Los bebés usan la melodía del habla y los gestos para comprender la comunicación

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Un momento de la Carrera de gateo en la que han participado bebés; en unas imágenes archivo de Efe.

Efe – Hasta ahora los investigadores sabían que entre los 12 y 18 meses los niños aprenden a entender qué quieren decir los otros porque prestan atención al contexto en que se realiza el acto comunicativo, pero aún no se sabía si también son sensibles a la melodía del habla y los gestos de los demás para identificar las intenciones comunicativas. Barcelona, 5 de abril 2016. Fotografía: Un momento de la Carrera de gateo en la que han participado bebés; en unas imágenes archivo de Efe.

Los niños usan la melodía del habla y la forma del gesto para comprender las intenciones comunicativas de los demás, según un estudio dirigido por Pilar Prieto con la participación de Nuria Esteve Gisbert, ambas del Grupo de Estudios de Prosodia de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). El estudio, publicado en la revista Infancy, ha diseñado dos experimentos en los que han participado 48 niños de 12 meses de edad.

Las investigadoras del Grupo de Estudios de Prosodia del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje (DTCL) de la UPF, en colaboración con Ulf Liszkowski, investigador de la Universidad de Hamburgo (Alemania), han estudiado cuándo y cómo los niños aprenden a interpretar las intenciones de los demás.

Más concretamente, los autores del trabajo han planteado si a los 12 meses de edad los niños saben interpretar qué intención se esconde detrás de los actos comunicativos de los demás a partir de la información gestual y de la melodía del habla (la prosodia). Según Pilar Prieto, coordinadora del trabajo, «en la comunicación humana, para entendernos los unos con los otros, no sólo es importante qué decimos sino cómo lo decimos.

Hasta ahora los investigadores sabían que entre los 12 y 18 meses los niños aprenden a entender qué quieren decir los otros porque prestan atención al contexto en que se realiza el acto comunicativo, pero aún no se sabía si también son sensibles a la melodía del habla y los gestos de los demás para identificar las intenciones comunicativas. Para responder a estas preguntas, las autoras del trabajo diseñaron tres juegos diferentes.

Cada juego estaba ideado para hacer que el adulto se comunicara con el niño por un motivo diferente: en el primero, los padres tenían que pedir un objeto a sus hijos; en el segundo, tenían que convencer a los pequeños de lo bonito e interesante era un objeto; en el tercero, los padres tenían que hacer saber a sus hijos que el objeto tenía un rasgo distintivo escondido.

Con estos tres juegos se hicieron dos experimentos: en el primer experimento participaron 18 niños de 12 meses de edad, y los padres podían usar las palabras que querían para transmitir sus intenciones comunicativas. Por ejemplo, estaba permitido decir «dame eso» o «mira qué bonito que es».

En cambio, en el segundo experimento, en el que participaron 30 niños de 12 meses, las palabras que se podían utilizar eran mucho más restringidas y no daban pistas sobre la intención comunicativa. Esto se hizo para saber si realmente los niños de 12 meses son sensibles al significado de la prosodia y la gestualidad que acompaña el habla.

Los resultados demostraron que los adultos usaban la melodía del habla y la gestualidad para transmitir cada intención comunicativa, y que con sólo 12 meses los niños ya sabían utilizar exclusivamente estas pistas para entender qué quería decir el adulto.

Según Prieto, «aunque con 12 meses los niños apenas saben decir alguna palabra como ‘papá’ o ‘mamá’, este estudio ha demostrado que ya pueden entender las intenciones que se esconden detrás de los actos comunicativos, y que para hacerlo se fijan en la melodía del habla de los adultos y en cómo son los gestos que acompañan el habla».