalidad que en la calle, sin que ninguna de ella sea excluida, marginada ni tratada como si fuera una lengua extranjera.
Creo que el gobierno autonómico no ha regulado las lenguas en la educación de forma honesta y debe hacerlo. Y el Estado debe ser valiente para defender los derechos legalmente reconocidos que tenemos los ciudadanos. Estos se soluciona con medidas globales. Que la gente que se sienta a gusto con la educación solo en catalán lo pueda hacer con normalidad, y los que queremos una educación bilingüe podamos hacerlo con la misma naturalidad. Pagamos los mismo impuesto. Al menos así debería ser. Somos los padres, los que debemos decidir la educación de nuestros hijos, no los políticos desde sus despachos.
Estoy, además, convencido que la mayoría de los padres en Cataluña desean una enseñanza bilingüe para sus hijos, donde puedan aprender en catalán y en castellano. Así lo demuestran encuestas realizadas por organismos públicos, siendo la inmersión monolingüe una opción minoritaria, a pesar de la abundante propaganda a favor de ella del gobierno catalán y de sus organizaciones subvencionadas.
Estoy convencido de que, si más padres lo pidieran, acabaríamos teniendo una educación en Cataluña respetuosa con el bilingüismo. Los padres debemos tener menos miedo a pedir bilingüismo en nuestras escuelas. A aquellos que intentan presionar y acosarnos, con ataques e insultos, no van a salir con la suya.
Finalmente, quiero dar las gracias para todos los mensajes de apoyo que he recibido durante estos días. Nos han dado ánimos para seguir esta difícil lucha para la convivencia, la tolerancia y el respeto al bilingüismo en la educación de nuestros hijos. ¡Muchas gracias a todos!
