Lasvocesdelpueblo y Agencias.- El joven político español Pedro Chaparro Velacoracho, secretario general de Democracia Nacional, que ingresó voluntariamente en la prisión de Alcalá-Meco (Madrid) el pasado lunes, 14 de marzo de 2022, por participar a una acción pacífica de defensa de la Unidad nacional de España en la embajada separatista en Madrid, centro Cultural Blanquerna, el pasado 11 de septiembre de 2013 durante los actos del Día de separatismo (antes Diada de Cataluña, entonces fiesta de todos los catalanes), ha obtenido el Tercer Grado Penitenciario y podrá volver a su trabajo, estar con su familia numerosa y solo ir a dormir a la cárcel «de domingo a jueves».
VÍDEO. Madrid, 11 de septiembre de 2013. Acción pacífica y heroica de un grupo de jóvenes españoles en la embajada separatista, Blanquerna
Asimismo, 7 de los 8 condenados a prisión —14 activistas españoles en total participaron en el escrache pacífico y fueron encausados y condenados tras mover todos los hilos el Gobierno de la mayoría absoluta del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy Brey y Soraya Sáenz Santamaría Antón (presidente de Gobierno y vicepresidente, respectivamente), debido a que el acto estaba organizado por los socios de alma del PP, Convergencia (CIU) de Artur Mas gavarrò— por el Caso Blanquerna ya se encuentran en Tercer Grado Penitenciario, menos de cuatro meses después de haber ingresado en centros penitenciarios para cumplir penas de menos de tres años por defender España y rechazar el separatismo desde la capital del Reino de España, Madrid; sin quemar contenedores, amenazar o increpar a nadie, tal y como hacen los separatistas en sus protestas en la Comunidad autónoma de Cataluña y les sale todo gratis.
Los de Chaparro siempre han considerado que su líder es un «preso político» del Procés, proceso de separación de Cataluña del resto de España desde la Comunidad autónoma de Cataluña.
Así ha avanzado la televisión catalana, controlada por el separatismo, TV3 y ha recogido la Agencia Catalana de Noticias, este Jueves Santo de la semana Santa 2022, 14 de abril de 2022.
En noviembre la Audiencia de Madrid les dio un mes para ingresar en centros penitenciarios y el Tribunal Supremo se opuso a los indultos. En las siguientes semanas, algunos de los 14 patriotas españoles condenados ingresaron en prisión voluntariamente y pacíficamente, otros pidieron aplazamientos y otros tienen recursos pendientes.
SEMILIBERTAD PARA TODOS LOS ENCAUSADOS
Casi todos los encarcelados ya han conseguido la semilibertad y sólo deben dormir en prisión de «domingo a jueves».
El último que lo ha logrado es Pedro Chaparro, líder Democracia Nacional, padre de familia española y casado con 4 hijos, con dos niños de 8 y 7 años de edad y dos preciosas niñas de 2 años y un bebé de apenas 1 mes recién nacida. Ingresó voluntariamente en prisión el pasado, 14 de marzo de 2022.
Además, Manuel Andrino, líder de la Falange. Ingresó el 27 de diciembre del 2021 y un mes después, al igual que Chaparro, ya tenía el tercer grado.
Este régimen de semilibertad implica que el preso sólo tiene que acostarse en prisión entre el domingo y el jueves, y puede salir los fines de semana.
En el Caso Blanquerna, todos ellos tienen condenas de entre 2 años y 7 meses y 2 años y 9 meses.
EL ESCRACHE PACÍFICO DE BLANQUERNA
La protesta duró apenas 60 segundos en los que, más allá del ruido de la consigna «no nos engañan, Cataluña es España» y la rotura de una puerta, no pasó absolutamente nada de especial relevancia ni hubo el más mínimo acto de violencia, al contrario de otros cientos de escraches que en esa época y a diario protagonizaban en las calles todo tipo de bandas separatistas y de ultraizquierda, con incontables actos de violencia y de terrorismo callejero sin que nunca ni uno solo de ellos fuera castigado.
Pero a Pedro Chaparro Velacoracho y al resto de patriotas de Blanquerna había que darles un escarmiento por haber entrado a protestar durante una celebración masónica-separatista y ahí entraron en acción primero el Parlamento español condenando de forma unánime la acción (el PP incluido) y el Tribunal Supremo, multiplicando por ocho la condena previa de la Audiencia Provincial, un hecho totalmente insólito en el funcionamiento habitual de la Justicia.
