Cervantes al Gobierno Pablo Iglesias y Sánchez: «Prohibir el español es una idiotez sin límites» 

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FOTOGRAFÍA. NUEVA DLHI (INDIA), 14.12.2019. El doctor en Filosofía y Filología sánscrita y actual director del Instituto Cervantes de Nueva Delhi, Òscar Pujol, ojea un ejemplar de su primer diccionario sánscrito-español durante una entrevista con Efe en su despacho en Nueva Delhi (India), el pasado 10 de diciembre. La publicación del primer diccionario sánscrito-español marca un hito para el acercamiento cultural entre la India y el mundo hispánico, un puente de conocimiento que nace tras 7 años de intenso trabajo. Efe

Efe – La eliminación del castellano como lengua vehicular en la nueva ley de educación sigue provocando reacciones como la del exministro de Cultura César Antonio Molina, que lo considera una «estupidez», o la preocupación mostrada ayer por la Real Academia Española (RAE) en un comunicado que el escritor Manuel Rivas tacha de «lamentable». Madrid (España), viernes 20 de noviembre de 2020.

Mientras, Mario Vargas Llosa ha dicho que suprimir el español es «una idiotez sin límites» y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha mostrado su convencimiento de que la ley siempre favorecerá «la integración y bilingüismo» y no será una arma que «persiga el español».

Mientras, Mario Vargas Llosa ha dicho que suprimir el español es «una idiotez sin límites» y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha mostrado su convencimiento de que la ley siempre favorecerá «la integración y bilingüismo» y no será una arma que «persiga el español».

También las redes sociales se han posicionado hoy a favor y en contra de la ley a partir del comunicado de la RAE, con argumentos en pro del texto de la Real Academia y otros críticos con él, que consideran que el español no se debe ni de se puede imponer.

El escritor gallego Manuel Rivas ha calificado de «lamentable» y hasta «escandalosa» la postura de la RAE respecto al debate sobre las lenguas en España generado por la nueva legislación educativa, al considerar que «actúa como una facción política».

La declaración de la RAE se asemeja a la de una «real academia de la derecha española», ha comentado Rivas en una conversación telefónica con Efe.

Rivas, que es miembro de la Real Academia Galega, ha considerado que «no es una postura unánime» de una institución que debería reflejar la «diversidad» cultural y no un «problema ficticio» que algunos sectores de la sociedad española tratan de usar de «elemento de confrontación y envenenamiento».

Rivas ha observado que, mientras en el vecino Portugal los jefes de Estado y de gobierno, empresarios e intelectuales suelen hablar castellano sin complejos, España tiene un «problema de monolingüismo de las élites» que, en muchos casos, «no hablan ni una palabra de catalán, gallego o euskera», por no decir de portugués.

«En cambio, parece que con el inglés hay barra libre», ha apuntado Rivas, tras advertir de que tal vez la RAE debería fijarse en lo que ocurre con el castellano en Estados Unidos o en Puerto Rico y otros lugares donde hay una «represión» contra esa lengua.

Por su parte, para César Antonio Molina, también director del Instituto Cervantes entre mayo de 2004 y julio de 2007, cree que esta nueva ley de educación pone en «manos del nacionalismo e independentismo catalán y vasco» la idea de «destruir España».

«Y dentro de esa destrucción -ha declarado a Efe- está el robarle a sus conciudadanos una de sus dos lenguas originarias que han hablado durante 500 años».

Una nueva norma que, según Molina, significa «ir contra uno de los artículos más importantes de la Constitución, en el cual se reconoce al español como la lengua común de todos los españoles, como ha sido así toda la vida, y como es la lengua que casi hablan 700 millones de todo el mundo».

Aún así, considera que el español «no corre peligro» porque las lenguas «no se hablan por imposición» y le parece «una estupidez, una majadería meterse con una lengua tan rica y poderosa» que han hecho «todos, incluso los catalanes».

Menos radical se mostró García Montero, que fue el primero en reaccionar durante su comparecencia el pasado 4 de noviembre en la Comisión de Cultura del Congreso con motivo de la presentación de los presupuestos generales del Estado para 2021.

En esa ocasión, preguntado por el Partido Popular sobre la conocida como Ley Celaá, García Montero destacó que, aunque no le «correspondía» entrar en esta «polémica», estaba «convencido» de que será «siempre» una ley que «favorezca la integración y el bilingüismo, más que una ley que persiga el español».

«Sin temores, hay que asumir muy bien la lucha del vocabulario y no meter neologismos sin necesidad ninguna», matizó.

«No se olvide -añadió- la importancia del español en el mundo, que además enriquece la extensión del gallego, catalán o euskera como lenguas que conviven con el español en España. Debemos aprender que es un deber democrático que las sociedades respeten las lenguas maternas».

Y hace dos días, Vargas Llosa, académico de la RAE, aseguraba que es «un disparate» la eliminación del español como lengua vehicular y pedía una reacción «categórica» por parte de la Academia.

«Lo que resulta entonces es que España no tiene lengua oficial. ¿Y qué ocurre con los 500 millones de personas que hablan español?, ¿cómo se explica a los mexicanos, que es el país donde más se habla?», se preguntaba el Premio Nobel de Literatura 2010.

Reacciones diversas ante una ley aprobada ayer en el Congreso, a la que ahora falta el trámite del Senado.