La cerveza perfecta en 7 pasos: Sobre todo, no se bebe en vasos congelados

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Un persona sirviendo una caña al grifo, en unas imágenes de Efe

Efe – La cerveza perfecta, se tire en grifo o se sirva en botella, se consigue en dos tiempos, con un ritual cuidadoso, mimando el producto hasta la coronación de la copa con una espuma cremosa y, sobre todo, no se bebe en vasos congelados. Barcelona, 2 de abril 2016. Fotografía: Un persona sirviendo una caña al grifo, en unas imágenes de Efe.

La cultura cervecera aumenta en España a ritmo de cañas y los hosteleros y el público en general cada vez conocen más de este producto, que es la bebida alcohólica más consumida en el país y que requiere una pequeña inversión de tiempo para servirse en su punto.

La tirada

Aunque el ritual o criterio de servicio depende del estilo de cerveza, quienes más saben de esto recomiendan la tirada especial o en dos tiempos, como es el caso de Fernando Iglesias, responsable de cultura cervecera de Estrella Galicia y presidente del jurado que el próximo martes elegirá al mejor tirador de España.

El moja-copas

El paso previo, uno de los grandes olvidados al tirar una caña, es el uso del mojacopas, una herramienta cervecera muy común en los grifos de los bares pero que no siempre se utiliza, y que permite eliminar polvo o restos de abrillantador, y crear una capa de agua imperceptible para que el líquido se deslice con suavidad.

El descarte

El primer tiempo consiste en llenar tres cuartas partes de la copa sin generar espuma, para lo que se debe hacer un «descarte» abriendo rápido el grifo y dejando que el primer chorro que sale caiga a la bandeja, para después inmediatamente poner la copa con una inclinación de 45 grados respecto al caño de cerveza.

Arriba y abajo

El líquido debe caer sobre las paredes, sin movimientos de arriba y abajo de la copa y, por supuesto, sin introducir el vaso en el grifo, que además de antiestético es antihigiénico.

A medida que el vaso se llena, tratándolo «con mimo», intentando que el chorro no caiga sobre la cerveza y solo toque las paredes, se pasa al ángulo vertical y se cierra de un solo golpe el grifo cuando quedan unos tres centímetros de copa vacíos.

La coronación

En el segundo tiempo, denominado la coronación de la cerveza, interviene «parte de la magia del grifo», según Iglesias. Este paso consiste en llenar esos tres centímetros de una crema de espuma, que al fin y al cabo no es más que cerveza emulsionada.

El truco para ello es abrir solo un cuarto del grifo para conseguir un efecto similar al de batir la cerveza, hasta que se complete toda la copa, y ya se habrá conseguido la cerveza perfecta.

La nebulosa

La crema debe ser fina y constante, con una nebulosa de gas carbónico debajo, y conseguir el llamado »encaje de Bruselas», que son los aros de espuma que se quedan marcados en la copa después de cada trago. «Si una cerveza está perfecta, al ver el vaso vacío podría decirte en cuántos golpes la has bebido», afirma Iglesias.

Una cerveza, si está tirada perfectamente, aportará más suavidad, un punto de carbónico más preciso, más cremosidad, menos sensación de saciedad y te hará una invitación: una segunda caña.

Muerte al vaso congelado

«Se puede tardar un poco más, pero no se pierde el tiempo, se está invirtiendo», explica Iglesias, quien no comparte algunas modas como las de congelar los vasos, ya que sensorialmente «se mata» la cerveza. A pesar de ello, avisa de que «la cerveza está para disfrutar, que cada uno la tome como más le guste».

El mismo ritual, en casa

En cuanto a servir una cerveza de botella, una costumbre que se está perdiendo, el ritual no cambia mucho y, si el consumidor está en casa, debe mojar la copa, servirla en dos tiempos, conseguir la coronación con crema jugando con la distancia entre el recipiente y el vaso y conseguir que no quede nada en la botella.

La caña perfecta y el vaso por regiones

La cerveza está muy ligada a la tierra y por ello la forma de servirla cambia, con copas más grandes en el norte y más pequeñas en el sur, donde suele estar más fría, tener menos graduación y ser tirada «muy abierta», con poco movimiento y sin la crema espumosa.

Una veintena de hosteleros buscarán el martes en Madrid conseguir esa caña perfecta que les convierta en el mejor tirador de España y mientras tanto, el resto de consumidores puede practicar en casa.