Exjugadores de Arandina FC condenados a 38 años de cárcel por agresión sexual a menor

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FOTOGRAFÍA. BURGOS (ESPAÑA), AÑO 019. Victor Rodríguez (i), Carlos Cuadrado (2i) y Raúl Calvo (2d), exjugadores de la Arandina Club de Fútbol acusados de agresión sexual a una menor. Efe

Efe – La Audiencia de Burgos ha condenado a 38 años de cárcel a cada uno de los tres exjugadores de la Arandina Club de Fútbol acusados de agresión sexual a una menor al considerar que, como marcó el Supremo en el caso de La Manada, cada uno es autor de una violación y cooperador necesario en las otras dos. Burgos (España), jueves 12 de diciembre de 2019. 

El tribunal ha notificado este jueves su fallo a Carlos Cuadrado «Lucho», Víctor Rodríguez «Viti» y Raúl Calvo, que deberán indemnizar a la víctima conjunta y solidariamente con 50.000 euros, tendrán prohibido comunicarse con ella durante diez años y, según la sentencia, cumplirán un máximo de veinte en prisión.

La Fiscalía de Burgos ha pedido ya la celebración de una vista para determinar si ingresan en prisión antes de que la sentencia sea firme.

Según los hechos probados, en noviembre de 2017 y sabiendo que la chica tenía 15 años, los tres jóvenes la invitaron a la casa que compartían en Aranda de Duero (Burgos) para grabar un vídeo musical.

Cuando estaban en el salón, apagaron la luz, se desnudaron y le quitaron la ropa, ante lo que ella «no supo cómo reaccionar, quedándose paralizada». Los tres la obligaron entonces a masturbarles y realizar sendas felaciones.

Al fijar las condenas, muy superiores a las de otros casos de violaciones en grupo, los jueces siguen el criterio marcado por el Tribunal Supremo en el caso de la Manada y recordado en posteriores sentencias: aunque no hubiera violencia física contra la víctima, sí hubo «intimidación ambiental».

La menor, explican, se encontraba en un domicilio ajeno, a oscuras, desnuda y rodeada de tres hombres de superior complexión y edad -19, 22 y 24 años-.

Para la Audiencia, resulta creíble que, en ese contexto, la chica, «por su falta de madurez y sorpresa no supiese reaccionar, quedándose bloqueada, y paralizada, temiendo que si se negaba los tres acusados pudieran reaccionar en forma violenta».

Los tres son condenados así a 14 años de prisión por una agresión sexual y a dos penas adicionales de 12 años como cooperadores necesarios en las violaciones perpetradas por sus compañeros, prácticamente el castigo que solicitaba la Fiscalía.

El menor de ellos, Raúl Calvo, estaba acusado de agresión sexual continuada porque, además de la agresión grupal cometida en el salón, se le imputaba una violación posterior a solas en un dormitorio, pero la Audiencia provincial lo absuelve de este caso al no haberse acreditado que la víctima mostrase «su oposición expresa o tácita» a ese segundo acto sexual.

Aplica además el artículo del Código Penal que exculpa a los mayores de edad que mantengan relaciones sexuales con menores de 16 si tienen similar grado de desarrollo o madurez, algo que, según los servicios psicosociales, ocurría en el caso de Raúl.

El tribunal absuelve a los acusados del delito de proposición de encuentro con fines sexuales por medios tecnológicos, ya que no se ha podido acreditar que hubieran quedado por wasap con la víctima para mantener relaciones sexuales porque tanto ellos como la chica dijeron que había sido una conversación «de broma».

En la sentencia se resta importancia a que la víctima dijera a varios testigos que las relaciones sexuales habían sido voluntarias, ya que, tras escucharla durante tres horas, se concluye que fue «persistente» y «congruente» en su declaración y carecía de móviles espurios para perjudicar a los futbolistas.

El tribunal achaca sus diferentes versiones a su «inmadurez» -tenía 15 años pero actuaba como una persona de 13- y la postura que mantenía en Instagram, donde buscaba ser protagonista y no víctima y «deseaba aparentar mayor edad, y ser considerada como una mujer, adulta y con experiencia sexual».

Se considera además probado que los acusados sabían que era menor de 16 años porque iba al colegio con uniforme y la madre de la joven y algún testigo se lo habían hecho saber.

A la salida del juzgado, los exjugadores han rechazado rotundamente el fallo y han hablado de «vergüenza» y «acoso». «No somos unos violadores, somos unos pardillos a los que nos están intentando joder la vida», ha dicho Carlos Cuadrado.

Su sentencia es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia y, en última instancia, ante el Supremo, paso que ya ha avanzado una de las defensas.