Lasvocesdelpueblo y Agencias – Miquel Buch, el consejero de Interior del Gobierno independentista instalado en la Generalidad de Cataluña del presidente Quim Torra Pla, ha negado este lunes que existan motivaciones políticas en el relevo de la cúpula de los Mozos de Escuadra ni tampoco en la creación de la nueva Área de Seguridad Institucional (ASI) y ha defendido que ambos responden «únicamente» a criterios profesionales. Barcelona (España), lunes 22 de julio de 2019.
Así lo ha sostenido Buch en comisión parlamentaria, donde ha atacado a la oposición por tildar de «guardia pretoriana» a la nueva área de escoltas que entró en funcionamiento el pasado 17 de junio con cuatro sargentos y 71 mozos y cabos bajo control funcional de Presidencia de la Generalidad de Cataluña.
«Hablan de guardia pretoriana pero es como si yo los llamara Los Locos del Cannonball», ha ironizado en alusión a la famosa película de comedia sobre «los autos locos».
Asimismo, ha afirmado que «no es un modelo nuevo», sino que existe «en países como el Reino Unido o Italia y que han «copiado» además el decreto que regula el personal de seguridad del presidente del Gobierno español.
«¿Cómo le explican a los catalanes que lo que sirve para el presidente de España no sirve para el presidente de la Generalitat? ¿Se le tiene que proteger menos porque es un presidente de una comunidad autónoma?», ha cuestionado Buch.
El conseller ha garantizado también que la creación de esta nueva área se debe a «un cambio de modelo, no a que haya más riesgos», y ha aseverado que los miembros del ASI han sido seleccionados por su «perfil técnico», pues «en ningún caso tenían responsabilidades políticas».
«Tampoco ha intervenido ningún cargo político en el proceso selectivo», ha apostillado, tras detallar que esta nueva área «no implica ningún incremento de gasto público» porque los agentes que han pasado a formar parte continúan estando en la misma categoría.
Según este independentista, los criterios de selección de los miembros del ASI no han sido «opacos», sino que tenían en cuenta disponer de capacidades organizativas del cuerpo de Mozos y de la estructura del Govern, la experiencia de protección e intervención especial, así como formación en la protección de personas.
Ha asegurado además que se presentaron 15 sargentos para el puesto, de los cuales fueron seleccionados cuatro, y 338 mozos y cabos, de los que finalmente se clasificaron 71.
El titular de Interior también ha defendido que el cambio en la cúpula de la policía catalana con el nombramiento de Eduard Sallent como nuevo comisario jefe en substitución de Miquel Esquius responde «únicamente» a la voluntad de «impulsar una nueva organización» en el cuerpo para «asumir los nuevos retos».
«Hay veces que existen unos perfiles idóneos para hacer un trabajo y otros mejores para hacer otras labores, ¿o es que cuestionan la alineación de su equipo de fútbol preferido porque no juegan siempre los mismos jugadores?», ha dicho para recalcar que el fichaje de Sallent responde a que es «un comisario de nueva generación».
Por su parte, los grupos de la oposición han coincidido en criticar la falta de criterios técnicos que «justifiquen» el cambio en la cúpula de Mossos y en el modelo de escolta y han acusado al Govern de guiarse por criterios de afinidad ideológica.
«Han querido ganar margen de maniobra política porque nosotros perdemos capacidad de control», ha lamentado el diputado socialista Carles Castillo, quien también ha sostenido que «carece de sentido cambiar una cosa que funciona bien» por otra «de dudosa efectividad».
