Una terrorista de ETA menos, el cáncer acaba con la vida de la asesina «Carmen»

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La etarra Belén González Peñalva, asesina terrorista 'Carmen', en la Audiencia Nacional. Archivo Efe 

Lasvocesdelpueblo y Agencias – La miembro de la banda terrorista de Arnaldo Otegi (ETA) en el «Comando Madrid» en los años 80, conocido en su mondo terrorista como «Carmen», de verdadero miembro Belén González Peñalva, ha muerto cumpliendo condena en régimen de prisión atenuada desde 2009 entre los suyos. Esta sanguinaria separatista terrorista de ETA es autora del atentado contra un furgón de la Guardia Civil en la Plaza de la República Argentina, con un muerto y 17 heridos, y el secuestro del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal. San Sebastián (España), jueves 16 de noviembre de 2017. Fotografía: La etarra Belén González Peñalva, asesina terrorista ‘Carmen’, en la Audiencia Nacional. Archivo Efe 

La histórica dirigente de ETA Belén González Peñalva «Carmen» ha fallecido esta madrugada, víctima del cáncer, en San Sebastián, donde cumplía condena en régimen de prisión atenuada desde 2009 por padecer una enfermedad incurable.

Fuentes de la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat han confirmado que González Peñalva se encontraba ingresada en el Instituto Oncológico de San Sebastián, donde ha fallecido a los 60 años.

Belén González Peñalva fue miembro del comando Madrid en los años 80 y fue designada como una de las interlocutoras con el Gobierno durante las conversaciones de Argel, en 1989, y también en las de Suiza con el ejecutivo del PP en 1999.

Cumplía varias condenas que sumaban más de 700 años de cárcel por atentados cometidos durante su participación en el comando Madrid, como el perpetrado contra un furgón de la Guardia Civil en la Plaza de la República Argentina, con un muerto y 17 heridos, y el secuestro del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal.

También fue condenada por el asesinato del coronel Vicente Romero, su conductor y un experto en explosivos, cometido el 12 de junio de 1985 en Madrid, así como por la muerte del militar Fausto Estrigas.

Las fuerzas de seguridad le vinculaban con atentados anteriores cometidos a finales de los años 70 y le situaron en Madrid a principios de los 80, cuando presuntamente se dedicó a desarrollar labores de información e infraestructura.

Tras huir a Francia en 1981 volvió a Madrid en febrero de 1983, cuando integró el comando que operaba en la capital con terroristas como los ahora arrepentidos Juan Manuel Soares Gamboa y José Luis Urrosolo Sistiaga, y otros históricos como José Ignacio de Juana Chaos, Inés del Río y Estaban Esteban Nieto, entre otros.

Después de su actuación en el comando Madrid volvió a Francia y posteriormente fue enviada a Argelia, donde formó parte de la interlocución de ETA con el Gobierno, junto con Eugenio Etxebeste «Antxon» e Ignacio Arakama «Macario».

Tras la ruptura de las negociaciones con el gobierno de Felipe González, la dirigente etarra fue deportada a la República Dominicana, de donde huyó en octubre de 1998.

Un año después intervino de nuevo en las conversaciones entre ETA y representantes del Gobierno de José María Aznar en Suiza.

En octubre de ese mismo año fue detenida en Pau por la Policía francesa y en noviembre de 2005 fue extraditada a España para ser juzgada por varios asesinatos y un secuestro.

Tras pasar por varias cárceles españolas, se le detectó un cáncer y fue excarcelada en noviembre de 2009 para cumplir sus condenas en su domicilio en régimen de «prisión atenuada» debido a la gravedad de su dolencia.

La izquierda abertzale celebrará el próximo 26 de noviembre en Lazkao (Gipuzkoa) un acto de «despedida» a la histórica líder de ETA.

Las dirigentes de Sortu Elena Beloki y Oihana Garmendia han informado, en una rueda de prensa convocada en nombre del conjunto de la izquierda abertzale -Sortu, Ernai y LAB-, de la celebración de una ceremonia de despedida.

Las responsables de Sortu han reclamado la «puesta en libertad de todos los presos gravemente enfermos», a los que han dicho desear que vuelvan al País Vasco «vivos y con todos sus derechos».

Han hecho un llamamiento a partidos, instituciones y organizaciones sociales para que «desde el consenso y el trabajo en común» pongan en marcha una «hoja de ruta» hacia «una solución integral a las consecuencias del conflicto», cuya prioridad sea «resolver con urgencia la situación de los presos gravemente enfermos».