La insurgencia paquistaní golpea duramente a la Policía, matanza de 62 cadetes y capitán en Quetta

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Fotografía de los cuerpos de víctimas tras un ataque en un centro de entrenamiento policial hoy, lunes 24 de octubre de 2016, en Quetta (Pakistán).

Efe – El asalto a la academia es uno de los peores ataques del año en el país asiático, tras la matanza de los abogados y el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos en marzo pasado. Islamabad (Pakistán), martes 25 de octubre de 2016. Fotografía: Fotografía de los cuerpos de víctimas tras un ataque en un centro de entrenamiento policial hoy, lunes 24 de octubre de 2016, en Quetta (Pakistán). Efe.

La insurgencia paquistaní golpeó hoy duramente a las fuerzas de seguridad con la matanza de 62 cadetes y un capitán en una academia policial en la ciudad de Quetta, en el oeste del país, en un ataque que causó además unos 120 heridos.

El asalto comenzó poco antes de la medianoche, cuando tres insurgentes entraron en la Academia de Policía de Baluchistán tras matar a un vigía, se dirigieron a los dormitorios y abrieron fuego contra los cadetes, informó a Efe el portavoz policial Gulab Khan.

Poco después llegaron las fuerzas de seguridad y se produjo un enfrentamiento, que se prolongó durante cinco horas, en medio de la oscuridad, ya que las autoridades cortaron la electricidad en la zona, y con helicópteros sobrevolando el área.

Un cadete de la academia explicó a televisiones locales que vio como tres hombres con ropa de camuflaje entraron en el dormitorio con fusiles de asalto Kalashnikov.

«Empezaron a disparar, pero pude escaparme por un muro», indicó el aspirante a policía.

Dos de los asaltantes activaron los explosivos que portaban, mientras que el tercero fue abatido por las fuerzas de seguridad.

El portavoz de la Policía de Quetta Khalil Ahmed indicó a Efe que en el asalto murieron 62 cadetes y un capitán policial, además de los tres asaltantes.

Además, 124 personas resultaron heridas, 20 de ellas de gravedad, y han sido trasladadas a varios hospitales.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif; el jefe del Ejército, Raheel Sharif; el director general de los servicios de inteligencia, Rizwan Akhtar, y el ministro de Interior, Chaudhry Nisar, han viajado a Quetta para estudiar la situación, visitar a los heridos y participar en ceremonias religiosas.

Nawab Sanaullah Zehri, jefe del Gobierno provincial de Baluchistán, de la que Quetta es la capital, anunció tres días de luto en la región «con todas las banderas a media asta».

El mayor general del Cuerpo de Fronteras Sher Afgan, quien dirigió la operación de contraataque, indicó a televisiones locales que los atacantes pertenecían al grupo insurgente suní de vocación sectaria Lashkar-e-Jhangvi (LeJ) y aseveró que éstos estuvieron en comunicación durante el ataque con Afganistán.

Sin embargo, el asalto fue reivindicado tanto por la principal formación insurgente del país, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), como por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

«El ataque fue en respuesta a los asesinatos de nuestros combatientes en custodia policial. Continuaremos con estos asaltos hasta que la ley islámica sea impuesta en el país», indicó el TTP en un comunicado enviado a periodistas.

Por su parte, la agencia Amaq, vinculada al EI, señaló que el ataque fue perpetrado por tres combatientes de este grupo terrorista, que «se enfrentaron a miembros de la Policía durante cerca de cuatro horas y usaron fusiles automáticos y bombas caseras».

Las autoridades paquistaníes no se han pronunciado acerca de las reivindicaciones de estos dos grupos.

Baluchistán, provincia fronteriza con Afganistán e Irán y la más extensa y menos poblada de Pakistán, es escenario habitual de violencia con la presencia de grupos armados separatistas, facciones talibanas y grupos yihadistas.

El pasado agosto, un suicida mató a 72 abogados en un hospital en el que se habían reunido por el asesinato una hora antes de otro prominente letrado, en un ataque cuya autoría fue reclamada por el EI y el grupo paquistaní Jamaat ul Ahrar (JuA).

El asalto a la academia es uno de los peores ataques del año en el país asiático, tras la matanza de los abogados y el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos en marzo pasado.

Pese a este tipo de atentados, Pakistán ha visto caer el número de acciones terroristas, una tendencia que el Gobierno y el Ejército atribuyen a la operación militar iniciada en junio de 2014 en el noroeste del país contra supuestos santuarios talibanes.