No es «nacionalismo» sino secesionismo fascista

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FOTOGRAFÍA. MADRID (REINO DE ESPAÑA), 04 DE NOVIEMBRE DE 2024. El líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa este lunes en la sede nacional de su formación en Madrid. Efe
FOTOGRAFÍA. MADRID (REINO DE ESPAÑA), 04 DE NOVIEMBRE DE 2024. El líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa este lunes en la sede nacional de su formación en Madrid. Efe

Barcelona (Reino de España), lunes 7 de julio de 2025 (Luis Torres Píñar).- Tras el congreso del Partido Popular (PP) del que todos ellos salen eufóricos por el momento que atraviesa el partido en las encuestas: Alberto Núñez Feijóo salva dos obstáculos que a priori, se presentaban como posibles discrepancias, que eran las primarias y el nacionalismo. Sobre lo primero no afecta, pueden elegirse como mejor les convenga. Ahora bien, lo segundo, no. No es que se mantengan contactos con el nacionalismo, es continuar los contactos con el secesionismo fascista que representa Junts per Catalunya (JxCat). Señor Feijóo, no es lo mismo un nacionalista que un secesionista.

«El nacionalista, se distingue por un fervoroso sentimiento a su nación e historia, lo cual es muy respetable en cualquiera de los sentimientos patrios que cada uno posea. El secesionismo, es el partidario de separarse, romper, con la pertenencia al estado del cual forma parte. Con la agravante de pretenderlo de forma unilateral, sin siquiera respetar la opinión del resto de sus compatriotas». La diferencia es obvia e indigna al ser omitida o suavizada para justificar en todo caso, necesitar de sus infames votos. Los secesionistas fascistas, solo dan su voto si beneficia a sus interés, y éstos son siempre contrarios al interés de España y los españoles.

El expresidente del Gobierno de España y del PP, José María Aznar López, pactó en el Majestic (Pactos del Majestic) con el ladrón y deshonorable Jordi Pujol Soley. No le concedió todo lo que pedía el cortabolsas, pero sí, la simiente que aquellos nacionalistas de entonces han nutrido durante mucho tiempo para ser los secesionistas fascistas de hoy. De entonces aquello de: «España nos roba…», cuando realmente era: «La familia Pujol, nos roba».

El ‘traidor’ de los pactos del «Majestic» exige un gran pacto bipartidista social PP y PSOE

El complejo cobarde del Partido Popular no les deja abordar el verdadero problema de España que radica en la Constitución del 1978. El pan para todos de aquel pasado, es hoy el estreptococo de la bacteria «E.Coli», que viene minando desde entonces la política española. Aviso a navegantes antes de dar el voto casi gratis al Partido Popular. Sólo hay una salida pacífica y consensuada posible para revertir el grave problema político que tenemos en España.

En el poco probable escenario que el sátrapa pedro Sánchez Pérez-Castejón decida convocar elecciones generales, para pactar cualquier apoyo con el Partido Popular debe figurar en el programa electoral para conocimiento general de los votantes, la condición «sine qua nom», conforme sólo se pactará un nuevo presidente del gobierno para la próxima legislatura, si ésta se proclama como; constituyente, para en un plazo no superior a tres meses, presentar en referéndum al pueblo soberano las necesarias reformas constitucionales, capaces de reconducir con nuevos cimientos una política honesta y justa para un futuro unidos en la convivencia general. Donde los partidos regionales tan sólo tengan representación en el Senado y dejen las minorías de gobernar a la mayoría.

La política española no se sanea con un mero cambio de gobierno continuista donde lo único que cambia es el collar. La reforma constitucional además de ser necesaria es justa para aquellas generaciones a las que se les está imponiendo un acuerdo forzado ante una nueva situación política que pretendía lo contrario del resultado real demostrado a corto, medio y largo plazo. El que diga que la Constitución del 78, sirvió para unir a los españoles, o es un hipócrita o un nesciente. En esa España que pretenden divulgar como ejemplar, en una de sus regiones, las Vascongadas, nunca se pudo votar en libertad, se permitió, consintió y pretendió ocultar una diáspora para evitar ser asesinado por los criminales de ETA que, para mayor escarnio, hodierna toman decisiones en la gobernanza de España.

¿Sólo cuatro escaños?

En otra región española, Cataluña, la presencia del Estado y de su Rey, ha sido menguante desde el minuto Uno, donde ser español, significa ser fascista, donde opinar diferente a la minoría, significa ser mal catalán… y los verdaderos fascistas que son los secesionistas, también deciden en la gobernabilidad de España. En esa España tan ideal que pretenden inculcarnos a fuerza de ucronía desde el principio, nunca ha existido una verdadera separación de poderes, donde los jueces son nombrados por los políticos o donde el Tribunal que debe decidir si se ajusta o no a la Constitución, entre ellos mismos se denominan como pertenecientes al ala progresista o conservadora… ¿Quién pone a sus miembros…?

¡Nos toman por tontos o es que lo somos…! A qué estamos jugando con el futuro de nuestros hijos y nietos… ¡Basta ya! ¡Desperta ferro! ¡Arriba España! «Cuando el problema son los políticos, el pueblo soberano ha de ser la solución». ¡Ahí lo dejo!

Luis Torres Píñar