David Delfín: «Me gustaría que ese amor que tenemos por el deporte lo tuviéramos con la moda»

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David Defín intenta trasladar el orgullo futbolero a la moda. EFE

rtve – Cambio radical. Si la colección para este invierno estaba prácticamente tintada en negro, ahora David Delfín alegra su pasarela con golpes de naranja, azul Klein y verde. Las bufandas de los hinchas del fútbol son el punto de la partida de la propuesta y las utiliza en muchas prendas, sobre ellas, en ellas o formando parte del patrón. Barcelona, 19 de febrero 2016. Fotografía: David Defín intenta trasladar el orgullo futbolero a la moda. Efe.

“Nunca uso bufanda, es algo que no controlo pero son el eje de la colección, me llama la atención el orgullo futbolero y he querido trasladar esa pasión a la moda», y deja algo muy claro: «los fanatismos no me interesan nada».

Pero sí el orgullo. «Me gustaría que ese amor que tenemos por el deporte y la gastronomía lo tuviéramos con la moda. Coges una revista española y no hay moda de diseñadores españoles», dice muy serio.» Las revistas francesas están llenas de moda francesa y las americanas de moda americana», añade como crítica.

En sus bufandas imprime fechas, «como 2001, el año el que nace la firma» o su nombre con letras que recuerdan a Blade Runner. No faltan los guiños a David Bowie, «me quedé muy tocado con su muerte y él siempre ha estado presente, de una forma u otra, en mis colecciones». Ahora

Las bufandas de los hinchas son el eje de la propuesta de David Delfín
Las bufandas de los hinchas son el eje de la propuesta de David Delfín

utiliza como banda sonora el tema Héroes. «Así me siento yo, un héroe. No tengo equipo, ni ayudante, ni asistente. Sara y yo hemos hecho la colección, el fitting, el traslado. Después de 15 años seguir aquí hace que me sienta como un héroe».

Sobre la pasarela vemos prendas deportivas, algunas decoradas con el escudo de España. «Pero lo he delfinizado, he cambiado el león por el delfín y he puesto las coronas de Basquiat». Hay parkas en tamaño biker, vestidos tubo que nacen de una sudadera y monos con una bufanda que invita a jugar con ella.

«Todo parece sencillo y sutil, pero lleva un trabajo minucioso, con las costuras y la colocación estratégica de cremalleras». Y un dato para sus fans: la colección ya está a la venta con precios entre los 50 y 150 euros.El diseñador quiere así acortar la brecha que separa el desfile de la temporada.  Ágatha Ruiz de la Prada basa su colección en la etapa de transición «de niña a mujer» como la canción de Julio Iglesias aunque la diseñadora utiliza la discografía de David Bowie para su desfile.

Las modelos primero lucen prendas de aire adolescente, con referencias a las películas sobre universitarios norteamericanos, con logos y otros símbolos. Después se cambia de estilo y la tendencia se bifurca. Por un lado vemos una revisión a la estética hippy de los años setenta, con ponchos, flecos y vestidos boho. Por otro, un «look pijo, de chica bien», con prendas que llevan plisados, rayas y una favorecedora paleta de color.

Destacan las mezclas de cuadros y rayas que están hechas con pequeños corazoncitos, los guiños a Keith Haring y a los ovnis y las abducciones. Para la noche se mezclan, como en una coctelera, todos los elementos anteriores. La pasarela se llena entonces de terciopelos estampados, vestidos acolchados que cambian los rombos guatiné por exáganos, texturas de polipiel y zapatos con plataforma de peluche en tonos vibrantes. «Somos muy ECO», dice su ayudante.

Destacan los caftanes y las prendas con piezas de polipiel de espejo sobre muselinas de seda. También, la novia de corazones que cerró el desfile. Nada que ver con la pequeña robot que lo abrió.