De las guerras Bélicas a las guerras Políticas

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 11.09.2021. El independentismo reúne solo a 108.000 personas en las calles del centro de Barcelona para su manifestación secesionista 2021con el motivo de la Diada de Cataluña, Once de Septiembre. la militancia independentista está muy divida por la nueva hora de ruta negociadora del Procés con España y ha llegado a tachar hoy de 'traidor' (Botifler) al líder de ERC y su partido, Oriol Junqueras Vies, durante el recorrido de la protesta que ha iniciado frente la Jefatura Superior de Policía Nacional en Vía Layetana de Barcelona. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo) 

Redacción.- Pamplona (Navarro), jueves 24 de febrero de 2022. Cataluña despierta tras dos años de letargo político y de mutismo postreferéndum y anhela una nueva etapa basándose en impulsar una transformación social, verde feminista y democrática.

Estamos a un año vista de las elecciones autonómicas y municipales, tan ansiadas por los ciudadanos y por su bienestar, tal y como han ido demostrando los resultados entre referéndums y urnas cargadas de ilusiones ópticas. El campo está que arde. Los líderes de la Generalitat de Cataluña están ya contemplando de nuevo su futuro programa electoral y su «máxima obsesión» (declaraciones de Presidencia, Europa Press): la segregación territorial de Cataluña e instaran como hizo Escocia con el Reino Unido en 2014. Han salido a la palestra asegurando que Cataluña no está dispuesta a renunciar a la «resolución democrática del conflicto político» pero tampoco a la independencia. Por otro lado, el 16 de febrero en un almuerzo—coloquio en el Círculo Ecuestre de Barcelona en el Ciclo de «Agendas cruzadas Madrid-Barcelona» el expresidente de España, Aznar, reconoció que la política catalana «fue bien cuando se movió en lo posible pero mal en lo irrealizable», sugiriendo que dicha política abandone lo imposible. La prueba está en las reiteradas votaciones sobre el independentismo, donde el votante demostró su criterio.

Su mayor anhelo utópico será empezar a construir alternativas con realismo y máximo consenso con el Estado Español para una independencia como País a todos sus efectos jurídicos y administrativos. La división territorial con el resto de España es «de poder y facto» difícil de conseguir por ley y por elección electoral del pueblo: según la ley Constitucional de España, «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles…» ( Art.2 ); el Ejecutivo de la UE cierra filas con el Gobierno español en su defensa de la Constitución y se ciñe a la doctrina Prodi, en la cual si un territorio se declara independiente, queda automáticamente excluido de la UE y el proceso de retorno se prolongaría en años.

Actualmente, renacer como el Ave Fénix y dar un giro a la historia queriendo remontar y recuperar la historia ancestral de Cataluña, no es un paso factible en pleno siglo XXI donde ha de imperar el auge económico y empresarial para el bienestar de las grandes empresas, pyme y autónomos, y los sucesivos puestos de trabajo de los habitantes en este territorio. Véase el éxodo masivo de un millar de empresas y el desangelamiento del activo bancario. Cabe asimilar que en la nueva Era, las organizaciones territoriales mundiales, europeas, españolas y autonómicas están avaladas bajo leyes gubernamentales cuya misión es la de evolucionar e implantar países con libertad. Cataluña ha de consolidarse como en ejemplo de territorio con futuro, con una cultura, historia e identidad propia reflejado en su Carta Magna como símbolo de su personalidad, y fortaleciendo sus negociaciones con España y con Europa. Es el momento de crear su nueva historia.

Remontándonos a su Historia, se han producido diferentes divisiones en el territorio y se han ido modificando en función del tiempo histórico y las circunstancias militares. Todas ellas las mater de Cataluña y cabe señalar que son las primeras en las que los actuales líderes quieren sumarse para enrocarse en la posteridad.

Los primeros colonos llegaron a lo largo del primer milenio A.C. siendo los Fenicios, Griegos y Cartaginenses. Parece ser que la nomenclatura geográfica más antigua de Iberia o «tierra de los Íberos» corresponde a la que dan los romanos en su llegada en 218 A.C. pasando a ser Hispania cuando prácticamente toda la Península está bajo su dominio. La primera división territorial aparece en las primeras provincias del que sería el Gran Imperio Romano: la Hispania Citerior (franja mediterránea peninsular) y la Hispania Ulterior (territorios del interior). Posteriormente se creó la provincia de Tarraconensis, donde incluyeron tierras de Cataluña y buena parte del Valle del Ebro. Roma también subdividió el territorio en espacios de extensión más pequeños, nombrados Conventos Jurídicos. La posterior división fue con los Visigodos en los siglos XV-VII, después de la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 D.C, que conservaron su formato territorial político-administrativo.

Otras múltiples divisiones territoriales tuvieron lugar a partir de 711 D.C., bajo la dominación islámica, Cataluña pasó por diferentes etapas administrativas y políticas como el Emirato Califato de Córdoba (s.X), Reinos de Taifas (s. XI) y el Al-Andalus (denominación que significa Al Occidente). Coetáneamente, en las montañas pirenaicas, el rey Carlomagno (812) crea la Marca Hispánica, empezando así los primeros Condados catalanes en la Ciudad Condal (Barcelona) y las tierras septentrionales catalanes cuyas relaciones político-sociales entre sí fueron de carácter feudo-vasalláticas. Posteriormente, en 1137 nació la Confederación Catalo-Aragonesa o Corona de Aragón, y las conquistas territoriales dieron lugar a la Catalunya Nova, repoblándose tierras y concediéndose Las Cartas de Población como la de Lleida (1150).

Otra división territorial y modelo de propuesta por los actuales políticos como ejemplo de ideal organización geográfica, son las Vegueries (S. IX-X). Estas 10 divisiones catalanas tenían funciones administrativas propias, judiciales y militares, llegando a nacer en su periodo: la Diputació del General o la Generalitat en 1359 bajo el respaldo institucional de los Reyes de la Casa de Austria. Más tarde, se duplicaron en Sot-Vegueries hasta el S. XVIII. Pero, se extinguieron tras la Guerra de Sucesión el 11 de septiembre de 1714 y realizando otra nueva organización territorial con 12 demarcaciones denominada Corregiments, presidida por Corregidores regidos por el Decreto de Nueva Planta. En 1789 estalla la Revolución Francesa y diez años más tarde Napoleón Bonaparte llega al poder, y en consecuencia, invade España en Mayo de 1808 (Guerra de Independencia en España o la Guerra del Francés en Cataluña -1808-1814), provocando otra división administrativa en 4 Departamentos siguiendo la estructura francesa, antecedente directo de las actuales provincias catalanas. Cambiadas a posteriori durante la Segunda República Borbónica (1931-1936), en la cual se creó la Mancomunidad y el Govern de la Generalitat, realizando a su vez una división interna de Cataluña de 38 Comarcas agrupadas en 9 Regiones.

Viajando hacia España, finalizada la guerra, Fernando VII reina en un terrible absolutismo durante la Omniosa Década de 1823 a 1833. Pero es Isabel II, quien hace un giro al Liberalismo y divide España en 50 provincias y Cataluña en 4, hasta nuestros días.

Actualmente, finalizada la Guerra Civil (1936-39) y el Franquismo (1939-1975) con la restauración de la Democracia y el estatuto de Autonomía de 1978, se aprueba en 1987 la última división territorial con 38 Comarcas y con personalidad jurídica y gobernadas por Consells Comarcals, incrementándose en 41 Comarcas en 1988.

Y ahora, en el segundo milenio d.C., en pleno siglo XXI, en 2023, otra vez … otra división territorial interna, la división geográfica de España y el exilio de Europa.

Los proyectos de división territorial de Cataluña—España atentan gravemente contra las aspiraciones legítimas de un pueblo, según Angela Merkel, excanciller alemana «la soberanía y la integridad territorial de España son y se mantienen inviolables, se ha de respetar el orden constitucional». La Soberanía no se puede divide si un pueblo no lo decide, y el ciudadano de Cataluña ha demostrado querer a su tierra y a su Nación con sus mensajes de unidad en torno a España, Gobierno que confía para defender los derechos del futuro de su familia.

Judith Sarrablo Roure