Carta abierta a un universitario separatista que sopesa delatar a su profe por el idioma en que impartiera su clase

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 18.12.2021. El presidente de Gobierno separatista de la Generalidad de Cataluña, Pere Aragonés Garcia (2° d), durante la manifestación hispanófoba, convocada por la plataforma separatista Somos Escuela (Som Escola), para pedir una escuela solo en catalán (prohibir el español-castellano) en Cataluña. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo)

Redacción.- Barcelona (España), martes 18 de enero de 2022. También yo fui estudiante. Te abres al mundo. Miras curioso las cosas. Sueñas con viajes… o viajas en sueños. Tus sentidos son radares a pleno rendimiento. Quieres verlo todo, saberlo todo. Te haces con un montón de libros y elaboras un plan de lecturas. Pasan los años y algunos aún esperan turno en la estantería. Hablas con gente. Buscas contrastes. Hoy te admira una certeza inamovible, sólida como una roca… charlas con un desconocido en la cafetería de la Facultad y esa misma certeza se esfuma en el aire. Asistes a clase y la lección magistral te cautiva y tomas apuntes como un loco. ¿Cuándo harás un alto en el camino para ordenar la turbamulta de ideas que a veces te desesperan y encocoran?

Yo también fui estudiante y jamás se me pasó por el magín delatar a un profe por el idioma en que impartiera su clase. Nadie nos instó a ello, ni nos insinuó cosa semejante. Eso no entraba en mis coordenadas.

Me habría parecido una broma, algo completamente ajeno a mí, un chiste malo de una distopía futurista, un pasaje siniestro e inédito de Farenheit 451 o algo por el estilo. ¿Chivarme del profe porque da su clase en ese idioma en el que una vez me declaré o abracé a un amigo del alma tras largo tiempo ausente?

No será la primera vez en la Historia que desde el poder se incentiva la delación anónima. Pero si le echas un vistazo a esos episodios verás que no son, precisamente, los más ejemplares: los malsines que entregaban a presuntos «judaizantes» a la Inquisición, el «pionero» soviético Morozov que delató a sus propios padres por burgueses contrarrevolucionarios o los chicos de las juventudes hitlerianas que hacían lo propio si detectaban actitudes «anti alemanas» en su familia, entre otros igualmente sórdidos y deprimentes.

Una causa que convoca a los delatores, a los chivatos, no es una «Causa» con mayúsculas, una de esas causas que valen la pena, un esfuerzo, sacrificio. Ni siquiera es una causa dudosa: es una causa que en el anonimato blinda la vergüenza y atiza la desconfianza… miradas torvas y disimuladas, silencios, cabezas gachas.

Es una causa turbia, denigrante, para una sociedad que quieren enferma y envilecida. No permitas que el odio y el miedo se adueñen de ti. No se hizo la juventud para eso. A la vuelta de unos años veremos qué personas hemos sido. Que la vida y el camino ya nos malearán, día tras día, paso a paso. ¿Delatar a tu profe? Nada limpio y noble te aportará. A ese precio, chivarse al amparo de las sombras, no hay victoria. Si desarrollas una conciencia crítica, te sentirás sucio e incluso humillado. No hay ningún honor en ello. Y sé libre. Sé digno de ser libre.

Asociación por la Tolerancia

S’ha Acabat!