El Rey: España es una Nación «libre», la Constitución «devolvió a los españoles su libertad»

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OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Sus Majestades los Reyes a su entrada en el escenario del Teatro Campoamor con el motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018, hoy, viernes 19 de octubre de 2018, en el Teatro Campoamor. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

Redacción – Su Majestad el Felipe VI de España pronunció su discurso, en el que destacó que «el próximo 6 de diciembre celebraremos este 40 aniversario como corresponde y en justicia se merece: Como un gran ejemplo del que podemos sentirnos profundamente orgullosos; como una lección de convivencia que dignifica la política y engrandece nuestra Historia; como la mejor muestra de la generosidad, la madurez, y la responsabilidad de todo un pueblo que ganó la democracia y la libertad». «Porque democracia y libertad es lo que representa y significa para España, para el pueblo español, nuestra Constitución». El Rey, acompañado por Su Majestad la Reina, presidió el acto de entrega de los galardones, que distinguieron en esta edición a Martin Scorsese, Alma Guillermoprieto, Amref Health Africa, Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, Fred Vargas, Michael J. Sandel, Svante Pääbo y Sylvia A. Earle. Oviedo (España), viernes 19 de octubre de 2018. Fotografía: OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Sus Majestades los Reyes a su entrada en el escenario del Teatro Campoamor con el motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018, hoy, viernes 19 de octubre de 2018, en el Teatro Campoamor. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

Ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018

Reproducimos más abajo el discurso íntegro de su Majestad el Rey Felipe VI de España de este viernes, 19 de octubre de 2018.

A su llegada al Teatro Campoamor, Sus Majestades los Reyes acompañados por Su Majestad la Reina Doña Sofía, fueron recibidos por el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, y el presidente de la Fundación Princesa de Asturias, Luis Fernández-Vega. Después de acceder al interior del Teatro, los Reyes y Doña Sofía fueron recibidos por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo; la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes; el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández; el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell; la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1999, Pedro Duque; la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo; y la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo.

A continuación, Don Felipe y Doña Letizia accedieron al interior del Teatro Campoamor por el pasillo central y ocuparon su lugar en la mesa presidencial, mientras Doña Sofía se dirigió al Palco Real. Tras la interpretación del Himno Nacional, a cargo de la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», Su Majestad el Rey declaró abierto el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018.

Seguidamente, Don Felipe concedió sucesivamente la palabra al presidente de la Fundación Princesa de Asturias; al premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Michael J. Sandel; al premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, Alma Guillermoprieto, y a Alicia Menéndez, miembro de la Secretaría de la Fundación, quien dio lectura al acta de concesión de los Premios.

A continuación, Su Majestad el Rey entregó los Premios Princesa de Asturias 2018:

Premio Princesa de Asturias de la Concordia: a la oceanógrafa estadounidense Sylvia A. Earle, por su dedicación, durante más de seis décadas, a la exploración e investigación de los océanos, el conocimiento de los fondos marinos y la conservación integral de los mares, que se ha convertido en uno de los desafíos medioambientales de nuestro tiempo.

Conocida como la Dama de las Profundidades, su amplia labor ha sido fundamental para la toma de conciencia de la importancia de los océanos como una riqueza común, en grave riesgo por la acumulación de plásticos y vertidos contaminantes, que amenazan la salud humana y la biodiversidad en todo el planeta.

OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Sus Majestades los Reyes, el presidente del Principado de Asturias y el presidente de la Fundación Princesa de Asturias, en la mesa presidencial, durante la interpretación del Himno Nacional. Acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018, hoy, viernes 19 de octubre de 2018, en el Teatro Campoamor. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional: a Amref Health Africa (Global) y Amref Salud África (España) por el esfuerzo sostenido para dar respuesta a las necesidades de millones de personas en el continente africano, complementando la acción de los sistemas locales de salud.

A través de esta iniciativa ha sido posible llegar a las poblaciones más vulnerables y remotas que no tendrían acceso regular a servicios sanitarios. En particular, a través de avionetas-ambulancia (flying doctors). Esta organización desarrolla también programas de formación a distancia para fortalecer capacidades locales en la lucha contra el sida, la tuberculosis, la malaria.

Destaca su esfuerzo para erradicar la mutilación genital femenina con acciones de sensibilización social y cultural. Recogió el galardón el director ejecutivo de Amref Health Africa Global, Githinji Gitahi y el presidente del Patronato de Amref Health Africa España, Álvaro Rengifo, acompañados por la activista Masai y embajadora contra la mutilación genital de Amref Health Africa Global, Nice Nailantei.

Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales: al catedrático de Filosofía Michael J. Sandel, uno de los más relevantes intelectuales contemporáneos. Con este reconocimiento, el jurado premia una obra ejemplar sobre los fundamentos normativos dela democracia liberal y la defensa tanto de las virtudes públicas como del pluralismo de concepciones del bien en nuestras sociedades.

Además de su visión publica de la justicia, destaca por la crítica de los excesos de la lógica del mercado y por promover el debate para la solución de los principales dilemas morales. Sandel, ejemplo del uso público de la razón en la búsqueda de la verdad, ha adquirido prestigio mundial por haber trasladado su enfoque dialógico y deliberativo a un debate de ámbito global.

Más allá de las aulas y de la letra impresa, su método de discusión socrática ha encontrado amplio eco en multitud de foros en la red. El jurado desea también subrayar la importancia del compromiso ciudadano con los valores de la democracia y la relevancia de la argumentación conjunta para resolver nuestras diferencias como sociedad.

Premio Princesa de Asturias de Deportes: a los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, por sus trayectorias deportivas insuperables y su contribución a la historia del alpinismo. Reinhold Messner, primer hombre que conquisto la cima de los 14 ochomiles sin oxígeno artificial, y Krzysztof Wielicki, primero en escalar tres ochomiles en invierno, honran este deporte y son ejemplo de superación.

Su labor social, humanitaria y de divulgación de los valores del alpinismo les ha convertido en un ejemplo para la humanidad. Sus gestas permanecerán en la memoria de futuras generaciones.

Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades: a la periodista mexicana de investigación, Alma Guillermoprieto, por su larga trayectoria profesional y su profundo conocimiento de la compleja realidad de Iberoamérica, que ha transmitido con enorme coraje también en el ámbito de la comunicación anglosajona, tendiendo, de este modo, puentes en todo el continente americano.

Con una escritura clara, rotunda y comprometida, Alma Guillermoprieto representa los mejores valores del periodismo en la sociedad contemporánea.

Premio Princesa de Asturias de las Artes: a Martin Scorsese, por la trascendencia de la labor creadora del cineasta. Se trata, en efecto, de uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica surgido en los años setenta del siglo XX.

Ha dirigido más de una veintena de películas que ya forman parte de la historia del cine y se mantiene actualmente en plena actividad, aunando en su obra, con maestría, innovación y clasicismo.

Desarrolla, asimismo, una intensa y amplia tarea de recuperación, restauración y difusión del patrimonio cinematográfico histórico en todo el mundo, a través de proyectos como The Film Foundation y World Cinema Project. Todo ello le convierte en una figura indiscutible del cine contemporáneo.

Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica: al biólogo sueco Svante Paabo por haber desarrollado metodos precisos para el estudio del ADN antiguo que han permitido la recuperación y el análisis del genoma de especies desaparecidas hace cientos de miles de años.

Svante Paabo ha abierto un nuevo campo de investigación, la paleogenómica, que ha hecho posible conocer la evolución reciente de numerosas especies, incluida la humana.

Particularmente relevante es la secuenciación del genoma de los neandertales y el hallazgo de que genes de estos y otros humanos extintos forman parte del acervo genético de la Humanidad. Sus descubrimientos obligan a reescribir la historia de nuestra especie.

La escritora francesa Fred Vargas (Frederique Audoin-Rouzeau) no recibió el diploma que acredita el Premio Princesa de Asturias de las Letras de manos de Su Majestad el Rey al no poder acudir a la ceremonia por motivos de salud. Fred Vargas, formada como arqueozoóloga, entiende la sociedad como un misterioso y complejo ecosistema.

En su obra narrativa destaca la originalidad de sus tramas, la ironía con la que describe a sus personajes, la profunda carga cultural y la desbordante imaginación, que abre al lector horizontes literarios inéditos.

OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Su Majestad el Rey durante su discurso de los Premios Princesa de Asturias 2018. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

Su escritura combina la intriga, la acción y la reflexión con un ritmo que recuerda la musicalidad característica de la buena prosa en francés. En cada una de sus novelas la Historia surge como metáfora de un presente desconcertante.

El vaivén del tiempo, las revelaciones del Mal se conjugan en una sólida arquitectura literaria, con un fondo inquietante que, para goce del lector, siempre se resuelve como un desafío a la lógica. Fred Vargas encarna, por todo ello, la revitalización de un género, la novela de intriga, al que ha sumado, brillantemente, novedosas piezas, atmosferas y espacios hasta componer una obra de proyección universal.

Después de la entrega de diplomas, Don Felipe concedió sucesivamente la palabra al premio Princesa de Asturias de la Concordia, Sylvia A. Earle y al premio Princesa de Asturias de las Artes, Martin Scorsese.

Tras estas intervenciones, Su Majestad el Rey pronunció su discurso, en el que destacó que «el próximo 6 de diciembre celebraremos este 40 aniversario como corresponde y en justicia se merece: Como un gran ejemplo del que podemos sentirnos profundamente orgullosos; como una lección de convivencia que dignifica la política y engrandece nuestra Historia; como la mejor muestra de la generosidad, la madurez, y la responsabilidad de todo un pueblo que ganó la democracia y la libertad».

«Porque democracia y libertad es lo que representa y significa para España, para el pueblo español, nuestra Constitución».

Asimismo, subrayó que «una Constitución fruto de la concordia entre españoles, unidos por un profundo deseo de reconciliación y de paz; unidos por la firme voluntad de vivir en democracia. Una Constitución que recuperó para el pueblo español la soberanía nacional y que devolvió a los españoles su libertad y su condición de ciudadanos; que reconoció también la diversidad de sus orígenes, culturas, lenguas y territorios».

Don Felipe manifestó que «un año más tenemos el privilegio de compartir con los premiados no solo su extraordinaria obra, sino también todo lo que ella simboliza: El valor del conocimiento, el altruismo, la superación personal, la voluntad y la determinación de alcanzar una existencia mejor».

También puso de relieve que «nuestros Premios, —siempre gracias al acierto y compromiso de sus jurados y al apoyo y generosidad de nuestro Patronato—, siguen apostando por defender y destacar en cada edición a quienes trabajan con convicciones firmes, con una vocación verdadera. Y en un día como hoy, ponemos de relieve qué es lo que deseamos que se asiente y fructifique en nuestra sociedad».

Don Felipe dio la bienvenida al nuevo presidente de la Fundación Princesa de Asturias, el doctor Luis Fernández-Vega, y recordó también la labor de su predecesor, Matías Rodríguez Inciarte. A continuación, Su Majestad el Rey repasó algunos de los méritos de los premiados.

Del cineasta Martin Scorsese, Premio de las artes, puso de manifiesto que «hace explotar la pantalla con emociones puras y extremas. Los instantes que sobreviven, los que nos dejan marcados, las imágenes que conmueven nuestra retina para siempre. Scorsese es uno de los más grandes maestros vivos —recordemos películas como Taxi Driver, Toro Salvaje, Uno de los nuestros, Silencio—, y es precisamente en ese magisterio, alimentado por la autoexigencia y el ojo insobornable del poeta, la búsqueda constante de la verdad y la redención, donde reside la grandeza de su obra, que hoy reconocemos».

Acerca de Alma Guillermoprieto, Premio de Comunicación y Humanidades, destacó que «ha llevado a cabo su trabajo en lugares en los que no hay apenas resquicio para la esperanza. Ha visto y nos ha contado cómo es la vida de los seres humanos cuando ya no les queda casi nada que perder: El «heroísmo de la gente que no tiene nada», según sus palabras.

Y ha puesto de relieve, sobre todo, «la grandeza de vivir con absoluta dignidad incluso en medio de las mayores desgracias».

Sobre la ONG Amref Health Africa y a su oficina en España, Amref Salud África, Premio de Cooperación Internacional, subrayó que «su principal objetivo y ambición es conseguir la cobertura sanitaria universal en el África subsahariana para el año 2030, y para ello se centra en trabajar a nivel local, con las comunidades y sus gobiernos», y añadió que «resulta especialmente admirable su lucha contra la ablación, en la que ha logrado ya resultados esperanzadores, gracias a la implicación de personas como Nice Nailantei Leng’ete, que hoy nos acompaña. Nice lleva luchando desde los ocho años, y con su valentía y su esfuerzo miles de niñas han conseguido escapar de un destino tan injusto como terrible, sustituyendo la mutilación genital por ritos de paso alternativos».

De los alpinistas, Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, Premios de los Deportes, resaltó que «practican un deporte mítico, que se enfrenta a retos casi imposibles. Un deporte difícil, que exige disciplina, valor y espíritu de sacrificio, destreza y precisión. Es quizá mucho más que un deporte», de los que dijo que las cualidades que ellos han puesto a prueba a lo largo de su destacada trayectoria una y otra vez, «forman parte de un conjunto de valores que en el himalayismo adquieren un carácter casi mágico, heroico: esa antiquísima lucha entre el ser humano y los elementos, ese deseo de conquista, de superación absoluta y entrega total que Messner y Wielicki conocen bien, es la quintaesencia de uno de los deportes más esforzados».

Sobre la novelista Fred Vargas, Premio de las Letras, dijo que «ha revitalizado el género de la novela enigma —como ella misma califica su obra— con textos en los que destacan el humor, la ironía, el reflejo en cada palabra y cada detalle de su extensa e intensa cultura y un lenguaje preciso y certero», de la que añadió que «asume de forma natural y con humildad su capacidad para crear un mundo extravagante y seductor. Es una maestra en el arte de sumergir al lector en historias cruzadas, llenas de diálogos vivos e inteligentes, que convierten la lectura de sus obras en un auténtico placer».

Del Premio de Ciencias Sociales, otorgado al filósofo Michael Sandel, destacó que «el diálogo, el debate público, la justicia, el bien común, todo son cuestiones sobre las que el profesor Sandel reflexiona una y otra vez. Con una extraordinaria capacidad para divulgar sus teorías y con voluntad de que su pensamiento sea, sobre todo, útil a la sociedad, Michael Sandel ha logrado que cuestiones a menudo alejadas de la vida cotidiana se hagan presentes en ella. La reflexión, el pensamiento crítico e informado, ajeno a las modas pasajeras y a la superficialidad, son algunas de las claves de su planteamiento».

Acerca del Premio de Investigación Científica y Técnica, Svante Pääbo, uno de los fundadores de la peleogenética, subrayó que «reflexiona también continuamente y viaja a menudo al pasado más remoto para devolvernos nuestra más ancestral historia. Lo hace con su sabiduría y su capacidad exquisita para imaginar y poner en práctica distintos métodos y técnicas de investigación genética. Al describir y analizar la vida y las relaciones de los homínidos ─sobre todo de los extintos, como el Neanderthal─ nos muestra cómo la ciencia, que siempre mira al futuro, lo hace en muchas ocasiones sumergiéndose en el pasado, interpretándolo y aprendiendo de él».

OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Su Majestad el Rey durante su discurso de los Premios Princesa de Asturias 2018. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo.

Sobre la doctora Sylvia Earle, Premio de la Concordia, destacó que «defiende y conoce bien nuestra Premio de la Concordia, la doctora Sylvia Earle. Nadie como ella ha estudiado los mares de la Tierra y la vida marina. Lleva toda su vida defendiéndolos, luchando para que se protejan, para que se salven de la desgracia de la contaminación», de la que recalcó que «ha conseguido aunar los esfuerzos de más de 200 interlocutores con el fin de aumentar las áreas marinas protegidas, los llamados hope spots o puntos de esperanza, y la catalogación de otras que necesitan protección urgente».

Su Majestad el Rey, en relación a los Premios, señaló que año tras año «siempre hemos ido al encuentro de vidas ejemplares en la ciencia y las humanidades; en la literatura, las artes y el deporte; en la cooperación, la paz y la concordia entre los seres humanos y los pueblos. Las necesitamos como referencias, como inspiración para los tiempos que vivimos. Cuando tantas veces prima lo efímero y lo superficial, triunfan en la historia de la Fundación los valores que permanecen, a la vez que reconocemos a quienes nos sugieren senderos nuevos y renovados».

Finalmente, y tras la interpretación del Himno de Asturias, los galardonados abandonaron el escenario a los acordes de «El Xarreru» por la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo». Su Majestad el Rey declaró clausurado el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018 y convocados los Premios Princesa de Asturias 2019.

Sus Majestades los Reyes y Su Majestad la Reina Doña Sofía regresaron al Hotel de la Reconquista, donde ofrecieron una recepción en honor de los invitados.

La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias es la principal actividad que desarrolla la Fundación Princesa de Asturias, una institución privada sin ánimo de lucro, cuyos objetivos son contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal y consolidar los vínculos existentes entre el Principado de Asturias y el título que tradicionalmente ostentan los herederos de la Corona de España.

Su Majestad el Rey ha sido Presidente de Honor de la Fundación desde su creación en 1980. Tras su proclamación como Rey de España el 19 de junio de 2014, Su Alteza Real la Princesa de Asturias ostenta la Presidencia de Honor de esta institución.

Destinados a distinguir la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional, estos galardones se conceden en ocho categorías: Artes, Letras, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Científica y Técnica, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes.

La ceremonia que se celebra tradicionalmente en el Teatro Campoamor de Oviedo está considerada como uno de los actos culturales más importantes de la agenda internacional.

A lo largo de su historia, estos galardones han recibido distintos reconocimientos, como la declaración extraordinaria que la UNESCO realizó en 2004 por su excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad.

Palabras de Su Majestad el Rey en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias

Teatro Campoamor, 19.10.2018

«Celebramos hoy la 38 ceremonia de entrega de nuestros premios. Y así, el paso del tiempo nos permite comprobar cómo los grandes principios, los grandes ideales y valores, siguen vivos entre nosotros; y cómo, gracias a los galardonados ─a quienes damos la enhorabuena y la bienvenida a Asturias─, continúan proyectándose sobre este escenario.

Desde aquí, iluminan nuestro camino, nuestras conciencias y nuestro saber, como un faro de libertad y esperanza. Una libertad que, en palabras del gran poeta José Hierro en aquella primera ceremonia, es el aire que necesitan respirar los creadores.

Un año más tenemos el privilegio de compartir con los premiados no solo su extraordinaria obra, sino también todo lo que ella simboliza: El valor del conocimiento, el altruismo, la superación personal, la voluntad y la determinación de alcanzar una existencia mejor.

Nuestros Premios, —siempre gracias al acierto y compromiso de sus jurados y al apoyo y generosidad de nuestros Patronatos—, siguen apostando por defender y destacar en cada edición a quienes trabajan con convicciones firmes, con una vocación verdadera. Y en un día como hoy, ponemos de relieve qué es lo que deseamos que se asiente y fructifique en nuestra sociedad.

Pero permítanme, señoras y señores, dar la bienvenida a este acto, de una manera especial −y por primera vez como nuevo Presidente de la Fundación− al doctor Luis Fernández-Vega. Cuando el pasado mes de abril asumió la Presidencia, afirmó que deseaba devolverle a Asturias algo de lo mucho ha recibido de ella, y de inmediato ha dado buena prueba del amor y del conocimiento profundo que tiene de esta tierra, de sus gentes y de nuestra Fundación. Gracias, Luis, por aceptar este compromiso y asumir tanta responsabilidad.

Y al recordar también lo que él dijo no hace mucho, sobre dar continuidad a la labor de su predecesor Matías Rodríguez Inciarte, me uno esta tarde al sentimiento de profunda gratitud que todos tenemos en la Fundación por quien la ha presidido estos últimos años con eficacia, sensibilidad e inteligencia. Muchas gracias, Matías, por tu magnífica labor.

Volvamos ahora la vista a los galardonados, pues son ellos los protagonistas de esta ceremonia.

El cineasta Martin Scorsese, Premio de las Artes, hace explotar la pantalla con emociones puras y extremas. Los instantes que sobreviven, los que nos dejan marcados, las imágenes que conmueven nuestra retina para siempre. Scorsese es uno de los más grandes maestros vivos —recordemos películas como Taxi Driver, Toro Salvaje, Uno de los nuestros, Silencio—, y es precisamente en ese magisterio, alimentado por la autoexigencia y el ojo insobornable del poeta, la búsqueda constante de la verdad y la redención, donde reside la grandeza de su obra, que hoy reconocemos.

“Haber podido dedicar mi vida a contar cuanto ansiaba contar −ha afirmado alguna vez− ha sido mi bendición”. He ahí, quizá, una de las claves de la insuperable calidad de su obra: La exploración constante de la forma, el hambre por narrar, la urgencia de mostrar la verdad humana, por descarnada que sea.

Scorsese nos transmite con su cámara y su verbo la pasión profunda que siente por la vida, por el arte, su capacidad asombrosa para plasmar la ambivalencia de los sentimientos humanos, que anidan en lo más escondido del alma. Su cine —lleno de recodos— abraza el claroscuro, la contradicción, renuncia al juicio trivial y nos sumerge en una experiencia, dolorosa a veces, intensa siempre y hondamente regeneradora.

Ese amor profundo por su oficio se extiende además a la preservación activa del patrimonio cinematográfico mundial como tributo agradecido a la obra de los grandes maestros —también los autores olvidados—, que Scorsese vivifica para el disfrute de todos.

La verdad y su defensa a ultranza son también las armas incruentas con las que trabaja Alma Guillermoprieto, Premio de Comunicación y Humanidades. Llegada casi por casualidad al periodismo, y gracias a su trabajo, sólido y coherente, se ha convertido en una de las mejores reporteras del mundo.

Curiosidad, capacidad de asombro, empatía, dominio lingüístico, son algunas de las muchas cualidades que han convertido a nuestra premiada en una periodista imprescindible para entender la historia de los últimos decenios, sobre todo de Iberoamérica.

Alma Guillermoprieto ha llevado a cabo su trabajo en lugares en los que no hay apenas resquicio para la esperanza. Ha visto y nos ha contado cómo es la vida de los seres humanos cuando ya no les queda casi nada que perder: El “heroísmo de la gente que no tiene nada”, según sus palabras. Y ha puesto de relieve, sobre todo, la grandeza de vivir con absoluta dignidad incluso en medio de las mayores desgracias.

En esa capacidad para narrar con lenguaje luminoso y ágil los acontecimientos más crueles, reside la potencia y la fuerza de su trabajo. Por eso no duda al afirmar que el mejor periodismo es el que reflexiona, el periodismo que indaga y verifica, que investiga y pone el foco en la realidad. Y por eso, también, asegura sin ambages que el periodismo es indispensable para la democracia. Una tarea, en fin, que ella califica, con admirable humildad, como sencilla y emocionante.

El Premio de Cooperación Internacional ha sido concedido a la ONG Amref Health Africa y a su oficina en España, Amref Salud África. Desde hace 60 años, la magnífica labor de esta organización ha logrado mejorar notablemente la sanidad y la salud de millones de personas en el continente africano.

Nació de la dedicación y la solidaridad de los doctores Michael Wood, Archibald McIndoe y Tom Rees, y de su increíble idea de crear los llamados flying doctors, que ha logrado llevar a miles de cirujanos y médicos en avioneta hasta los lugares más recónditos del continente, solo accesibles por vía aérea.

Así ha crecido Amref, extendiendo su benéfica labor y estrechando los confines del continente, surcando su cielo con alas de esperanza hasta convertirse en una de las organizaciones más activas en 38 países africanos.

Su principal objetivo y ambición es conseguir la cobertura sanitaria universal en el África subsahariana para el año 2030, y para ello se centra en trabajar a nivel local, con las comunidades y sus gobiernos.

Pero resulta especialmente admirable su lucha contra la ablación, en la que ha logrado ya resultados esperanzadores, gracias a la implicación de personas como Nice Nailantei Leng’ete, que hoy nos acompaña. Nice lleva luchando desde los ocho años, y con su valentía y su esfuerzo miles de niñas han conseguido escapar de un destino tan injusto como terrible, sustituyendo la mutilación genital por ritos de paso alternativos.

La labor de personas como Nice y la de los cientos de voluntarios de esta ONG vuelve a poner ante nuestros ojos la injusticia que muchos seres humanos viven a diario, solo por haber nacido en algún rincón olvidado del planeta. Una situación para cuya solución definitiva es preciso encontrar y emplear todos los medios a nuestro alcance.

Amref Health Africa nos recuerda, en definitiva, que nuestra indiferencia, nuestro desánimo o nuestro pesimismo no ayudan nada. Que quedan muchas cosas por hacer para mejorar la vida de tantos seres humanos. Sigamos su brillante ejemplo.

Los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki han recibido el Premio de los Deportes. Practican un deporte mítico, que se enfrenta a retos casi imposibles. Un deporte difícil, que exige disciplina, valor y espíritu de sacrificio, destreza y precisión. Es quizá mucho más que un deporte.

Todas estas cualidades, que ellos han puesto a prueba a lo largo de su destacada trayectoria una y otra vez, forman parte de un conjunto de valores que en el himalayismo adquieren un carácter casi mágico, heroico: esa antiquísima lucha entre el ser humano y los elementos, ese deseo de conquista, de superación absoluta y entrega total que Messner y Wielicki conocen bien, es la quintaesencia de uno de los deportes más esforzados.

Reinhold Messner ha vivido desde niño rodeado de montañas impactantes que le retaban y le llamaban. A lo largo de su vida han sido muchas las ocasiones en que ha logrado el triunfo, coronando las cumbres más elevadas del planeta y también atravesando los desiertos más crudos, en dificilísimas condiciones. Ha vivido también experiencias muy tristes, y auténticos renacimientos, como él mismo ha contado en sus libros.

Toda esa historia llena de éxitos deportivos lo ha transformado además en una persona seriamente comprometida con el planeta y su conservación. Tras ser el primero en coronar sin ayuda de oxígeno los 14 ochomiles −una gesta única−, Messner ha dedicado su vida a la protección de esa naturaleza, en la que tantas cosas inolvidables ha encontrado y a la que regresa, como él dice, «para seguir buscando la verdadera esencia del hombre».

Krzysztof Wielicki es también uno de los más grandes himalayistas, emblema de la escuela polaca de los 80 y el primero que acometió la ascensión de los ochomiles en invierno. Quienes conocen bien sus hazañas hablan de que sus especialidades son la soledad, la rapidez y lógica el frío. Tres elementos que, a priori, nos resultan especialmente difíciles y de extrema dureza. Pero que han definido una trayectoria deportiva asombrosa, completa, que le convierte en un símbolo de lo que significa ser alpinista; de lo que es ser uno de los más grandes alpinistas de la historia.

Ambos, Messner y Wielicki, representan, pues, ese ejemplo de todo lo que, con coraje, con pasión, el ser humano es capaz de alcanzar.

La novelista Fred Vargas, Premio de las Letras, ha revitalizado el género de la «novela enigma» —como ella misma califica su obra— con textos en los que destacan el humor, la ironía, el reflejo en cada palabra y cada detalle de su extensa e intensa cultura y un lenguaje preciso y certero.

Fred Vargas asume de forma natural y con humildad su capacidad para crear un mundo extravagante y seductor. Es una maestra en el arte de sumergir al lector en historias cruzadas, llenas de diálogos vivos e inteligentes, que convierten la lectura de sus obras en un auténtico placer.

Para Vargas la literatura, como todo el arte, nos ayuda a vivir y la creación artística nos sirve para entrar y salir de la realidad y, también para mirarla a los ojos. Esta reflexión de Fred Vargas compendia su extraordinaria obra, su originalidad y calidad.
Desde aquí le enviamos nuestro afecto y nuestros mejores deseos.

El Premio de Ciencias Sociales ha sido otorgado al filósofo Michael Sandel. El diálogo, el debate público, la justicia, el bien común, todo son cuestiones sobre las que el profesor Sandel reflexiona una y otra vez.

Con una extraordinaria capacidad para divulgar sus teorías y con voluntad de que su pensamiento sea, sobre todo, útil a la sociedad, Michael Sandel ha logrado que cuestiones a menudo alejadas de la vida cotidiana se hagan presentes en ella. La reflexión, el pensamiento crítico e informado, ajeno a las modas pasajeras y a la superficialidad, son algunas de las claves de su planteamiento.

Para Sandel es vital que los ciudadanos se cuestionen una y otra vez cuál es el camino hacia el equilibrio; cómo abordar la preponderancia de las sociedades de mercado; de qué manera asegurar que el debate público servirá para resolver algunas de las cuestiones más acuciantes; en definitiva, cómo trabajar unidos por una sociedad más racional, más informada y más dichosa.

Con una envidiable energía, con un entusiasmo contagioso, Sandel hace realidad aquella afirmación de nuestro inolvidable premiado, el filósofo Julián Marías: Que decía «Filosofar es estar renaciendo a la verdad. Es no poder dormir».

Nuestro Premio de Investigación Científica y Técnica, Svante Pääbo, es uno de los fundadores de la paleogenética. Pääbo reflexiona también continuamente y viaja a menudo al pasado más remoto para devolvernos nuestra más ancestral historia. Lo hace con su sabiduría y su capacidad exquisita para imaginar y poner en práctica distintos métodos y técnicas de investigación genética.

Al describir y analizar la vida y las relaciones de los homínidos ─sobre todo de los extintos, como el Neanderthal─ nos muestra cómo la ciencia, que siempre mira al futuro, lo hace en muchas ocasiones sumergiéndose en el pasado, interpretándolo y aprendiendo de él.

Lo vimos cuando en la pasada edición de nuestros premios entregamos el galardón a los científicos que habían detectado por vez primera las ondas gravitacionales. Los ecos del más lejano pasado nos devuelven todo lo trascendente, nos hacen entender mejor qué somos, por qué y para qué estamos aquí. Y al hacernos conscientes de la importancia de este ciclo de vida, aprendemos también a respetar más la naturaleza, a todos los seres vivos y a nuestros semejantes.

El trabajo inteligente y definitivo de Svante Pääbo es, pues, fundamental en la consolidación de esa necesaria reflexión que debemos hacer para afrontar el futuro. Hoy damos las gracias a Pääbo por su trabajo y le agradecemos, sobre todo, que sus pensamientos sobre la evolución de nuestra especie nos lleven esas reflexiones a ser más humanos cada día, un poco más sabios y más comprensivos.

Este maravilloso planeta azul en el que todos vivimos es el que ama, defiende y conoce bien nuestra Premio de la Concordia, la doctora Sylvia Earle. Nadie como ella ha estudiado los mares de la Tierra y la vida marina. Lleva toda su vida defendiéndolos, luchando para que se protejan, para que se salven de la desgracia de la contaminación.

El mar, las aguas, son la vida, son el origen de la vida, y su situación empieza a ser peligrosamente grave. «Nada en la Tierra ─nos advierte─ puede vivir sin el océano». Lo matan la sobreexplotación, la falta de oxígeno en las llamadas «zonas muertas», el calentamiento de las aguas a causa del CO², los 8 millones de toneladas de plástico que arrojamos cada año al mar. Son señales alarmantes de una situación que es preciso revertir, que tenemos que cambiar sin dilación.

Con perseverancia y absoluta entrega, Sylvia Earle ─líder del proyecto Mission Blue─, ha conseguido aunar los esfuerzos de más de 200 interlocutores con el fin de aumentar las áreas marinas protegidas, los llamados hope spots o puntos de esperanza, y la catalogación de otras que necesitan protección urgente. Una labor tenaz que le ha valido a Sylvia Earle el calificativo de «héroe del planeta» y que hoy, al reconocerla con este Premio, nos gustaría que diera, lo más rápido y lo más eficazmente posible, los mejores frutos.

Señoras y señores:

Desde que nacieron nuestros Premios, su objetivo ha sido rendir homenaje a las personas e instituciones que trabajan por construir un mundo mejor más justo, más humano, más digno.

Año tras año he señalado que siempre hemos ido al encuentro de vidas ejemplares en la ciencia y las humanidades; en la literatura, las artes y el deporte; en la cooperación, la paz y la concordia entre los seres humanos y los pueblos.

Las necesitamos como referencias, como inspiración para los tiempos que vivimos. Cuando tantas veces prima lo efímero y lo superficial, triunfan en la historia de la Fundación los valores que permanecen, a la vez que reconocemos a quienes nos sugieren senderos nuevos y renovados.

En la historia de la Fundación hay autenticidad, respeto a la verdad y proyectos asentados en el tiempo sobre principios sólidos y convicciones profundas. Aquí hemos escuchado poemas que nos han llevado del dolor a la esperanza. Hemos sido testigos admirados de la fuerza de las ideas avaladas por las acciones más nobles.

Hemos aprendido que, al cultivar la generosidad, el talento, la bondad, la palabra, se engrandece nuestro concepto de humanidad por encima de culturas, ideologías, intereses y visiones del mundo.

Queridos Premiados,

Como le sucedía a Stefan Zweig cuando recordaba a sus amigos poetas, nosotros hoy sabemos que estamos en compañía de personas que -aun venidas de distintos países a veces alejados unos de otros- compartís, sin embargo, una misma patria: la patria del conocimiento, de la cultura, de la ciencia y de la solidaridad. Una patria de fronteras trazadas por la sabiduría, la entrega a unos ideales, el esfuerzo y la inteligencia.

Vuestra sensibilidad y la vocación de trascender os acompañan en vuestra tarea y os hacen realmente excepcionales. Sois, por todo ello, un símbolo de nuestros anhelos, de las mejores ambiciones y aspiraciones. Y lo sois por vuestra profundidad de pensamiento y de acción, por vuestro esfuerzo cotidiano y vuestra constante reflexión.

OVIEDO (ASTURIAS), 19.10.2018. Sus Majestades los Reyes y Su Majestad la Reina Sofía, a su salida del Teatro Campoamor se despiden del pública asistente. Ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

Deseamos que recordéis siempre estas horas de otoño en Asturias, en esta tierra de acogida y de cultura, de gentes cordiales, como un tiempo de alegría y gratitud.

Eso mismo, alegría y gratitud es lo que también la Reina y yo guardamos por lo que vivimos el pasado 8 de septiembre en Covadonga, ante un pueblo unido por sus sentimientos y por tantos siglos de historia; por la historia de todos, raíz de España.
Se ha dicho, con razón, que para que un sentimiento emocione y perdure ha de estar grabado en el alma.

Pues bien, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía tendrán para siempre ese día grabado en su corazón: La emotiva visita a la Santina, la Virgen de Covadonga, la acogida tan cariñosa de los asturianos, la grandeza de aquella naturaleza hermosa y sobrecogedora que rodea Covadonga y se eleva en los Picos de Europa. Gracias Asturias; sinceramente, muchas gracias.

Señoras y señores, el próximo mes de diciembre, celebraremos una fecha verdaderamente inolvidable en nuestra historia: El 6 de diciembre de 1978, día en el que el pueblo español ratificó en referéndum nuestra Constitución.

Una Constitución fruto de la concordia entre españoles, unidos por un profundo deseo de reconciliación y de paz; unidos por la firme voluntad de vivir en democracia.

Una Constitución que recuperó para el pueblo español la soberanía nacional y que devolvió a los españoles su libertad y su condición de ciudadanos; que reconoció también la diversidad de sus orígenes, culturas, lenguas y territorios.

El próximo 6 de diciembre celebraremos este 40 aniversario como corresponde y en justicia se merece: Como un gran ejemplo del que podemos sentirnos profundamente orgullosos; como una lección de convivencia que dignifica la política y engrandece nuestra Historia; como la mejor muestra de la generosidad, la madurez, y la responsabilidad de todo un pueblo que ganó la democracia y la libertad. Porque democracia y libertad es lo que representa y significa para España, para el pueblo español, nuestra Constitución.

Muchas gracias».

Así sentenció su Majestad el Rey Felipe VI de España, hoy en Oviedo (Asturias) España.