300 casos de sacerdotes depredadores sexuales

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WASHINGTON (EEUU), 14.08.2018. Vista de un sacerdote. El jurado explica en el documento que la mayor parte de las víctimas fueron varones, aunque también hay chicas, y entre ellos hay adolescentes y muchos preadolescentes. La Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE.UU.) publicó hoy un informe de un gran jurado que documenta 300 supuestos casos de "sacerdotes depredadores" sexuales en seis diócesis, tras investigar denuncias de abusos de menores. Efe.

Efe – El jurado de la Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE.UU.): «Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, vaginalmente, analmente». En el informe, el jurado criticó que todos los casos fueron dejados de lado por los líderes de la iglesia, «que prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo». Washington (EEUU), miércoles 15 de agosto de 2018. Fotografía: WASHINGTON (EEUU), 14.08.2018. Vista de un sacerdote. El jurado explica en el documento que la mayor parte de las víctimas fueron varones, aunque también hay chicas, y entre ellos hay adolescentes y muchos preadolescentes. La Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE.UU.) publicó hoy un informe de un gran jurado que documenta 300 supuestos casos de «sacerdotes depredadores» sexuales en seis diócesis, tras investigar denuncias de abusos de menores. Efe.

La Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE.UU.) publicó hoy un informe de un gran jurado que documenta 300 supuestos casos de «sacerdotes depredadores» sexuales en seis diócesis, tras investigar denuncias de abusos de menores.

El jurado explicó en el documento, que consta de 1.356 páginas, que ha identificado a unos mil menores que han sido víctimas, algunos de ellos varones, aunque también hay chicas, y entre los que figuran adolescentes y muchos preadolescentes.

«Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, vaginalmente, analmente», denuncia el texto.

El jurado detalló que para elaborar este documento ha escuchado el testimonio de decenas de testigos y ha revisado medio millón de páginas de documentos internos de las diócesis.

En ese sentido, no descartó que el número real de víctimas ascienda a miles, ya que es posible que los registros de algunos menores se hayan perdido o que el afectado optara por mantener el silencio.

En el informe, el jurado criticó que todos los casos fueron dejados de lado por los líderes de la iglesia, «que prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo».

Como consecuencia del encubrimiento, casi todos los casos son demasiado antiguos como para ser juzgados, ya que la mayoría son anteriores al año 2000, aunque el jurado subrayó que ha emitido acusaciones contra un sacerdote de la diócesis de Greensburg y contra otro de la de Erie, que presuntamente ha estado abusando de menores en la última década.

En una rueda de prensa, el fiscal general del estado, Josh Shapiro, destacó que el informe detalla «un encubrimiento sistemático por altos cargos de la Iglesia en Pensilvania y en el Vaticano».

Aparte de las diócesis de Greensburg y Erie, el resto de las afectadas son las de Scranton, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh, todas ellas en Pensilvania.

El pasado 1 de agosto, la diócesis de Harrisburg, una de las implicadas, publicó una lista de 71 religiosos y seminaristas, algunos de ellos ya fallecidos, acusados de abusos sexuales a menores desde 1940.

Tras darse a conocer el informe, la archidiócesis de Filadelfia, que no está entre las implicadas, pidió perdón en nombre de la Iglesia por las experiencias sufridas por las víctimas.

«Reconocer su sufrimiento y mantener nuestro compromiso de ayudar a aquellos que han sido afectados es un paso esencial hacia la cicatrización», dijo en un comunicado.

«La Iglesia ha aprendido mucho de sus errores pasados y sigue esforzándose para corregirlos. La prevención del abuso viene de la formación y la vigilancia constantes, y la prevención del abuso, junto con el apoyo a los sobrevivientes, es y seguirá siendo una prioridad constante de nuestra Iglesia», añadió.