La indisoluble unidad de la Nación Española.La estrategia separatista catalán consiste en descalificar la constitución de la nación.
En estos momentos, escribir sobre el ARTÍCULO1 de la Constitución Española, en la que se proclama la libertad, la democracia, la soberanía y el pluralismo político, es una tarea atrevida. Durante un año aproximadamente se ha hablado más de este artículo que en los treinta y cinco años que tiene nuestra Carta Magna.
En primer lugar nos gustaría recalcar que la Carta Magna se votó bajo un amplio consenso. Fue casi el 80 % de la población española que dio el SÍ. Los españoles querían dibujar una nueva España y juntos debían y querían hacerlo. Gracias a ello, se daba cabida a todas las ideologías políticas que en esos momentos estaban en la clandestinidad y lo hacían gracias a los parámetros de libertad y de Estado de derecho. Así se iniciaba una etapa de transición hacia la democracia.
Los padres de la democracia, así los llamaron los que formularon nuestra Constitución, contemplaron las realidades del momento y también la posibilidad que no fuera una Carta Magna encorsetada y rígida, sino todo lo contrario capaz de desarrollar todos los ámbitos de la ciudadanía, del pueblo.
Sin embargo, volvamos a nuestro Artículo 1 y analicemos con una simple vista las palabras remarcadas: «1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.» «2.La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.» «3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.»
Lo primero que sorprende es la sencillez de lo que realmente se quería expresar, lo que el pueblo español deseaba: libertad e igualdad bajo los parámetros de un Estado de derecho. Lo segundo que se desprende es que España pertenece a todos los españoles, y no a unos cuantos ni a una clase sino a todos: todos decidimos y todos tenemos poder de decisión. Y que somos todos los españoles que dotamos de poder a esa España que queremos bajo el paraguas de la ley. Y tercer punto, que dimos permiso a que la Monarquía tuviera un lugar en nuestra Constitución.
Donde nos gustaría incidir es en concepto de soberanía nacional, tan cuestionada por los ultras separatistas radicales e independentistas radicales de la región española de Cataluña. El significado de soberanía es un derecho que se da al pueblo para elegir a sus gobernantes, sus leyes y a que sea respetado su territorio. El ciudadano se convierte en soberano y súbdito al mismo tiempo. Y son tres elementos que componen la tan preciada Soberanía nacional: territorio, pueblo y poder. Y dicha soberanía nacional está ligada estrechamente con el Artículo 2 donde se proclama la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles.
En nuestra Carta Magna se reflejó ese pacto social entre todos los españoles. Y la pregunta es el porqué la Comunidad Autónoma de Cataluña quiere apropiarse de este derecho y poder que tienen todos los españoles. El porqué se quiere romper este pacto social y de concordia entre todos los españoles a favor de unos cuantos que se creen diferentes basándose en unos postulados de nacionalismo reaccionario y rancio.
En Cataluña, los gobernantes intentaron apropiarse de dicha soberanía proclamando un derecho inexistente, el derecho al odio de la patria española «derecho a decidir». Como ciudadanos, nos sentimos constitucionalista porque poseamos el máximo derecho que se nos otorga, ser soberanos y no queremos renunciar al dicho derecho a favor de una oligarquía que busca el beneficio propio. Nuestra Constitución es nuestra máxima garante de este derecho.
Naty Sanjurjo Golpe
