Madrid (Reino de España), mierda 6 de noviembre de 2024 (Lasvocesdelpueblo).- DANA VALENCIA | ¿Por qué paralizaron las presas que estaban proyectadas y aprobadas en la zona que ahora ha padecido la tragedia? ¿Por qué no construyeron las infraestructuras hídricas proyectadas para paliar las riadas en una zona que las había padecido de manera dramática desde hace siglos?». «Sabemos por qué: el fanatismo climático mata. Las políticas de Bruselas matan. La política de Pedro Sánchez mata». El líder opositor español y presidente del partido político Vox, Santiago Abascal Conde, anunció hoy una querella contra Pedro Sánchez Pérez-Castejón y miembros de su Gobierno por abandonar a su suerte a los damnificados y a las personas fallecidas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANAl en España, en su mayoría en la provincia de Valencia (211 muertos).
Discurso íntegro de Santiago Abascal Conde
«Quiero en nombre de VOX, reiterar nuestro pésame a las familias de los fallecidos en la tragedia de Valencia. Nuestro abrazo a los familiares que aún no han encontrado a los desaparecidos y nuestra promesa de hacer todo lo posible para que recuperen el futuro aquellos que lo han perdido todo.
VÍDEO. MADRID (REINO DE ESPAÑA), 06 DE NOVIEMBRE DE 2024.
Quiero también agradecer a los voluntarios a esa cantidad tremenda, sobre todo de gente joven y de todas las ideas, que han estado ayudando sin mirar a quién y que sí dieron una respuesta inmediata y estaban sobre el terreno al día siguiente, ayudando donde aún no había llegado la Administración. Ellos son lo mejor de España, con sus toneladas de ayuda, con sus toneladas de solidaridad y con sus toneladas de ejemplo para todos los demás.
Pero, además de ayudar, nosotros tenemos la obligación de denunciar. Tenemos la obligación de denunciar que el Estado autonómico fallido, presidido por Sánchez y sus organizaciones no gubernamentales subvencionadas, no solo no han ayudado; no solo no han llegado a tiempo, sino que han entorpecido y han criminalizado la ayuda de los voluntarios.
Todavía hay pueblos y zonas donde no han visto un policía, un militar o un bombero. Y donde sólo ha llegado la ayuda de los voluntarios de toda España. Hasta ayer ni siquiera conocíamos -porque seguían ocultándolo- las cifras de muertos y desaparecidos. Todo ha sido un nauseabundo cálculo político para maquillar la mayor tragedia de las últimas décadas y para ocultar la responsabilidad criminal de las administraciones y de los políticos. La magnitud de la tragedia, desde un punto de vista humano y material, se ha agravado como consecuencia de la actuación política de Pedro Sánchez.
Advertimos a los españoles de que lo peor de Sánchez estaba por llegar y los españoles lo han padecido en sus propias carnes durante estos días. Las prioridades de Sánchez ante la tragedia las han visto todos los valencianos y todos los españoles:
En el día clave, la prioridad de Sánchez era asaltar Radio Televisión Española para tomar totalmente el control político, y subir los impuestos, cuando los españoles estaban abandonados y ahogándose.
Su actitud insensible ante nuestros compatriotas que aún estaban anegados por el agua, conviviendo entre cadáveres y padeciendo saqueos, fue aún peor: se lavó las manos, en una evasión competencial absolutamente criminal, negando la ayuda militar, rechazando la ayuda internacional y criminalizando la ayuda de los voluntarios y pronunciando aquella frase que le perseguirá para siempre de ‘si quieren ayuda, que la pidan.
No contento con eso, pretendió fotografiarse en la zona devastada y entre la gente que lo había perdido todo en mitad de la ira popular.
¿Podía empeorarlo?
Sí; Sánchez siempre puede empeorar las cosas. Y ayer lo hizo tomando como rehenes a las víctimas de esta tragedia y vinculando los presupuestos de Sánchez y de sus socios a la respuesta económica a la tragedia. Ayer lo hizo utilizando a las víctimas como escudos humanos; reteniendo la ayuda mientras no recibía el apoyo de la oposición y por lo tanto, extorsionando y chantajeando a la oposición, que tiene el deber de controlar y de vigilar al gobierno. No tiene ningún límite; no tiene ningún escrúpulo y no tiene ninguna empatía.
¿Podía ser peor?
Sí. Y ayer también lo hizo. Una semana después del inicio de la tragedia, anunció un plan al que se atrevió a bautizar como ‘plan de respuesta inmediata’ en un gigantesco insulto a los valencianos, a los españoles y, sobre todo, a las víctimas de esta tragedia.
En este tema, al menos no se han atrevido a sacar el comodín de Franco. Pero no hacía falta irse tan lejos en el tiempo. Y hoy hay muchas preguntas que tienen que responder: ¿Por qué paralizaron las presas que estaban proyectadas y aprobadas en la zona que ahora ha padecido la tragedia? ¿Por qué no construyeron las infraestructuras hídricas proyectadas para paliar las riadas en una zona que las había padecido de manera dramática desde hace siglos?
Sabemos por qué: el fanatismo climático mata. Las políticas de Bruselas matan. La política de Pedro Sánchez mata. Como también mata no avisar a la población y después dejarla abandonada; como también mata no llevar la ayuda del Ejército desde el minuto uno; como también mata rechazar la ayuda internacional y la de los voluntarios y como también mata criminalizar al pueblo que lo ha perdido todo. Y ahora nuestro deber, uno de nuestros deberes como tercera fuerza política en España es exigir responsabilidades ante los atropellos constantes de Pedro Sánchez y de su Gobierno. Espero que nadie se olvide de esto. No se puede blanquear más a este Gobierno. No se puede ceder a ninguno de sus chantajes. Hay que hacerle oposición. Oposición total. Oposición. Porque eso es lo que nos exigen los españoles y para eso nos eligieron.
Por ellos hay que seguir denunciando las tropelías de este autócrata.
Nosotros lo hacemos políticamente y lo hacemos también en los tribunales. Y por eso puedo anunciarles hoy que VOX presentará una querella contra Pedro Sánchez y otros miembros de su Gobierno por los delitos de homicidio imprudente y de omisión del deber de socorro. Declarar la emergencia nacional no era una opción, era un deber inexcusable e ineludible. Y de manera consciente no lo hicieron. Ahora tendrán que pagar por ello».