Redacción – Dos niños magrebíes «agredieron sexualmente a mi hija de 10 años el martes, 20 de octubre de 2020, en el comedor del Instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla de Sabadell». «Cuando ella estaba en el suelo, empezó a llorar y a pedir socorro». «Ella gritó». «Ella estaba gritando en ese momento y pidiendo auxilio y que (los dos chicos) pararan». «Eva estaba en el suelo, tirada boca abajo con sus manos a la espalda» sujetadas por los dos niños «y ellos empezaron a reírse de ella». «Empezaron a humillarla; no con palabras sino con los hechos que estaban ocurriendo en ese momento». «Y, uno de los niños», «que estaba» sujetando las manos de «mi hija» por la espalda, «le empezó a decir a otro» chico: ««tocala», «tocala»». «Y el otro niño empezó a meterle mano directamente». «Empezó a tocar sus partes, a tocarle el culo mientras mi hija pidiendo «socorro»». Sabadell (Barcelona) España, miércoles, 4 de noviembre de 2020.
VÍDEO. Sabadell, 01.11.2020.
Laura, una madre de familia, vecina de Sabadell, se siente sola y desamparada después de constatar que la administración sabadellenca haya intentado «tapar» la supuesta «agresión sexual» que sufrió su hija, menor de edad, el pasado viernes 20 de octubre de 2020, en el Instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla de la barriada de Campoamor (Sabadell). Ampliar la foto de la izquierda, fachada del Instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla de Sabadell, al siguiente enlace: aquí.
«Primero, porque es mi hija ante todo» y segundo, «no considero justo bajo ningún concepto de que esta situación se tape». Así advierte la madre de la niña agredida; una joven mujer de 34 años, casada y madre de 5 hijos,
Laura asegura que la familia de los niños, al ser musulmanes, acusan a la víctima por su manera de vestirse; de ir a clase como las niñas occidentales de su edad ante niños de cultura musulmana. Las niñas musulmanas se tapan todo el cuerpo tanto en casa como por la calle.
Por su parte, Laura insiste en que su hija se viste como todas las niñas de su edad, tanto en la Comunidad autónoma de Cataluña como en el resto de España.
La víctima y sus supuestos verdugos magrebíes «van a 5º de Primaria en la misma clase» del Instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla de Sabadell.
Además, lamentan desde la familia de Eva que la agente social del Hospital Taulí insinúa que conozca al director del Instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla, un tal «Paco» (Francisco).
Cuando la madre de Eva hacía el parte médico en el Hospital Taulí de Sabadell, se ve que tras conocer que el incidente había ocurrido en el instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla, la agente social manifestó su intención de cerrar el caso, dejando entender que no era la primera vez que hubiera una agresión sexual en el instituto Escola Pública Joan Sallarès i Pla al recomendar a la madre de la víctima de «hablar primero con Paco», el director del colegio antes de presentar una denuncia ante los Mozos de Escuadra de Sabadell.
Sorprendida por esa respuesta de la agente social, la madre de la víctima decidió ir «directamente a los Mozos de Escuadra» tras el parte médico, ha explicado Laura.
Fueron los compañeros de la víctima que avisaron a la familia del incidente. «Cuando salió mi hija del colegio, un par de compañeros de Eva (mi hija) ya me vinieron corriendo; me dijeron que «Eva… le han pegado en el patio». «Ha sido agredida»». «Entonces cuando salió Eva de clase, yo le pregunté y ella era muy reacia a contestar a esas preguntas porque se le veía como se sentía muy incomoda; muy insegura; parecía que no era muy preparada».
«Yo le pregunté en todo momento ¿si le quiso comentar las monitoras del comedor que le tocaba en ese momento?». «Ella me dijo que «no»». «Entonces le pregunté ¿que le había pasado?». «Ella me dijo que «jugando en el patio con los compañeros de la ‘burbuja’ (…)». «Y, ella vio algo que no le gustó y dejó de jugar ipsofacta». «Y, en ese momento, empezaron los dos niños (magrebíes) a empujarla, a cogerla maniatada con sus propias manos atrás, en plan de detenida como si fueran Policías (los Mozos de Escuadra), hasta llevarla a un rincón» del comedor.
«Entonces, a base de empujones… Eva cayó y se hizo una raspada en la rodilla». «Se hizo también una morada en la pierna en la zona del muslo». No sé si la raspada y la morada ocurrieron cuando los chicos «empezaron a agredirla sexualmente» solo porque ella «se cayó al suelo». «Porque cuando ella estaba en el suelo, empezó a llorar y a pedir socorro». «Ella gritó». «Ella estaba gritando en ese momento y pidiendo auxilio y pidiendo que (los dos niños) pararan». «Ella en todo momento les dijo que no quería jugar más y que pararan». «Que «no» y «no»».
«Eva estaba en el suelo, tirada boca abajo con sus manos a la espalda» sujetadas por los dos niños magrebíes «y ellos empezaron a reírse de ella». «Empezaron a humillarla; no con palabras sino con los hechos que estaban ocurriendo en ese momento». «Y, uno de los niños» magrebíes «que estaba» sujetando las manos de «mi hija» por la espalda, «le empezó a decir al otro» niño magrebí: ««tocala», «tocala»». «Y el otro niño empezó a meterle mano directamente». «Empezó a tocar sus partes, a tocarle el culo mientras estaba pidiendo «socorro»».
Los tocamientos duraron aproximadamente 5 minutos.
La familia de la víctima denuncia una irresponsabilidad del Instituto durante la supuesta agresión sexual. «Por lo que me ha contado mi hija, durante los cinco minutos» aunque estaba «gritando socorro, ningún mayor de edad» (profesorado o monitoras) intervino para socorrer a la víctima «en ningún momento», ha denunciado.
«Entonces», vinieron dos niñas a socorrer a mi hija». «Dos niñas», ha lamentado la madre de la víctima.
«Yo le pregunté» a la dirección del colegio si ¿había monitoras en el patio del colegio? durante los hechos». «No me contestaron». «No me lo supieron contestar». «Es muy duro como madre saber eso».
«Mi hija tiene miedo»
«El día 21 de octubre fue el último día que mi hija asistió a clase, por desgracia». «Digo por desgracia porque» desde entonces «mi hija no quiere asistir a la escuela». «¿Por qué?». «Porque mi hija tiene miedo». «Mi hija no quiere estar con» sus «presuntos agresores sexuales». «Tiene miedo de que le pueda volver a ocurrir algo porque no se siente realmente protegida en el ámbito escolar».
En el parte médico, que la madre de la víctima ha leído durante la entrevista, el hospital Taulí de Sabadell reconoce que ha habido una «agresión sexual» y que por suerte -asegura- ha habido penetración, pero sí que ha habido tocamientos» por parte de los magrebíes.
La joven madre de familia catalana de 5 hijos destaca el «amor» que ella «inculca» a sus hijos y, además, Laura destacó su «lucha» diaria para sacar adelante su familia, subrayando la «educación especial» que necesita su «niño mediano de 12 años», que la obligó desde hace dos años y largo a tener que dejar su trabajo debido a que hasta ahora «en España no hay conciliación familiar» para una madre de familia numerosa. «Si luchas, sales adelante». «Tenga 9, 5 o 2 hijos». «Sobre todo es el amor que inculcas a esos niños y las ganas que le pongas», dijo Laura.
Finalmente, en un mensaje dirigido a todas las madres en la Comunidad autónoma de Cataluña y resto de España, ha pedido «creer» a sus niñas e hijas en casos de supuestas agresiones sexuales o violaciones porque a menudo la dirección de la escuela puede defender la imagen del colegio.
Asimismo, ha avisado: Que los agresores sexuales, depredadores sexuales y violadores sexuales sepan que «un «no»» de una mujer, chica o niña «es un «no»», ha reiterado Laura, que hace una llamamiento a las mujeres agredidas sexualmente a «denunciar porque cuanta más gente lo sabe más vergüenza les darán hacerlo». «No os calleis».
Denuncia que la dirección de la escuela «ha tardado una semana para llamarme después de ver que yo he empezado a moverme».
La madre de la víctima critica a la dirección del colegio por «intentar normalizar» las agresiones sexuales a las alumnas de esta escuela pública en Cataluña.
Recalca que la «hermana mayor» de la víctima es también alumna de esta escuela pública junto a sus hermanos; un total de 4 hijos de esta familia catalana en este centro escolar.
«No lo veo justo». «Por eso como madre, voy a luchar», advirtió Laura.
«Es por mi hija; lucharé por ella», advirtió.