Elecciones España| La Ley d’Hondt

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FOTOGRAFÍA. PAMPLONA (ESPAÑA), 26 DE MAYO DE 2023. Preparativos para las elecciones municipales y autonómicas del próximo domingo, 28 de mayo de 2023, en un colegio electoral de Pamplona (Navarra). Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Madrid (España), viernes 26 de mayo de 2023. La Ley d’Hondt es una compleja fórmula matemática que reparte los escaños dentro de una circunscripción de manera proporcional.

Para formar parte de ese reparto, y según la ley electoral española de cara a los comicios generales, la Ley Orgánica del Régimen Electoral (LOREG), las candidaturas deben haber obtenido al menos un 3 % del voto total en dicha demarcación. Si no lo alcanzan, son excluidas.

En España los 350 escaños del Congreso de los Diputados se reparten de forma proporcional, aplicando esta ley. Cada una de las 50 provincias representa una circunscripción, que tiene asignados un mínimo de dos diputados. Ceuta y Melilla eligen uno cada una de ellas. Los 248 asientos restantes se fijan en proporción a la población de derecho.

¿Quién ideó este sistema?

Victor d’Hondt (1841-1901), jurista belga que creó este método de reparto de escaños con el objetivo de que fuera lo más proporcional posible y cuyo apellido da nombre a la fórmula.

¿Dónde se utiliza la Ley d’Hondt?

Además de España, lo utilizan otros países como Argentina, Francia, Bélgica, Finlandia, Irlanda, Israel o Japón.

¿Cómo funciona?

Tras finalizar la votación y el recuento, se reparten los escaños siguiendo el sistema d’Hondt. Se divide el número total de votos obtenidos por cada partido entre el número de escaños que se reparten en la provincia, es decir, la cantidad total de votos de cada formación se divide por 2, por 3, por 4, por 5 y así hasta llegar al número de escaños.

Una vez hecha esta división se otorgan los escaños a los cocientes mayores según un orden decreciente.

Críticas a la Ley d’Hondt: ¿Es un sistema proporcional?

El sistema d’Hondt ha sido acusado en muchas ocasiones de no ser tan proporcional como pretendía su creador. Pero este problema es más de las circunscripciones que del sistema en sí mismo.

En Madrid, cada diputado cuesta alrededor de 100.000 votos, mientras que en Ávila, Teruel o Soria, ese mismo escaño se obtiene con menos de 20.000 sufragios. El reparto de escaños prima a las zonas menos pobladas.

Así se puede dar el caso de que partidos con más de 200.000 votos en el total nacional pueden quedarse fuera del Congreso de los Diputados, y otros, con los mismos apoyos concentrados en pocas provincias, pueden llegar a obtener grupo parlamentario.