El rey defiende desde La Habana los derechos humanos y democracia en Cuba

0
1052
FOTOGRAFÍA. LA HABANA (CUBA), 13.11.2019. El rey Felipe VI durante su intervención en la cena ofrecida por los monarcas españoles al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel (i), este miércoles en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana. Efe

Efe – Felipe VI defendió este miércoles la democracia ante el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, porque considera que es como mejor se defienden los derechos humanos, y subrayó que es el propio pueblo cubano el que debe decidir sobre su futuro porque «los cambios en un país no pueden ser impuestos». La Habana (Cuba), jueves 14 de noviembre de 2019. 

El rey de España trasladó este mensaje en su intervención en la cena que ofreció al presidente de Cuba, que estuvo acompañado por su esposa, Lis Cuesta, con motivo de la visita de Estado que realiza a la isla junto a la reina Letizia.

Resaltó el monarca que es necesario la existencia de instituciones que representen a todos los ciudadanos y que éstos puedan expresar por sí mismos sus preferencias y encontrar en ellas «el adecuado respeto a la integridad de sus derechos, incluyendo la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación o la de reunión».

En esa línea, recalcó que una lección segura que se extrae de la historia es que la evolución, la adaptación y el cambio son inevitables.

«Nada queda congelado en el tiempo, y quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño de ese futuro que ya está naciendo o, más aún, que ya está aquí», añadió

Fue entonces cuando defendió que el futuro del pueblo cubano deben dilucidarlo ellos mismos.

«Los cambios -precisó- no pueden ser impuestos, tienen que nacer de dinámicas internas. Pero de la misma manera que no puede tener éxito un cambio que no emane del interior de las fuerzas sociales y políticas de un país, es igualmente cierto que el cambio no traerá consenso y bienestar si no representa la voluntad de la ciudadanía».

Felipe VI ofreció a Díaz-Canel la experiencia española para el proceso de cambio en el que está inmerso su país y destacó lo que supuso para España su vigente Constitución de 1978 y que dijo que se fundamentó en el pacto, la negociación, el consenso y la reconciliación.

De esa Constitución y de su propia historia afirmó que los españoles han aprendido que es en democracia como mejor se representan y se defienden los derechos humanos, la libertad, la dignidad de las personas y los intereses de los ciudadanos.

«Y que la fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones -añadió- es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos y hacer frente a los riesgos y desafíos que inevitablemente surgirán en el camino».

También destacó el rey que en la actualidad ningún país puede permitirse vivir aislado y corresponde a las autoridades dar a los ciudadanos la oportunidad de viajar y recibir a gente de otros países.

De la misma forma cree que los ciudadanos deben acceder a nuevas tecnologías y tener normas que permitan el pleno desarrollo de la creatividad en todos los ámbitos, desde la creación cultural a la generación de iniciativas empresariales.

El jefe del Estado afirmó que España quiere seguir siendo parte del crecimiento económico de Cuba y ayudar a generar oportunidades, momento en el que destacó la labor que vienen realizando en la isla los empresarios españoles pese a tener que superar «enormes dificultades».

El rey aludió en repetidas ocasiones a los lazos de todo tipo que unen a España y Cuba y recordó que su país llevó a la isla instituciones, ideas y valores.

Entre ellos citó las bases del Derecho Internacional o la concepción de los derechos humanos universales.

Las palabras del rey tuvieron un apartado especial para recordar los 500 años que ahora se conmemoran de la fundación de La Habana y citar algunos de los hitos en la relación hispano-cubana como la independencia de este país.

«El vínculo entre España y Cuba es profundo, no es superficial es atemporal, no coyuntural», sentenció el rey, quien expresó su satisfacción por haber protagonizado la primera visita de Estado de un rey de España a la isla.