«Defensa: Denme la valoración de discapacidad que me corresponde tras 14 años en el Ejército»

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Readacción – El agente de las Fuerzas de Seguridad de Estado de Nación, Ivan Ramos, lamenta en una carta abierta lanzada en la plataforma Change.org hace 5 meses dirigida al Ministerio de Defensa del gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy Brey que «Dediqué 14 años de mi vida a servir a mi país. Y me pagan dejándome tirado a mi suerte». <Fotografía: El agentes de las fuerzas armadas españolas, Ivan Ramos, imágenes facilitadas por el agente Ivan Ramos>.

En su carta, que pueden firmar [aquí] para solidarizarse con Ivan, el agente explica que «El 13 de abril de 2011 mi vida cambió repentinamente: el vehículo blindado Lince con el que hacíamos una escolta en comboy en Afganistán sufrió un accidente a poca distancia de la base española en Herat. Como iba en la posición de tirador, me tocó la peor parte: perdí un riñón y el bazo, acabé con 17 huesos rotos y con graves secuelas, como pérdida de audición y amnesia a corto plazo», apunta Ramos en su carta que reproducimos íntegramente a continuación.

«Dediqué 14 años de mi vida a servir a mi país. Y me pagan dejándome tirado a mi suerte.

Me llamo Iván y durante catorce años serví con orgullo en el Ejército español. Como parte de la Unidad de Operaciones Especiales y la Legión, participé en misiones de paz en países como la República Democrática del Congo y Afganistán, donde siempre cumplí con mi deber con la máxima profesionalidad.

El 13 de abril de 2011 mi vida cambió repentinamente: el vehículo blindado Lince con el que hacíamos una escolta en comboy en Afganistán sufrió un accidente a poca distancia de la base española en Herat. Como iba en la posición de tirador, me tocó la peor parte: perdí un riñón y el bazo, acabé con 17 huesos rotos y con graves secuelas, como pérdida de audición y amnesia a corto plazo. Estas secuelas me incapacitan para cualquier tipo de trabajo.

Aquel día mi salud quedó tocada, pero también mi relación con el Ejército cambiaría para siempre. El Tribunal Médico Militar me reconoció sólo un 24% de discapacidad tras el accidente, lo que significaba que no tenía derecho a pensión aún habiendo sido herido en acto de servicio en territorio extranjero. El tratamiento médico me lo tendría que financiar con mis propios medios.

Esta valoración fue totalmente injusta: meses antes la Comunidad de Madrid me había otorgado un 65% de discapacidad. Me gasté mucho dinero para reunir documentos e informes periciales y conseguí una nueva valoración por parte del Tribunal Militar en el Hospital Gómez Ulla que, reconociendo su error, subieron el porcentaje al 42%, una cifra que sigue sin reconocer la gravedad de mi discapacidad y que no me da derecho a la pensión que me corresponde.

Yo lo dí todo por el Ejército. Renuncié a ver a mi familia y amigos durante meses y años, puse mi vida en peligro para defender a los más indefensos y los intereses de mi país. Aunque me salió caro, no me arrepiento y sigo amando la profesión. Pero no puedo tolerar el trato que el Ejército y el Gobierno me están dando ahora y por eso he iniciado esta petición para pedirle al Ministerio de Defensa que me dé la valoración de discapacidad que me corresponde.

Para mí esta lucha no es una cuestión de dinero -afortunadamente no lo necesito-, es una cuestión de dignidad y respeto a todos los compañeros en mi situación. Necesito que mi caso sirva de ejemplo de una injusticia que, desgraciadamente, se produce de forma muy habitual en nuestras Fuerzas Armadas.

No quiero que ningún otro compañero de cualquier cuerpo de las Fuerzas de Seguridad del Estado pase por lo que yo he pasado no se que vulneren sus derechos». Firmar [aquí].