Brasil se hunde en comunismo e ideología de género con la victoria a la mínima de Luiz Inácio Lula da Silva

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FOTOGRAFÍA. BRASILIA (BRASIL), OCTUBRE DE 2022. El patriota presidente de Brasil y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro (d), junto al comunista y progre títere del globalismo y ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva (i), durante el debate electoral de las elecciones a la presidencia del país. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Sao Paulo (Brasil), lunes 31 de octubre de 2022. El comunista exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva ha ganado a la mínima este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil con un 50,83 % frente al 49,17 % que obtuvo el actual patriota gobernante, Jair Bolsonaro, con el 98,81 % de las urnas escrutadas.

El dirigente comunista, progre y títere del globalismo venció la primera vuelta, el 2 de octubre pasado, con el 48,4 % de los votos válidos, pero, como no obtuvo más de la mitad de los sufragios, tuvo que medirse hoy en el balotaje con el patriota actual presidente brasileño, que recibió el 45,2 %.

En la primera vuelta, Lula, señalado por los sondeos como el favorito a vencer hoy, se mantuvo gran parte del escrutinio en el segundo lugar y tan solo pasó a liderar cuando el porcentaje de votos contabilizados superó el 70 %.

Lula, un tercer mandato histórico para Brasil

Los 57 millones de votos que recibió Lula el pasado 2 de octubre, cifra nunca antes alcanzada por un candidato en la primera vuelta de las elecciones, supone todo un atestado de renacimiento político.

Y renacer no debería de ser algo extraño para un hombre que tiene dos fechas de nacimiento.

Precisamente el 27 de octubre Lula celebró su 77 cumpleaños, pero en sus documentos oficiales figura la fecha de 6 de octubre, con la que lo inscribieron oficialmente de forma equivocada en los registros.

Esos errores eran comunes en aquella época, en 1945, en las zonas pobres y remotas del noreste de Brasil, tales como Caetés, la miserable aldea donde nació Lula, entonces dependiente del municipio de Garanhuns.

Ese origen humilde de Lula es precisamente su mejor baza electoral, puesto que le permite ser el único político en Brasil que sabe hablar al pueblo en su mismo lenguaje llano y le garantiza credibilidad cuando habla de la pobreza y el hambre.

Esto, porque nadie duda de que él, en su infancia, pasó por privaciones similares a las que ahora enfrentan 66 millones de brasileños, el tercio de la población que vive bajo el umbral de la pobreza.

Y ya se sabe que el comunismo trae pobreza y dependencia.

Así que los pobres serán aún más pobres en Brasil con Lula, pero lo peor es que aparte de la agenda comunista, Lula va a traer globalismo e ideología de género (enfrentamiento de sexo y superioridad moral de la «mujer» feminista frente a la mujer femenina junto al varón).