El principio de la gran mentira de la milenaria lengua catalana‏

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¿Quién fue Prat de la Riba? Enric Prat de la Riba i Sarrà (Castelltersol, 29 de noviembre de 1870 – Castelltersol, 1 de agosto de 1917). Fue un político y escritor español, de pensamiento y corriente nacional-catalanista. Provenía de  una familia campesina acomodada, su padre algo liberal y muy religioso, tenía gran devoción a la Virgen de Monserrat. Antoni Rovira i Virgili (político e intelectual) dijo de él: «Es él, propiamente, el primer nacionalista catalán».

1887- Ingresa en el Centro Escolar Catalanista y llega a ser su presidente con 20 años.
1892- Redacta las Bases de Manresa (bases para el autogobierno catalán).
1899- Crea un apéndice de Unión Catalanista que pasaría a llamarse Centro Nacional Catalán.
1901- Fusiona su grupo y pasa a llamarse Liga Regionalista (principal líder).

1907- Presidente de la Diputación Provincial de Barcelona. Desde la Diputación crea el Instituto de Estudios Catalanes, del cual fue su primer presidente.

1914- Desde Diputación impulsa la creación de la Mancomunidad de Cataluña.
1916- Escribe un manifiesto llamado Por Cataluña y por la España grande.

1928- Ya habiendo faltado Prat de la Riba, el diario independiente El Sol (fundado por D. Nicolás M. Urgoiti en 1917) saca a la luz un artículo en Crónicas de Cataluña llamado Pompeyo Fabra al cual describe como un hombre oscuro y milagrosamente tenaz. En dicho artículo se da a conocer que el día 30 de enero de 1913 en la Voz de Cataluña saca a grandes titulares Por la unidad del idioma.

¿Qué idioma?

Pues el Catalán, hoy conocido como dialecto Barceloní. ¿Por qué hacía falta esa unidad si las personas de hoy en día, incluso personas que se las dan de estudiosos del tema dicen que es una lengua milenaria? La respuesta es muy sencilla y no voy a ser yo quien la de, sino que nos será dada de la mano del mismísimo Prat de la Riba, el creador del nacionalismo catalán.

Dicho diario publica un artículo de Prat de la Riba el cual transcribo, más abajo pongo el enlace y la foto:

«Una lengua en estado natural, sin cultivo literario, viene a ser un conjunto de dialectos, un sistema de formas de lenguaje diferentes, heterogéneas,El Sol (Madrid. 1917). 15-12-1928 Pompeu pero ligadas por una cierta unidad de leyes gramaticales… Cuando una lengua permanece siglos en este estado de incultura, o muere absorbida por la invasión de una lengua superior, o muere por descomposición interna, destrozada, desmenuzada por los dialectos. Prodúcese entonces una morbosa multiplicación e intensificación de la actividad dialectal, se aflojan y deshacen los vínculos que mantenían aún, por más débil que fuese, la unidad del idioma y aparecen todos los dialectos como lenguas diferentes… Crear una lengua literaria es la obra capital de un pueblo…»

«Hay que acabar esta semianarquía de la lengua catalana, en que cada escritor tiene una lengua, una gramática, una ortografía propias. Ya que no ha tenido el idioma catalán la evolución normal de las otras lenguas latinas, ya que no ha tenido en los siglos del Renacimiento ni tiene ahora un Estado que haya impuesto o pueda imponer desde arriba formas únicas, definitivas, démoselas nosotros mismos espontáneamente, libremente, por aclamación, por patriótica renuncia de todas las preferencias individuales o de escuela; establezcámoslas por unánime plebiscito de todos los catalanes». [hemeroteca aquí].

Mientras que la Lengua Valenciana estaba cansada de ser escrita, de tener Siglo de Oro, cansada de tener siglos antes de todo esto, ya su gramática y diccionario propios, es decir, de estar ya regulada por las normas que se dictan para conceder el rango de lengua o idioma a una forma de expresión, mientras tanto, el catalán que hoy conocemos (dialecto Barceloní), sí ese, el que nos quieren imponer tanto en Aragón, en Baleares y Comunidad Valenciana, todavía estaba por regular, cada uno escribía como quería sin atenerse a norma gramatical ninguna, que cada uno hablaba como quería sin poder entenderse con el vecino que vivía en el pueblo de al lado, así estaba, en pañales sin saber siquiera lo que quería ser de mayor y sin preocuparle el futuro hasta que un día despertó lo que hoy conocemos como «nacionalismo», un nacionalismo lleno de odio hacia todo aquel que no sePrat de la riba - documento somete a su voluntad.

El mismo Prat de la Riba en su libro «Nacionalidad Catalana» lo deja bien claro, traduzco: «Esta obra, esta segunda fase del proceso de nacionalización catalana, no la hizo el amor, como la primera, sino el odio».

Aquí está la explicación del por qué los nacionalistas llevan tanto odio, se lo dijo el padre del nacionalismo y como a fieles vasallos siguen al maestro, todo aquello que no esté en lo que promulgan hay que sentir odio, a todas esas personas que no estén con ellos hay que odiarlas, en resumen, el odio es ese pilar central en el cual se asientan todos sus actos, no hay más que verlos i ver sus acciones.

Para que sirva de recordatorio:

1472- Liber Elegantarium, Diccionario Valenciano-Latín, escrito por Juan Esteve (Valencia)
1546- Gramática Valenciana, escrita por Andrés Sempere (Alcoy)
1918- Gramática Catalana, escrita por Pompeyo Fabra.
1932- Diccionario General de la Lengua Catalana, escrito por Pompeyo Fabra.

Después de todo lo expuesto sólo me quedan dos cosas por decir: ¡Viva la lengua valenciana! ¡Viva Valencia!

[Firma un simpatizante del colectivo valenciano que lucha contra el adoctrinamiento separatista de Cataluña en Valencia conocido como el ‘Círculo Cívico Valenciano’ (CCV); este jueves 27 de agosto 2015.]