«Esto es un insulto a los miembros del Tribunal» del Procés

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 25.04.2019. Imagen tomada de la señal institucional de Tribunal Supremo con la intervención del presidente del tribunal que enjuicia la causa del "procés", Manuel Marchena (c). Efe.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – El presidente del tribunal del «Procés», Manuel Marchena, le llama la atención a la independentista catedrático de Derecho Constitucional, Enoch Albertí, la secesionista hispanófoba que confeccionó parte del llamado «Libro Blanco» sobre la «Transición Nacional» de la República catalana encargado durante el Gobierno del expresidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas Gavarró. «Mire, señor Salellas, el libro blanco está incorporado a la causa. Le aseguro que el tribunal lo va a leer, en algunos casos lo ha leído, desde la primera hasta la ultima página», ha dicho, para añadir que «si el testigo hace una disertación académica sobre los contenidos y dimensiones del derecho de autodeterminación, está convirtiendo al profesor en un perito jurídico». Los magistrados, ha indicado Marchena, no pueden «permitir con pasividad que el juicio se convierta en una disertación», lo que ha considerado «un insulto para los miembros del tribunal», para asegurar al abogado que no tuviera duda «de que la producción bibliográfica del testigo será examinada». Madrid (España), jueves 25 de abril de 2019. 

«El juicio que pueda tener esta sala -ha afirmado- sobre el derecho de autodeterminación podrá incluso estar inspirado en la brillante producción académica del testigo que está hoy aquí, pero lo que no podemos permitir es que el juicio se convierta en una lección de un constitucionalista a los magistrados del Tribunal Supremo».

El presidente del tribunal del «procés», Manuel Marchena, se ha empleado a fondo para reconducir a testigos de la defensa cuyas palabras derivaban en diatribas políticas y sobre el derecho a la autodeterminación: «Esto es un insulto a los miembros del tribunal», ha llegado a decir sobre uno de ellos.

Tras semanas de declaraciones de policías, guardias civiles y mozos de escuadra citados por las acusaciones, el turno de los testigos propuestos por los abogados de los acusados comenzó ayer con la declaración de dos de ellos y continuará a lo largo de las próximas sesiones.

En varias ocasiones, el juez Marchena ha acotado este jueves sus intervenciones para que no excedieran el objeto del juicio y se convirtieran en «disertaciones académicas» o en relatos sobre «aspectos históricos» que no interesan al tribunal.

Las frases más contundentes las ha pronunciado durante la declaración del catedrático de Derecho Constitucional Enoch Albertí, que confeccionó parte del «Libro Blanco» sobre la «Transición Nacional» de la República catalana encargado durante la ‘genestapo’ de Artur Mas.

Ha sido cuando Albertí, a preguntas del abogado Benet Salellas (de Jordi Cuixart), ha comenzado a relatar la naturaleza del derecho a autodeterminación.

El magistrado le ha interrumpido y se ha dirigido al letrado: «Mire, señor Salellas, el libro blanco está incorporado a la causa. Le aseguro que el tribunal lo va a leer, en algunos casos lo ha leído, desde la primera hasta la ultima página», ha dicho, para añadir que «si el testigo hace una disertación académica sobre los contenidos y dimensiones del derecho de autodeterminación, está convirtiendo al profesor en un perito jurídico».

«El juicio que pueda tener esta sala -ha afirmado- sobre el derecho de autodeterminación podrá incluso estar inspirado en la brillante producción académica del testigo que está hoy aquí, pero lo que no podemos permitir es que el juicio se convierta en una lección de un constitucionalista a los magistrados del Tribunal Supremo».

Los magistrados, ha indicado Marchena, no pueden «permitir con pasividad que el juicio se convierta en una disertación», lo que ha considerado «un insulto para los miembros del tribunal», para asegurar al abogado que no tuviera duda «de que la producción bibliográfica del testigo será examinada».

A lo largo de la mañana de este jueves, Marchena ha cortado prácticamente a todos los testigos. Como a Gerardo Pisarello, teniente de alcalde de Barcelona y candidato de En Comú Podem a las generales, cuando también ha hablado del derecho de autodeterminación y cómo en Cataluña se debate sobre él «desde hace muchísimo tiempo», remontándose a la época de Manuel Azaña.

«Le escuchamos con atención y su papel y sus contestaciones son muy relevantes para la defensa y, por supuesto, para el tribunal», ha interrumpido Marchena al testigo, también catedrático de Derecho Constitucional.

Y le ha recordado que los hechos que se enjuician empiezan en 2014: «Si nos remontamos a Azaña, que tiene mucho interés en el plano histórico, pero por favor no le recuerde al tribunal aspectos históricos respecto a los que existen también otras fuentes bibliográficas».

A Jacint Jordana, catedrático de Ciencias Políticas, le ha pedido que no se explayara en las funciones del Diplocat, un aspecto del que ya se ha hablado en el juicio con profusión. Siempre con buenas palabras y halagos al buen hacer tanto de abogados como de testigos, el magistrado ha pedido al letrado que recondujera el interrogatorio para evitar «una disertación interesantísima y muy ilustrada, pero que es perfectamente prescindible».

Y a Mayte Aymerich, alcaldesa de Sant Vicenç dels Horts que acompañó a Oriol Junqueras a votar el 1-O, le ha reprendido que se fuera por «los derroteros del ideario políticos de quien sostenía el gobierno municipal» o que opinara sobre las órdenes judiciales para impedir el referéndum.

«Por favor, centre las preguntas en lo valioso que tiene la presencia de la declarante en ese acto concreto el día 1 de octubre», ha instado al abogado de Junqueras.