Más cercanía, mayor transparencia y mejor imagen de la Monarquía en el primer año de Felipe VI

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su majestad el rey saludando las fuerzas armardas
María Menéndez – Felipe VI cumple este viernes su primer aniversario como rey de España. Un año en el que ha querido materializar con medidas, gestos y decisiones inéditas la hoja de ruta que se marcó cuando fue proclamado jefe del Estado, tras la abdicación de el rey Juan Carlos I, centrada en la transparencia y la cercanía. El 19 de junio de 2014 abogó en su histórico discurso por una monarquía «cercana» y «renovada para un nuevo tiempo», se comprometió a reinar bajo una «conducta íntegra, honesta y transparente» y se marcó como objetivo que los españoles sintieran «orgullo de su rey».

Doce meses después, el rey se ha bajado el sueldo un 20%; la Familia Real tiene prohibido trabajar para empresas o entidades privadas, limitando su actividad exclusivamente a las tareas institucionales; no pueden aceptar regalos ni favores «que puedan comprometer la dignidad de sus funciones»; las cuentas de la Casa del Rey son auditadas de forma externa e interna; el presupuesto y los contratos son publicados en su página web; y los trabajadores de la Casa del Rey lo hacen bajo un código de conducta centrado en la «austeridad, ejemplaridad y honradez».

Algunas de estas medidas se aprobaron al mes de la proclamación y Felipe VI cierra este primer año de reinado con un golpe de autoridad ante su hermana, la infanta Cristina, a la que ha revocado el título de duquesa de Palma. Lo ha hecho antes de que la Audiencia de Palma fije fecha para la vista oral del caso Nóos en la que será juzgada como presunta cooperadora en dos delitos fiscales presuntamente cometidos por su marido, Iñaki Urdangarin.

Felipe VI consigue que el 57,4% valore positivamente su gestión
A pesar de que Felipe VI cogió las riendas en un momento complejo para la Monarquía, ha aumentado en más de medio punto la nota dada a la institución, un 4,34, según el barómetro del CIS del mes de abril. Eso sí, aún no llega al aprobado.Este sondeo reflejó, además, que el 57,4% de los españoles valora positivamente la labor del nuevo rey y que la Monarquía ha subido también en un año del sexto al quinto puesto en valoración de las instituciones de los ciudadanos, situándose por encima de la Iglesia, el Gobierno, los partidos políticos, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, entre otros; y solo por debajo de la Guardia Civil, la Policía, las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación. 
«Los mecanismos e instrumentos de transparencia de los que el rey ha dotado a la institución son claramente positivos. Siempre se ha dicho que España no era monárquica sino juancarlista y muchos veían el fin de la Monarquía con la abdicación de Juan Carlos I. Pues bien, no solo no ha ocurrido sino que Felipe VI ha conseguido mejorar la imagen de una institución que no fue la más ejemplarizante», asegura a RTVE.es la catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid Pilar Toboso. A su juicio, es un monarca «aceptado por la sociedad», incluso por muchos republicanos, añade, «que no aceptan la Monarquía, pero que destacan las cualidades, la preparación y la capacitación de este rey».«Coger la nave en el momento en que lo hizo y llevarla adelante era una tarea más que difícil», considera el secretario general de la Real Academia de Doctores e historiador, Emilio de Diego, que afirma que Felipe VI ha entendido «como nadie» que el «componente hereditario ya no vale por sí solo» y que «la monarquía se legitima solo a través de su función».

Estilo propio «serio y, sobre todo, profesional»
Ambos historiadores coinciden en que Felipe VI ha sabido imprimir un «estilo propio» a la Jefatura del Estado y frente al carácter campechano del rey Juan Carlos I, él ha querido mostrar un perfil serio y, por encima de todo, profesional. «Ahora la sociedad ya no valora tanto esa simpatía y campechanía. Quiere una Jefatura del Estado profesionalizada y, sobre todo, valoran los ejemplos de transparencia de la nueva Casa del Rey y las críticas abiertas del monarca a las prácticas corruptas», señala Toboso.En opinión de De Diego, ya no se ve a la institución de una forma tan condescendiente por parte de la sociedad sino «muy crítica».
«Los cambios hechos por el rey se tenían que hacer sí o sí. Felipe VI sabe de los errores de la etapa anterior y tiene claro que la imagen debe ser más que ejemplar», asevera. «Las decisiones que ha tomado este año eran una cuestión de supervivencia. La sociedad estaba un poco harta de la imagen del anterior rey. En este sentido, el reflote de Felipe VI de la institución ha sido más que digno», apunta la catedrática de Historia.Creen también que es positiva la imagen de «familia normal» que quieren dar el rey Felipe y la reina Letizia y que, en su opinión, no dio la anterior Familia Real. Entre las imágenes inéditas que la Zarzuela ha difundido este mes con motivo de este primer año de reinado, hay fotografías que muestran el lado más íntimo del rey padre con sus dos hijas y con su esposa.Felipe VI ha recogido de su padre la coletilla «la reina y yo» que don Juan Carlos solía repetir en los actos. Con esta misma expresión, ahora su hijo otorga una relevancia mayor a la reina Letizia y hace un guiño a su padre y su madre, que mantienen cierta actividad pública desde un discreto segundo plano.

Apertura a la sociedad civil y menos protocolo

La cercanía con los ciudadanos fue otro de los objetivos que Felipe VI marcó en su hoja de ruta. En este sentido, la apertura de la Casa Real a la sociedad civil fue algo que quiso destacar desde la primera recepción que los Reyes ofrecieron en el Palacio Real tras su proclamación, a la que fueron invitados activistas de colectivos de gais, lesbianas y transexuales y que se ha repetido con cenas y almuerzos con jóvenes promesas que destacan en variados campos profesionales, además de artistas, emprendedores, académicos, voluntarios o deportistas.

Su Majestad el rey Felipe VI reunido con el presidente estadounidense, Barack Obama
Su Majestad el rey Felipe VI reunido con el presidente estadounidense, Barack Hussein Obama II  

Los reyes también han adquirido la costumbre de sentarse en los actos públicos en primera fila, junto a los asistentes, y no frente al público, salvo excepciones como la solemne apertura del Año Judicial y los premios Príncipe de Asturias (ya desde este año premios Princesa de Asturias) y Cervantes, entre otros actos. Aunque no hay una pauta marcada, existe además una tendencia a hacer desaparecer las reverencias y genuflexiones con los que los invitados saludan a los monarcas.

En la primera comunión de la princesa de Asturias, los reyes no quisieron ningún privilegio y ni ellos ni la familia- acudieron los reyes don Juan Carlos y doña Sofía- no tuvieron ningún trato preferente y se sentaron donde les correspondía por orden alfabético. Felipe VI se ha estrenado este año en su primer desfile de las Fuerzas Armadas, su primera Pascua Militar, su primer discurso en los Premios Príncipe de Asturias como rey y en su primer mensaje televisado a todos los españoles en Navidad, donde, muy pegado a la actualidad y compartiendo una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, abogó por «cortar de raiz y sin contemplaciones la corrupción».

Los reyes han sido normalmente bien recibidos allí donde han ido en este primer año de reinado, aunque tambien han recibido pitos en algunos puntos de España. La más sonora, la monumental pitada que el rey y el himno recibieron en la final de la Copa del Rey de fútbol entre el Barcelona F.C y el Athelit de Bilbao.

Su defensa a la unidad de España
Durante este periodo inicial de reinado han sido varios los momentos en los que el monarca ha defendido la unidad de España y ha abogado por «unir fuerzas y estrategias», en referencias más o menos explícitas al proceso soberanista en Cataluña. En la propia comunidad, donde ha intensificado su presencia con un total de diez visitas y donde no ha dudado en hablar en catalán, hizo un llamamiento a «abordar juntos» con «espíritu de colaboración , cooperación y solidaridad» los retos de los ciudadanos. «No podemos encontrar respuestas de forma aislada. Son imprescindibles las visiones compartidas», ha dicho el monarca.Ya en su discurso de proclamación defendió una España «unida y diversa» en la que que «cabemos todos».
Fue más directo en su mensaje navideño al decir que «millones de españoles llevan a Cataluña en el corazón» y que le «duele» y «preocupa» que se puedan producir «fracturas emocionales, desafectos o rechazos». «Nadie en la España de hoy es adversario de nadie», concluyó en ese discurso.Los dos historiadores consultados coinciden en que su papel puede ser «clave» a la hora de establecer puentes de diálogo en la crisis de la relación de Cataluña con el resto del Estado y que puede estar en esa labor una de sus funciones históricas. «La Monaquía siempre ha ocupado un papel esencial en la defensa de la unidad de España», afirma Tobosa. La misma opinión tiene De Diego, para quien el «papel vertebrador» de la Monarquía en España «puede ser y será crucial en este tiempo».
La agenda internacional del rey
Los reyes eligieron el Vaticano como primer viaje oficial tras la proclamación. Siguieron a este viaje las visitas a Portugal, Marruecos y Francia, por motivo de vecindad, como primeros destinos de una intensa agenda internacional con más de quince viajes al extranjero a una docena de países.Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos han sido otros de los países que el monarca ha visitado, la mayoría acompañado de la reina Letizia, que también ha realizado su primer viaje en solitario a Honduras y El Salvador. El primer viaje de Estado de los reyes ha sido a Francia, donde Felipe VI agradeció al país galo su colaboración en la lucha contra el terrorismo.
En breve viajará a México en su segundo viaje de Estado.En este primer año, don Felipe ha participado en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, donde se reunió por primera vez con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y donde pidió el voto para que España entre en el Consejo de Seguridad; en la Cumbre Iberoaméricaba de Jefes de Estado y de Gobierno, en Veracruz (México), donde instó a traducir el crecimiento en distribución justa de la riqueza ; y en la Cumbre de la Unión Africana, en Addis Abeba (Etiopía). El rey también ha materializado el apoyo de la Corona a las tropas españolas desplegadas en el exterior con una visita al Líbano.