David Cameron inicia la campaña en favor de la UE de cara al referéndum del 23 de junio 2016

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Tras presentar ante su Gabinete el acuerdo con los socios comunitarios alcanzado anoche en Bruselas, David Cameron, primer ministro británico ha comparecido ante el número 10 de Downing Street, su residencia y despacho oficial en Londres. EFE

Efe – El primer ministro del Reino Unido, el conservador David Cameron, dio hoy por iniciada la campaña para un referéndum sobre la Unión Europea (UE) que se celebrará el 23 de junio, en la que su Gobierno defenderá la permanencia en el bloque comunitario. Londres, 20 febrero 2016. Fotografía: Tras presentar ante su Gabinete el acuerdo con los socios comunitarios alcanzado anoche en Bruselas, David Cameron, primer ministro británico ha comparecido ante el número 10 de Downing Street, su residencia y despacho oficial en Londres. Efe.

Cameron regresó esta mañana a Londres para exponer ante su Gabinete el acuerdo que alcanzó anoche en Bruselas y sostuvo tras esa reunión, de más de dos horas, que el Reino Unido será «más seguro, más fuerte y mejor» dentro de la «Europa reformada» que a sus ojos diseña el pacto con los 27 socios comunitarios.

El primer ministro afronta el reto de convencer a una sociedad británica dividida entre las opciones de romper o mantener los vínculos con Europa y en la que hay cerca de un 23 % de indecisos, según las últimas encuestas. Para lograrlo, deberá contrarrestar la campaña que desplegará el eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), con casi cuatro millones de votos en las elecciones generales del pasado mayo, así como el ala euroescéptica de su propio partido.

Cinco miembros de su Gabinete y otros altos cargos conservadores hicieron hoy pública su discrepancia con la línea oficial del Ejecutivo, entre ellos el ministro de Justicia, Michael Gove, amigo personal de Cameron. El primer ministro se ha apuntado en cambio una victoria con el respaldo explícito que le brindó la ministra de Interior, Theresa May, uno de los miembros con más peso de su Gobierno, que estaba dispuesta a apoyar la salida de la UE si no le convencían las reformas.

«No amo Bruselas, amo al Reino Unido, y soy el primero en decir que todavía hay muchos modos en los que Europa necesita mejorar y que la tarea de reformar Europa no termina con el acuerdo de ayer», dijo Cameron en un discurso ante la puerta del número 10 de Downing Street, su residencia y despacho oficial.

«Nunca diré que nuestro país no puede sobrevivir fuera de Europa. Somos el Reino Unido y podemos lograr grandes cosas, esa no es la cuestión en este referéndum. La cuestión es: ¿Estaremos mejor dentro de una Europa reformada o bien estaremos mejor por nuestra cuenta?», señaló tras una reunión especial del Gabinete que algunos medios británicos han señalado que es la primera celebrada en sábado desde la guerra de las Malvinas, en 1982.

El jefe de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, tachó la negociación con Bruselas de «irrelevante», pero confirmó que su formación defenderá la pertenencia a la Unión, con la excepción de algunos diputados que ya han anunciado su adhesión a diversos grupos de presión contrarios a la UE.

«El laborismo cree que la Unión es un marco vital para el comercio y la cooperación con Europa en el siglo XXI y que el voto por seguir en ella es el que mejor defiende nuestros intereses», sostuvo Corbyn. También avanzó que apoyará continuar dentro del club europeo la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), tercera fuerza en la Cámara de los Comunes con 56 escaños.

Cameron iniciará el lunes en el Parlamento el proceso legal para convocar el referéndum que prometió en la última campaña electoral para antes de que acabe 2017, pero que aspiraba a celebrar cuanto antes para no interferir con los comicios previstos el año próximo en Francia y Alemania, entre otros factores.

El acuerdo que cerró ayer en Bruselas permitirá al Gobierno británico limitar las ayudas públicas a los trabajadores comunitarios en el Reino Unido durante un periodo de cuatro años, así como adaptar las ayudas por hijos que viven fuera de las islas británicas al nivel de vida de esos países.

También excluye al Reino Unido de cualquier medida destinada a forjar una mayor integración política con Europa y crea mecanismos para que los países externos a la eurozona fuercen un debate sobre leyes que consideran contrarias a sus intereses.