El hijo de Jordi Pujol invirtió en sector del juego de México con dinero ilícito

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Lasvocesdelpueblo y agencias – Una de esas inversiones, en 2011, fue «particularmente llamativa» y la Policía la llega a calificar, «ya no de sospechosa de blanqueo de capitales, sino de irrespetuosa con la realidad y el orden socioeconómico». Madrid (España), viernes 31 de marzo de 2017. Fotografía: El primogénito de ex presidente catalán y de Convergencia (CDC) Jordi Pujol, Jordi Pujol Ferrusola. Archivo Efe.

Jordi Pujol Ferrusola, hijo del expresidente catalán, invirtió en el sector del juego de México con capital de «origen presumiblemente criminal» y se movió en ese país a un nivel muy alto, como pone de manifiesto una «transacción sospechosa» que hizo con la hija del expresidente Vicente Fox.

En un informe contenido en el sumario del caso Pujol, la UDEF analiza las operaciones que hizo con su empresa Iniciatives Marketing (IMISA) en México con dinero procedente de Andorra, que califica en algún caso «ya no de sospechosas de blanqueo de capitales, sino de irrespetuosas con la realidad y el orden socioeconómico».

«Existen datos objetivos suficientes para inferir», dice la UDEF, que invirtió en el sector del juego de ese país y usó «diversas metodologías de blanqueo que incluyen la ficción de préstamos intersocietarios, la utilización del sistema bancario y sociedades interpuestas».

Lo hizo con IMISA, en la que se centra el informe al que ha tenido acceso Efe, que relaciona con varias personas mexicanas ligadas a ese sector, como José Carlos Morales Rojas, Carlos Riva Palacio y Joaquín Riva Palacio.

Solo en una operación, Jordi Pujol «júnior» envió a México 2,5 millones de dólares del dinero que tenía en sus cuentas de Andorra, donde la familia Pujol escondió millones de euros.

Para invertir en el país centroamericano, Jordi Pujol hijo usó también sociedades radicadas en el territorio «off-shore» de Delaware, destaca la UDEF, que a su vez tenían cuentas en Estados Unidos.

Pujol Ferrusola también recibió «remesas» de dinero en sus cuentas de Andorra entre 1997 y 2001 de la entidad Casa de Cambio Monex, vinculada al conocido como caso Monex sobre una presunta financiación irregular del PRI o de compra de votos que se investigó en las elecciones de 2012 de México.

Aparte de sus negocios irregulares, la UDEF destaca las conexiones de alto nivel que tenía el hijo de Jordi Pujol en ese país.

Explica la «operativa sospechosa» que protagonizó con Ana Cristina Fox de la Concha, hija del expresidente mexicano Vicente Fox, a quien transfirió dinero ligado al alquiler de una vivienda.

La Policía indica, sin embargo, que existe la posibilidad de que efectivamente una hija de Jordi Pujol Ferrusola hubiera residido en ese apartamento y que las cuantías que se pagaron del alquiler pudieran ser precio de mercado, por lo que la transacción de dinero no sería constitutiva de ilícito alguno.

«No parece casual -añade al respecto- que se arriende un inmueble a una persona como Ana Cristina Fox de la Concha con tamaña relación con personas que ostentaron la condición de autoridad pública, lo cual sirve para delimitar precisamente el establecimiento de esa conexión, dados los variopintos negocios que en México ha tenido Jordi Pujol Ferrusola, con notorias y acreditadas sospechas de se consideradas como transacciones asociadas a operativas de blanqueo de capitales».

También le relaciona la UDEF «forma directa» con el exsenador Raymundo Gómez Flores, «que supuestamente recibió una inversión de 1.750.000 dólares en su empresa MINSA, cuya recuperación por parte de Jordi Pujol Ferrusola es desconocida hasta la fecha».

También le conecta la Policía «de forma indirecta» con el ciudadano mexicano Benjamín Buzzali Aguilar, a quien «se asocia con la presunta financiación irregular de un partido político mexicano», dice el informe.

La Policía refuerza con estos movimientos la «existencia de indicios constatables contra Jordi Pujol Ferrusola, sustentados en el análisis de los datos objetivos contenidos en archivos, documentos, manifestaciones, etcétera, de naturaleza inequívocamente incriminatoria que se refuerzan entre sí».

Habla de falsedad de facturas de su empresa «que encubrirían el pago de comisiones ilícitas» y de inversiones que hizo en otras empresas usando IMISA «claramente indiciarias de blanqueo de capitales».

Una de esas inversiones, en 2011, fue «particularmente llamativa» y la Policía la llega a calificar, «ya no de sospechosa de blanqueo de capitales, sino de irrespetuosa con la realidad y el orden socioeconómico».