Redacción.- Madrid (España), domingo 27 de noviembre de 2022. España atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Son días duros para las familias y los trabajadores, que sufren una grave crisis política, económica y social que lastra su día a día y las perspectivas de futuro de las próximas generaciones.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha llevado a cabo una intensa agenda que ha tenido consecuencias directas en las principales instituciones del Estado -hoy erosionadas y cuestionadas desde el poder ejecutivo- y en la vida de los españoles.
Pedro Sánchez llegó a La Moncloa con una mentira y desde entonces ha hecho de esta la razón de ser de su Gobierno. Ha traicionado a los españoles al apoyarse en comunistas, separatistas y filoterroristas. El presidente del Gobierno más «social de la historia» es el máximo responsable del deterioro de los pilares de nuestra sociedad, de la unidad de la nación y de la liquidación del bienestar de los españoles.
Un Gobierno que ha provocado la ruina de las clases medias y populares, que luchan todos los días por llegar a fin de mes, por llenar la nevera ante la inflación desbocada o por poder calentar sus hogares.
Un Gobierno que ha entregado las calles a los delincuentes, alentado el efecto llamada, el multiculturalismo y que ha puesto en calle a violadores.
Un Gobierno cuyo mayor interés es enfrentar a los españoles en razón del sexo, de nuestra historia, del lugar donde residan los españoles o de su nivel de renta. Da igual. Pedro Sánchez y sus socios solo buscan sembrar discordia.
No podemos esperar nada del PSOE.
Pedro Sánchez no es más que el heredero de José Luis Rodríguez Zapatero, el mejor representante de la historia de su formación y el alumno aventajado que ha llevado más lejos el proyecto rupturista, desigual e insolidario que caracteriza al partido socialista.
Quieren una España arruinada, rota, enfrentada y doblegada. Quieren arrebatarnos la esperanza y así eliminar cualquier tipo de resistencia a su proyecto autócrata, para que nadie luche por la libertad, la separación de poderes, el estado de Derecho, la igualdad, la seguridad y la prosperidad de la nación.
Debemos proteger todo lo que amamos: desde la patria grande a la patria chica, desde las familias a los jóvenes; desde nuestra identidad a nuestros intereses nacionales, desde las empresas y los autónomos a los trabajadores; desde la industria al campo; desde los barrios a los pueblos; desde los mayores a los niños; desde la sanidad a la educación.
Por todo ello, los aquí reunidos exigimos que se devuelva la voz al pueblo español y que se convoquen elecciones generales para que, libremente, decida su futuro.
Viva España.
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