El madridismo dedica una pitada histórica a Bale

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 23.11.2019. El delantero galés del Real Madrid, Gareth Bale (i), ingresa en el terreno de juego sustituyendo al brasileño Rodrigo, durante el encuentro correspondiente a la jornada catorce de primera división que han disputado frente a la Real Sociedad en el Estadio Santiago Bernabéu en Madrid. Efe

Efe – El regreso de Gareth Bale al estadio Santiago Bernabéu 49 días después, tras lesionarse y reaparecer con Gales con la que logró la clasificación para la Eurocopa que celebró con una polémica pancarta que ha agotado la paciencia de los aficionados madridistas, acabó con una pitada histórica del madridismo a uno de sus jugadores y sin precedentes. Madrid (España), domingo 24 de noviembre de 2019. 

Desde la llegada al estadio Gareth Bale supo lo que le esperaba. Los insultos acompañaron su bajada del autobús horas antes del partido. Zinedine Zidane le ‘protegió’ de inicio, dejándole en el banquillo, pero cuando su nombre sonó por megafonía fue atronadora la primera reacción.

La pitada dejó bien claro lo que pasaría si salía a calentar. Y ocurrió nada más iniciarse el segundo acto, cuando Zidane lo quiso como revulsivo en un partido que se había convertido en correcalles. La atención de la grada se desvió del campo a la banda. Pitidos, insultos de los aficionados más cercanos a los que respondió con una risa nerviosa.

Dos minutos para saltar al césped en lugar de Rodrygo se convirtieron en una pitada eterna. Se interrumpió para aplaudir a la joven perla brasileña y contrastaron con la bronca en la entrada al campo de Bale a los 67 minutos. Ningún gesto. Intentando abstraerse de todo el ambiente en su contra.

En el campo respondió Bale siendo protagonista, disfrutando de ocasiones y explotando su velocidad en el tercer tanto que sentenciaba el duelo ante la Real Sociedad tras su pase que Karim Benzema convertía en asistencia a Modric. En la celebración Fede Valverde y Casemiro se olvidaban del autor del gol y se abrazaban a Bale mostrando su apoyo en su momento más duro. Los pitos no cesaron y fue silbado en cada ocasión que entró en juego.