EFE – La aparición de catorce fotografías inéditas de la boda de Diana de Gales con Carlos de Inglaterra ha conmovido al público británico y ha devuelto a las primeras páginas de los periódicos a la princesa, fallecida en 1997 en París cuando era perseguida por los paparazis. En una semana en la que el palacio de Buckingham ha alertado del acoso de los fotógrafos al príncipe Jorge, «Lady Di» ha compartido protagonismo en los medios del Reino Unido con el primogénito de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, de dos años, que habría sido su primer nieto, 15 de agosto 2015. <Fotografía de archivo tomada el 29 de julio de 1981 de los príncipes de Gales, Carlos de Inglaterra y Diana Spencer, mientras se besan en el balcón del Palacio de Buckhingham poco después de casarse en la Catedral de St. Paul en Londres (Reino Unido). Foto archivo/Efe>.
La imagen de Diana ha reaparecido en una serie de instantáneas que retratan los momentos más íntimos de su enlace con el heredero al trono británico, el 29 de julio de 1981, y que muestran la espontaneidad y ternura de la princesa. La colección de retratos, que quedó descartada del álbum oficial de los recién casados, se tomó en el palacio de Buckingham durante la recepción de la boda y tras la ceremonia religiosa que se celebró en la icónica catedral de San Pablo en Londres, informó la casa de subastas RR Auction, que sacará a la venta las fotografías el próximo 28 de septiembre en Estados Unidos.
Las imágenes tomadas por Patrick Lichfield, único miembro de la familia autorizado a retratar de forma extraoficial a los príncipes, fueron entregadas al asistente del fotógrafo como recompensa por su trabajo ese día, y han permanecido guardadas durante 34 años. El enlace real, que congregó a una patriótica multitud de 600.000 personas que agitaban banderas británicas al paso de los recién casados, se convirtió en el evento televisivo más seguido de la historia con una audiencia de 750 millones de espectadores.
En las capturas de este día que salen a subasta -siete de ellas en blanco y negro, y otras siete en color-, aparece una joven Lady Di, que tenía 20 años el día de su boda, vestida con un traje de novia color marfil, de seda y tafetán, y bordado con 10.000 perlas, un diseño que firmaron los británicos David y Elizabeth Emanuel. Las instantáneas en blanco y negro muestran a Diana acompañada de su familia, así como, por otros miembros de la realeza -entre los que están la reina Isabel II, el príncipe Carlos, las Princesas Ana y Margarita y el príncipe Andrés-, recorriendo un imponente pasillo del Palacio de Buckingham.
La espontaneidad y ternura de la princesa, que era profesora en una guardería cuando conoció al heredero al trono, queda retratada en las imágenes en las que sostiene en brazos a su dama de honor más pequeña, Clementine Hambro, que se había caído mientras andaban por el pasillo y a la que la princesa intentaba consolar.
Entre las imágenes a color, destaca una en la que aparecen los recién casados, Diana y Carlos, uno junto al otro y radiantes de felicidad y otra muestra a la princesa en la sala del trono mientras la diseñadora de su vestido arreglaba la cola de la novia para las fotos formales. El llamativo vestido color turquesa de la princesa Michael de Kent es protagonista de otra de las imágenes.
La familia real al completo, reunida para las fotografías formales, queda inmortalizada en un retrato donde aparecen el jinete Mark Philips, el príncipe Andrés, los recién casados, el hermano de la princesa Earl Spencer y los duques de York, entre otros. Asimismo, la reina Isabel II protagoniza una de las imágenes que se pondrán a la venta: mientras los príncipes cumplían con sus compromisos, la monarca observaba en un pequeño televisor grabaciones de la multitud que se congregó para celebrar un acto que nadie quería perderse.
La casa de subastas RR Auction estima que las fotografías, que incluyen también la autorización de La Casa Real Británica al asistente del fotógrafo para venderlas, podrían alcanzar un precio total de 15.500 euros. El matrimonio de cuento de hadas terminó en agosto de 1996, con el divorcio entre los príncipes que habían tenido dos hijos, Guillermo y Enrique.
Un año después, la princesa Diana falleció en un accidente de coche en París, pero nadie ha olvidado su cercanía y amabilidad, y ese aura de sensibilidad que estas nuevas fotos rescatan a través del tiempo.