Redacción.- Barcelona (España), sábado 5 de marzo de 2022. Esta carta está escrita para que la lea solamente P.S. (Pedro Sánchez Pérez Castejón). Se ruega, pues, a toda otra persona que llegue hasta aquí, que no siga leyendo. Como sé que si la envío a La Moncloa no se la van a pasar, la pongo en digitales para que, con un poco de suerte, él la lea.
Sr. Presidente del Gobierno de España: ¿En su elenco de inmundicia humana hay algún hueco o resquicio para algo de humanidad, de empatía, de vínculo con las personas de mi querida España? ¿O bien lo que hay es solo y todo lo que todos contemplamos a diario y de forma reiterada, invariable, exclusiva?
Porque lo que vemos, observamos, oímos y sabemos es, la absoluta egolatría, su caradura, su cinismo, el engaño y mentira en todo y para todo. Eso como persona; y en lo político, como «mandamás», la total tiranía, el desprecio a la legalidad, a las instituciones, a los Poderes que no son exclusivos suyos, a la Constitución y hasta los derechos básicos de las personas.
Uno se pregunta si en su casa, en su infancia y adolescencia tuvo alguna educación; si alguna vez aprendió respeto, si fue capaz de controlar sus caprichos, sus egoísmos y sus intemperancias. Está claro que aprender aprendió poco, ¿será que nadie le enseñó o que le enseñaron solo lo que ahora muestra y exhibe?
Me paso al tuteo, no mereces mi respeto. Desde su propio encumbramiento ha dejado de ser de los suyos, es solo de usted y para usted. ¿Queda alguna pinza que sujete pieza de ropaje tapadera de miseria? ¿O ya está toda a la vista y nada oculto de sus carencias?
Secretos sí, multitud; pero solo de lo mucho que tienes que ocultar de gastos, andanzas, decisiones y malditos contubernios. Te olvidas que eres personaje público ¡con lo público que tú eres!
El hedor de La Moncloa es ya insoportable por evidente y persistente. Nadie entiende que puedas seguir ahí sentado. ¿Será que carece de narices igual que careces de sentido de estado, de sentido común y de sensibilidad? La pestilencia de su silla alcanza los confines de las tierras que te repelen. Desde hace ya mucho tiempo, a donde quiera que vas en España, los silbidos y abucheos inundan todo el ambiente. ¿Será que los españolitos son desagradecidos? ¿O será que reconocen así tu «meritoria gobernanza»?
Y la gran pregunta que tiene pasmada y aterida a la España digna: ¿Qué ven, qué buscan, qué encuentran, qué huelen o barruntan los miles de borregos atados al engaño de los votos que dejaron de ser PSOE y que ahora son sanchismo calamitoso? ¿Es pesebre o es fanatismo? Lo seguro es que no es sentido, razón, argumento, limpidez ni perspicacia. Preguntemos a Tezanos.
Vivimos en el engaño, o sea, con usted. Y maldita tu política puñetera que soporta la España entera.