Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Barcelona (España), sábado 2 de abril de 2022. Unos 1.700 separatistas, según la Guardia Urbana, se han manifestado de nuevo este sábado por la tarde en Barcelona en defensa de la inmersión lingüística solo en catalán en la escuela de la Comunidad autónoma de Cataluña, Se trata de una apartheid lingüística contra el idioma oficial del Reino de España, español/castellano en esta región del territorio nacional español caída en mano del secesionismo amarillo.
También, los manifestantes prestado en contra de la sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, avalada por el Tribunal Supremo, que obliga al Gobierno separatista a garantizar un 25% de clase (6 horas semanales) en español/castellano en la enseñanza en toda la esta Comunidad Autónoma española, al comprobar en su sentencia el «uso residual» de tan sólo «2 %», en algunos centros educativos en Cataluña, del español/castellano en la Educación.
Asimismo, los manifestantes han rechazado también el mal acuerdo político firmado por el separatismo (ERC y JxCat) y sus aliados del PSC (PSOE) y Podemos (los Comunes) -JxCat se desmarcó del acuerdo tras firmarlo y su presentación alegando falta de consenso en el bando separatista debido a que CUP rechazó el acuerdo- para poder responder al ultimátum de 2 meses que dio el Tribunal Superior de justicia de Cataluña al Gobierno separatista de Pere Aragonés García para traer pruebas del cumplimiento de la sentencia firme del 25 % de clase en español/castellano.
Han pedido a ERC, Podemos y PSC (PSOE) que retiren ese acuerdo político para reformar la Ley de Política Lingística del catalán de 1998 (Normalización Lingüística). El acuerdo ERC, PSC (PSOE) y Podemos dice que el español/castellano «es empleado en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro», pero siempre una dirección de Centro Educativo tendrá la última palabra dependiendo de la demanda del español/castellano en centro. Por lo que la prohibición del idioma español/castellano sigue vigente, pero encubierto.
La protesta ha comenzado en la plaza de San Jaime de Barcelona, frente al Palacio del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, y ha avanzado por el centro de la capital catalana hasta las puertas del Parlamento de Cataluña,en el parque de la Ciutadella de Barcelona.
«Cambray dimisión»
En la cabecera de la manifestación se podía leer una pancarta con el lema «Que No Nos Recorten La Lengua (el catalán). Escuela Pública y En Catalán».
Otros manifestantes han exhibido sus propias pancartas improvisadas con discursos hispanófobos como «Sin Lengua (el catalán) no hay país (República Catalana) ni paguetes» y otros exigiendo la dimisión de todo el Gobierno separatista como «Gobierno de la Generalidad de Cataluña: Si No Defienden El Catalán Ya Pueden Llegar».
Durante la marcha se han oído proclamas en defensa de la prohibición del español/castellano en Cataluña (inmersión lingüística del catalán), contra la sentencia del 25% de clase en español/castellano, contra el pacto para rehacer la Ley de política Lingüística de 1998 y contra la política del Departamento de Educación, titular del separatista de ERC, Josep González-Cambray.
El grito de «Cambray dimisión» se ha vuelto a oír con fuerza en una semana en la que se han celebrado las últimas últimas jornadas de huelga convocadas por los sindicatos educativos.
La portavoz de la organización separatista USTEC, Iolanda Segura, volvió a hacer un llamamiento a «no acatar la sentencia del 25% de clase en español/castellano» y consideró que abrir la puerta a que sean los directores de los centros educativos -quien en su mayoría son separatistas- quienes puedan decidir los proyectos según su situación deja en «peligro de muerte» la inmersión lingüística del catalán.
En este sentido, ha dicho que la propuesta de reforma de Ley de política lingüística supone también un «grave peligro» y ha defendido que el mejor modelo es el de la la prohibición del español/castellano (inmersión lingüística del catalán) porque «es garantía» de que el catalán sea la lengua vehicular en Cataluña.
Desde el sindicato CGT, Guillem Estallé ha acusado al Gobierno separatista de no haber hecho «lo que tocaba» y ha considerado que este proyecto supone «claudicar» ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y Tribunal Supremo.
También han hecho oír su voz a los estudiantes. Desde la organización separatista SEPC, Marta Daviu ha reclamado una educación «íntegramente en catalán» y ha criticado la «inacción» del Gobierno separatista. Afirmó que, ante ello, es necesario que el separatismo salga a la calle y «empuje» a las instituciones a hacer más de lo que estarían dispuestas.
El manifiesto unitario separatista reclama retirar la proposición y abrir un amplio debate con el conjunto de agentes sociales secesionistas sobre el futuro modelo lingüístico del catalán en Cataluña con la vista puesta en la República Catalana.
Éste debe dejar claro que la «lengua vehicular» en la educación en Cataluña debe ser únicamente y sólo el catalán y debe contar con recursos «suficientes», especialmente en lo que se refiere a las aulas de acogida.
Tampoco ven con buenos ojos el pacto político de ERC, PSC y Podemos, desde las entidades. La vicepresidente de la Plataforma por la Lengua Catalana, Mireia Plana, criticó que un tema como éste se quiera decidir sólo desde la política y por eso reclamó que se retire. Pidió también el despliegue de un plan con más recursos económicos y humanos para la «enseñanza en catalán» y un «frente común» ante las denuncias contra la prohibición del español/castellano que puedan surgir.
La vicepresidente de Òmnium, Mònica Terribas, ha reivindicado que no puede haber ningún acuerdo que no pase por escuchar a la comunidad educativa separatista.
«Aunque haya acuerdo político, si se hace de espaldas a la comunidad educativa, no se puede implantar con consenso», ha manifestado. Más allá de la escuela, la miembro de Enlazado por la Lengua Anna Arqué ha exigido poder vivir 100% en catalán. Se mostró también contraria a la reforma y reivindicó poder ser enseñados y enseñar en catalán. La manifestación ha finalizado frente al Parlamento de Cataluña, que estaba blindado por un cordón de los Mozos de Escuadra.
