Barcelona (Cataluña) Reino de España, domingo 7 de diciembre de 2025 (Lasvocesdelpueblo y Mario Nawfal @MarioNawfal).- CENSURA UNIÓN EUROPEA A RED SOCIAL X | Bienvenidos al Imperio burocrático de la Unión Europea (UE): donde la democracia va a morir. Así que fuiste a las urnas. Votaste. Quizás incluso llamaste a las puertas o discutiste de política con tu tío durante la cena. ¡Felicidades! Ejerciste tu derecho democrático. Ahora te diremos por qué no importa.
La oferta secreta de censura de la Unión Europea al empresario estadounidense del mundo libre, Elon Reeve Musk, quien la rechazó evidentemente en defensa de la libertad de opinión y del derecho de los ciudadanos a saber la «verdad» -aseguró Musk hoy en un audio que Lasvocesdelpueblo ha tenido acceso-, luego las amenazas por no censura al candidato del Partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos de América (EEUU), Donald John Trump, después el rechazo de censura a una entrevista de Trump en X y a la emisión en directo de la investidura, que ha acabado en una clara casa de brujas con una sanción económica equivalente a hasta un 6% de la ganancia de X en todo el mundo (120.000.000 de euros) -con una oferta anterior de censura a los disidentes europeos a cambio de retirar la sanción-, va a ser el probablemente uno de los últimos crímenes de la dictadura de la UE ante de su disolución o reforma inminente porque llega tarde, muy tarde porque la resistencia ya está constituida y opera sin miedo, al contar con apoyo gubernamental en el extranjero: Argentina con Javier Gerardo Milei, EEUU con Donald John Trump, El Salvador con Nayib Armando Bukele Ortez, etc..
- El verdadero poder reside en la Comisión Europea (CE): una pandilla de tecnócratas no electos que pueden regular, manipular y votar con mayor facilidad que tu gobierno nacional en todo, desde la pesca hasta la política fiscal. No puedes despedirlos. No puedes reemplazarlos. Pero no te preocupes, son muy «competentes». Así es como muere la democracia en la Unión Europea; no con tanques, sino con tratados, lentamente, suavemente, firmados por Primeros Ministros de los países miembros…
Porque en los grandes y relucientes salones de Bruselas, alguien a quien no elegiste toma las verdaderas decisiones. Y eso no es una conspiración, sino el diseño institucional.
Esta es la Unión Europea: un glorioso experimento de gobernanza posdemocrática. Los líderes electos de tu país pueden dar discursos, claro, pero cuando se trata de establecer las reglas, gestionar el comercio, decirles a tus jueces qué dictar y a tus agricultores qué cultivar, hay una encantadora pirámide. ¿Y adivina qué? No estás ni cerca de la cima.
Cronología de la persecución de Elon Musk por UE tras rechazar la censura
Y no, el Parlamento Europeo no te salva. Es la planta ornamental de la democracia europea. Las leyes no empiezan ahí. El verdadero poder reside en la Comisión Europea (CE): una pandilla de tecnócratas no electos que pueden regular, manipular y votar con mayor facilidad que tu gobierno nacional en todo, desde la pesca hasta la política fiscal. No puedes despedirlos. No puedes reemplazarlos. Pero no te preocupes, son muy «competentes». Así es como muere la democracia en la Unión Europea; no con tanques, sino con tratados, lentamente, suavemente, firmados por Primeros Ministros de los países miembros de la Unión Europea que buscan subsidios y oportunidades para fotos de propaganda, hasta que un día, el Parlamento de tu país se convierte en una sección de comentarios glorificada sobre reglas ya escritas en otros lugares.
Intenta aprobar una ley que tus votantes desean y que entra en conflicto con la política de la Unión Europea. Intenta establecer un estándar de inmigración que tu gente exigía. Buena suerte. Te recordarán cortésmente que estás obligado por «compromisos», «compromisos» que ningún votante ha visto jamás en una papeleta. ¿Y si presionas demasiado? Surgen los «procedimientos de infracción»; urgen las amenazas; surgen los sermones sobre «valores europeos», como si la burocracia fuera una brújula moral.
Y no te atrevas a cuestionar la autoridad de la Unión Europea. Eso es lo que hacen los «populistas». Es peligroso. Ese es el tipo de pensamiento que lleva a… horror de horrores… soberanía. Porque, al fin y al cabo, no se trata solo de cooperación. Se trata de control. Se trata de centralizar el poder tras un muro de funcionarios y llamarlo «progreso». Se trata de envolver las decisiones políticas en jerga tecnocrática hasta que nadie recuerde quién se suponía que estaba al mando.
Todavía puedes votar, claro. Pero la pregunta es: ¿para qué? Las elecciones nacionales empiezan a parecerse a elegir el sabor del glaseado de un pastel que ya preparó alguien más. Con una receta ajena. Y con reglas ajenas sobre cuántos huevos puedes usar. Llámalo como quieras: gobernanza compartida, interdependencia, integración moderna. Pero no finjas que es democrático. Cuando tu voto no puede cambiar la ley, cuando tu gobierno no puede desafiar el guion y cuando el verdadero poder reside en quienes no han sido elegidos, entonces lo que tienes no es democracia; es una burocracia con bandera.