Cataluña. Las ballenas visitan la costa catalana para alimentarse y no solo para migrar

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PALMA, 04.06. 2012. CORRECCIÓN ESPAÑA CETÁCEOS INVESTIGACIÓN:AÑADE RESTRICCIONES DE USO NAC19. Fotografía facilitada por la Universidad de Tübingen de una ballena rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo ser vivo más grande del planeta. Técnicos medioambientales de Cabrera han instalado un hidrófono, un micrófono submarino, y colocarán otro próximamente para estudiar el proceso migratorio estos cetáceos y conocer más acerca de esta especie. El dispositivo se sumergió en febrero a 110 metros de profundidad para grabar el sonido a su paso por Cabrera de estas ballenas que habitan en distintos puntos del planeta y cuya población en el Mediterráneo se cifra aproximadamente en un cantidad de entre 3.000 y 4.000 ejemplares. Efe-Gerald Roger Hau (SOLO USO EDITORIAL). Efe

Efe – Las ballenas visitan cada vez más la costa catalana para alimentarse y no como corredor migratorio, como se creía hasta ahora, según ha concluido el Proyecto Rorcual que ha elaborado la asociación EDMAKTUB, dedicada a la investigación de los cetáceos. Barcelona (España), martes 26 de diciembre de 2017. Fotografía: PALMA, 04.06. 2012. CORRECCIÓN ESPAÑA CETÁCEOS INVESTIGACIÓN:AÑADE RESTRICCIONES DE USO NAC19. Fotografía facilitada por la Universidad de Tübingen de una ballena rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo ser vivo más grande del planeta. Técnicos medioambientales de Cabrera han instalado un hidrófono, un micrófono submarino, y colocarán otro próximamente para estudiar el proceso migratorio estos cetáceos y conocer más acerca de esta especie. El dispositivo se sumergió en febrero a 110 metros de profundidad para grabar el sonido a su paso por Cabrera de estas ballenas que habitan en distintos puntos del planeta y cuya población en el Mediterráneo se cifra aproximadamente en un cantidad de entre 3.000 y 4.000 ejemplares. Efe-Gerald Roger Hau (SOLO USO EDITORIAL). Efe

El presidente de EDMAKTUB e investigador jefe del Proyecto Rorcual, Eduard Degollada, ha explicado a Efe que este descubrimiento «es muy importante para la conservación de las ballenas».

«Ahora hay que proteger aún más la zona porque ya no solo están de paso, sino que también se alimentan aquí», ha dicho Degollada, que ha considerado que el nuevo hallazgo tiene una «importancia internacional».

Los resultados de la asociación son el fruto de cuatro temporadas consecutivas de observación y recogida de datos y 2017 ha registrado un elevado número de avistamientos, con un total de alrededor de 300 ballenas vistas en la costa catalana.

Degollada ha explicado que los cetáceos empiezan a llegar al litoral catalán a finales de febrero y principios de marzo, y desde ese momento hasta mayo «se pueden ver y estudiar porque están presentes constantemente».

Sin embargo, a partir de junio las ballenas desaparecen de la zona, porque el krill, su alimento, está más presente con el agua fría y cuando empieza a calentarse con la llegada del verano deja de aparecer y las ballenas se van a buscar alimento hacia la zona del Atlántico.

El descubrimiento del Proyecto Rorcual, que cuenta con la colaboración de la red de pescadores profesionales para sumar avistamientos, significa un paso más en la conservación de esta especie protegida y vulnerable porque de «las condiciones del mar dependerá la supervivencia de las ballenas», ha dicho Degollada.

Según el investigador, esto obligará a proteger aún más a los cetáceos, pero, además, constituye «un indicador de que la situación es lo suficientemente buena como para que las ballenas sigan viniendo».

«Es un indicador de que el mar aún mantiene riqueza», ha considerado Degollada, aunque ha dejado claro que «no se puede decir que la situación sea mejor que años atrás porque antes no existía ningún indicador».

El pasado día 18 se anunció la creación de una zona de especial protección de importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) en la franja marítima de la costa levantino-balear, que constituirá una reserva para blindar la conservación de los cetáceos en el

Mediterráneo español y que, entre otras medidas, comportará la prohibición de hacer sondeos petroleros en la zona.
A pesar de considerarla «necesaria», Degollada cree que la reserva se ha desarrollado con estudios antiguos que no contemplan la zona más costera, que es «donde hay mayor concentración de ballenas» y se sigue considerando que «es un corredor de migración».

«No tiene mucho sentido que se le llame corredor de migración porque la mayoría de especies no están de paso sino que vienen a alimentarse aquí», ha opinado el investigador, que ha pedido que se tenga en consideración «ampliar la zona de reserva» a las áreas más próximas a la costa.

Las ballenas siguen siendo una especie en peligro y, según constata el estudio del Proyecto Rorcual, la principal amenaza para estos animales es el tráfico marítimo, que causa muertes «muy a menudo» e incluso «más de lo que pensamos porque cuando las ballenas mueren tienden a hundirse hasta 200 metros», ha explicado Degollada.

Según el investigador, no hay «datos fiables del número de ballenas», que solo indican que «o se reduce la población o se distribuye», algo que a su juicio no se puede confirmar, aunque «la tendencia es pensar que cada vez hay menos ejemplares» y, por ello, cada vez es más necesario luchar para su conservación.