El pasado reciente corrupto del PP

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FOTOGRAFÍA. SEVILLA (ESPAÑA), 22.04.2017.- La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha admitido hoy que en su partido están "ofendidos" por los casos de corrupción que les afectan pero ha advertido de que no van a consentir que el "comportamiento de algunos" se trate de aplicar o atribuir "a todo el PP". La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, enseña su acreditación tras su intervención en el congreso de Nuevas Generaciones que se celebra hoy en Sevilla. Efe

Efe – Madrid (España), sábado 5 de junio de 2021. El pasado del PP, trufado de acusaciones de corrupción, ha vuelto a interponerse esta semana en el camino de Pablo Casado, que ha visto cómo la imputación de la ex secretaria general Dolores de Cospedal ha obstaculizado sus mensajes de cambio de ciclo en España.

La euforia que en las últimas semanas se vivía en las filas del PP, que lidera en las encuestas y ha encabezado las críticas al Gobierno a raíz de los indultos del procés o la crisis con Marruecos, ha dado paso, de nuevo, a los silencios y la elusión de explicaciones sobre el pasado.

«Ya hace cuatro meses dije que no iba a volver a hablar de cuestiones que no me corresponde valorar», aseguró Casado el pasado jueves desde Ceuta, y agregó que «son cuestiones que nada tienen que ver» con su responsabilidad como presidente del PP y «mucho menos» con las preocupaciones que tienen ahora los españoles.

No respondió Casado a cómo afectará la imputación de Cospedal por presuntos delitos de cohecho, malversación y tráfico de influencias por su presunta implicación en el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas y tampoco explicó por qué el PP no le ha abierto expediente informativo.

Preguntas que los periodistas formularon entre los abucheos de simpatizantes del PP, que el líder de la oposición no censuró, aunque sí lo hizo el PP, horas más tarde, con un mensaje del vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, en redes sociales.

Casado mandató a los suyos no dar respuesta a las preguntas sobre corrupción en febrero, tras la debacle electoral en Cataluña, que coincidió con las revelaciones de Bárcenas sobre la caja B.

La gravedad de la imputación de Cospedal la marca la talla del personaje: una década como número dos del PP y la persona que fue clave en la llegada de Pablo Casado a la presidencia del PP, puesto que le respaldó en la segunda vuelta de las primarias, tras quedar tercera.

Además, la imputación de Cospedal ha tenido una respuesta singular. Ante la misma causa, y el mismo momento procesal, los populares abrieron expediente informativo al exministro Jorge Fernández Díaz, pero no lo hacen con Cospedal.

El Comité de Derechos y Garantías del PP, que preside Andrea Levy, dio anoche dos argumentos: que debe ser el tribunal el que determine si Cospedal ha incurrido en corrupción y que, en todo caso, según los estatutos del PP la infracción habría prescrito, pues las faltas graves prescriben en cinco años (artículo 19.2).

También sostienen los populares que la conducta «no resulta del ejercicio de un cargo público o representativo», aunque en la época del presunto espionaje, entre 2013 y 2015, Dolores de Cospedal era secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha.

Además, los dirigentes del PP que sí han respondido a los periodistas apelan a la presunción de inocencia y rechazan un juicio «paralelo» para, sostienen, desviar la atención de los indultos del procés. Así lo ha señalado, por ejemplo, el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha respaldo explícitamente a Cospedal, de quien dijo estar «convencido» de que «es una persona limpia».

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha dado voz a un sentir en el seno del PP, que Cospedal dejará de estar investigada, cuando sostuvo que «la mayoría de las imputaciones después se quedan en nada».

Sin embargo, la de Cospedal tiene consecuencias inmediatas. Hace presente un pasado que Casado buscaba dejar atrás y que había logrado orillar gracias al éxito de Ayuso, un pasado todavía reciente, pues el líder de la oposición no ha cumplido todavía tres años al frente de su partido.

En el PP son varias las voces que consideran amortizado el escándalo de la corrupción, pero, al margen de impacto en el electorado, estos casos impiden al PP marcar su propia estrategia de oposición.

El bloqueo se puede extender en el tiempo, después de que el excomisario José Manuel Villarejo vinculase al expresidente Mariano Rajoy con el espionaje. Además, tanto Cospedal como su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, declararán los próximos días 29 y 30 ante el juez.

A ello se une la decisión del Congreso de posponer la comparecencia de Cospedal, que posiblemente se repetirá con Rajoy, después de que los trabajos de la comisión de investigación se hayan extendido hasta diciembre y se bajaren nuevos comparecientes, como la otra número dos de Rajoy, Soraya Saénz de Santamaría, a quien Vox ya pide citar.

«Estos lo que quieren es tener abierta esta comisión cinco meses y que así no se hable de los indultos y se hable de esto. Si es lo que quieren», se quejó la propia Cospedal desde los pasillos del Congreso, donde acudió porque, según dijo, no le habían avisado de que su comparecencia se posponía.

Cospedal personificó el pasado en la Cámara Baja y mostró como en política las tornas pueden cambiar en días. El mismo Casado que comenzó la semana abogando por un Gobierno de salvación, y que se ve ya en La Moncloa, la ha terminado rodeado de polémicas, también por la foto con Vox en Colón.

Acontecimientos que evidencian uno de los retos más importantes del PP: quedan dos años, de esperada recuperación económica, para las próximas elecciones.