FC Barsa sonroja al Madrid en el Bernabéu: Una paliza bajo gritos de «dimisión Florentino» 0-4

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Agencias – Un peor FC Barcelona sonroja a un Real Madrid: roto, existente, sin actitud, sin criterio, con falta de interés, un Madrid deshecho completamente (…) en el estadio del Real Madrid, Santiago Bernabéu, tras una humillante paliza que pudo ser aún mayor; 0-4 ha afianzado el club catalán bajo los gritos de «Florentino, dimisión». Florentino Pérez Rodríguez es el empresario, ingeniero y político actual presidente del grupo ACS y del club merengue: Real Madrid C.F. Coral un FC Barsa que monopolizó la posesión ante un rival desdibujado y dolorido por lo que pasaba en el césped. Madrid, 21 de noviembre 2015. Fotografía: El centrocampista del Barcelona Andrés Iniesta celebra la consecución del tercer gol de su equipo ante el Real Madrid en partido de liga de Primera División de la jornada 12º que les enfrentó en el Estadio Santiago Bernabéu. Foto/Efe.

Diferencias entre FC Barsa y Real Madrid

El Real de Madrid desde hace más de 12 años no tiene filosofía propia, manda el presidente y el dinero. Cuando el FC Barsa ficha cada jugador por su filosofía, el Real de Madrid ficha a cualquier jugador con la única condición que sea bueno en su liga. Con lo que todos esos jugadores juntos son completamente innecesarios para un juego de equipo.

En este sentido, queda claro mientras que los sucesivos entrenadores del Real de Madrid lucha para hacer un estilo de juego con jugadores totalmente diferentes, los entrenadores del FC Barsa simplemente trabajan en la misma filosofía que ya existe porque en el FC Barcelona ficha el director deportivo con el entrenador y en el Real Madrid ficha el presidente; simplemente porque para el empresario y político Florentino Pérez Rodríguez, le interesa hacer caja.

Real Madrid y Barcelona rinden un emotivo homenaje a las víctimas de París

El Clásico del fútbol español se inició tras un emotivo homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del pasado 13 de noviembre en París, con la Marsellesa sonando a piano por la megafonía del estadio Santiago Bernabéu con Real Madrid y Barcelona hermanados ante el dolor.

Una bandera de Francia de grandes dimensiones ocupó gran parte del lateral del Santiago Bernabéu. En el círculo central, en línea, titulares y suplentes de Real Madrid y Barcelona. Entrenadores. Los cuatro colegiados. Todos unidos ante el terrorismo en un ‘minuto de silencio’ respetado por todos los aficionados que llenaban el estadio.

Los técnicos Rafa Benítez y Luis Enrique se sumaron a todos sus jugadores en el recuerdo a las víctimas de los atentados de París. En los vídeomarcadores dos banderas de Francia en el inicio más solidario del Clásico.

Rajoy escucha Marsellesa y presencia emotivo minuto silencio en el Bernabéu

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, ha presenciado este sábado el Clásico que juegan el Real Madrid y el FC Barcelona desde las 18,15 horas (CET) en el estadio Santiago Bernabéu y ha sido testigo del emotivo homenaje brindado a las víctimas del atentado terrorista de París.

Sitiado entre los presidentes de ambos clubes, Florentino Pérez (Real Madrid) y Josep María Bartomeu (FC Barcelona), Rajoy vio desde el palco el respetuoso minuto de silencio que se guardó antes del Clásico en memoria de los atentados terroristas ocurridos en los últimos días. En la grada del estadio sonó la Marsellesa, tocada al piano, y se desplegó una enorme bandera de Francia en la grada, mientras los jugadores de ambos equipos escucharon con solemnidad el himno francés en el terreno de juego.

Luis Suárez corta la racha de Keylor Navas en el Bernabéu

El uruguayo Luis Suárez, que ha marcado en cinco encuentros consecutivos, puso fin a la racha del portero costarricense Keylor Navas en el estadio Santiago Bernabéu, donde no había encajado ningún gol en la presente campaña hasta que fue superado a los once minutos del Clásico.

Una acción brillante de Sergi Roberto, que sacó de la cueva a Sergio Ramos y vio el espacio para dejar solo a Luis Suárez, acabó con una definición perfecta del delantero uruguayo, que superó con un toque preciso el inicio de salida de Keylor Navas. Era el primer gol que encajaba el portero costarricense en toda la temporada en el Santiago Bernabéu tras jugar cuatro de los cinco partidos de local en Liga y once minutos del Clásico, más dos encuentros de Liga de Campeones.

Keylor Navas había dejado su portería a cero ante el Real Betis (5-0), Shakhtar Donetsk (4-0), Granada (1-0), Málaga (0-0), Levante (3-0) y PSG (1-0). No jugó y dejó su puesto a Kiko Casilla ante Las Palmas (3-1), el único día que el Real Madrid había encajado un gol en su estadio.

Sumando las participaciones de Keylor Navas la pasada temporada, el portero costarricense sumaba 885 minutos sin recibir un gol en el Santiago Bernabéu. Hasta que Luis Suárez y el brasileño Neymar le han marcado este sábado dos en el primer acto del Clásico, el último que lo había conseguido era Fernando Torres para el Atlético de Madrid en Copa del Rey el 15 de enero.

Mascherano sustituido por lesión

Javier Mascherano, central argentino del Barcelona, abandonó el partido que disputa ante el Real Madrid tras sufrir un golpe con el colombiano James Rodríguez en el muslo de su pierna derecha. El internacional azulgrana fue sustituido por el francés Jeremy Mathieu en el minuto 26. Después de sufrir el incidente con el jugador del Real Madrid, intentó continuar el partido, pero no pudo seguir y tuvo que pedir el cambio.

El entrenador de Madrid, Benítez, el gran derrotado

Los cánticos que escuchó Rafael Benítez cuando el árbitro David Fernández Borbalán pitó el camino hacia los vestuarios fueron sintomáticos del resumen del clásico. Muchos pidieron la dimisión del entrenador del Real Madrid después de una primera parte aciaga para los blancos y el técnico del conjunto blanco, después de una semana llena de conjeturas, fue el gran derrotado del duelo.

Todo lo que rodea al clásico se magnífica. Y cuando uno de los dos equipos ha mostrado alguna debilidad a lo largo de la temporada, puede acabar grogui si llega una derrota contundente. Y todo parecía encaminado, después de lo ocurrido a lo largo de los últimos siete días, que eso le podía ocurrir a Benítez. Todos los debates generados en torno al sistema, al once inicial y al modo de jugar del Real Madrid abrieron la puerta a que cualquier cosa que hiciera Benítez, en caso de perder, iba a ir claramente en su contra.

La presencia de Casemiro en el centro del campo para sujetar el impulso de los jugadores del Barcelona, o la apuesta por colocar a James Rodríguez desde el inicio después de decir tras el partido ante el Sevilla que aún no estaba listo, iba a generar una decisión que iba a ser o bien populista para satisfacer al público o bien práctica para confiar en su apuesta personal.

Al final, Benítez apostó por colocar al colombiano en el centro del campo junto a Toni Kroos y Luka Modric. Y, por delante, junto a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, a Karim Benzema, otro jugador que presentaba muchas dudas antes de comenzar el encuentro. Mientras que James cogió algo de ritmo después de jugar unos minutos en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán y de disputar dos partidos internacionales con Colombia, el francés, recién salido de una lesión que le ha dejado fuera de juego durante varias jornadas, no tenía mucha pinta de estar al cien por ciento físicamente.

Además, mentalmente podía estar afectado por «el caso Valbuena», todavía sin resolver y muy presente en los medios de comunicación constantemente. Pero pese a ello, Benítez apostó por la alineación que tal vez el público deseaba ver, pero que tenía un peligro enorme para sus intereses.

Si hubiera salido bien la jugada, habría sido muy aplaudido. Pero salió mal. Aunque tal vez hubiese sido peor si la derrota hubiese llegado con Casemiro sobre el campo. La humillación del 0-4 con el brasileño sobre el campo habría señalado el conservadurismo del técnico blanco. Perder señalaba a Benítez de cualquier manera. Sin embargo, pocos imaginaban que ya en el descanso y luego tras el partido, los focos iban a apuntar a un entrenador señalado por su público cuando no se ha llegado ni al ecuador de la temporada.

En el otro lado, Luis Enrique Martínez tenía problemas similares con alguna duda porque había jugadores recién salidos de una lesión. Era el caso de Ivan Rakitic y de Lionel Messi. Sin embargo, su equipo, en pleno ascenso, permitió al asturiano mantener la credibilidad sobre cualquier decisión. Al final fue salomónica. Sentó a Messi en el banquillo y alineó a Rakitic. Luego, en la segunda parte, intercambiaron sus papeles. Los dos disfrutaron de minutos y, acompañados por el buen partido de todo el cuadro azulgrana, salieron reforzados junto a su entrenador.

Y es que, rara vez en el Bernabéu se ha criticado tanto a un equipo después de 45 minutos. Los siguientes, tras el tercero de Andrés Iniesta que precedió al cuarto de Luis Suárez, fueron de resignación. El daño estaba hecho hace tiempo y el Bernabéu esperó con deseo el final de un partido para el olvido.

Benítez, que tal vez se traicionó su idea dejando a Casemiro en el banquillo, fue uno de los culpables de una derrota de escándalo, pero tampoco hay que olvidar que los jugadores también juegan. Danilo es un fantasma de lo que mostró en el Oporto; Modric y Kroos hace tiempo que no están a su mejor nivel; Cristiano ya no resuelve como antes; De Bale no hay noticias; Benzema y James necesitan algo más de tiempo para volver; Sergio Ramos no está; Marcelo tampoco.

Todos mal. Pero Benítez, al final fue el gran derrotado. Y el gran señalado. Sin embargo, no estuvo solo. Por primera vez en mucho tiempo, se escuchó un cántico inesperado: «Florentino, dimisión». El proyecto de Benítez se tambalea.

Crónica del 0-4. El Barcelona se da un festín y deja muy tocado al Real Madrid

El Barcelona se dio un festín en el clásico, se lo llevó con rotundidad y amplió a seis puntos su ventaja sobre el Real Madrid, que queda muy tocado no solo por la diferencia, sino por la deficiente impresión causada y las malas sensaciones.Si fue el triunfo del deporte, del fútbol, sobre el miedo, tras un emotivo y respetuoso homenaje a las víctimas de París, también lo fue, y contundente, del conjunto azulgrana, que abre una brecha más que notable al frente de la tabla.

Luis Enrique además aprovechó para hacer reaparecer a Leo Messi. Lo hizo cuando el choque estaba sentenciado, porque quedó finiquitado con el 0-3. El técnico azulgrana apostó por la cautela con la ‘Pulga’. Volvió a la lista, pero no al once, y es que Messi llevaba ocho semanas de baja y el entrenador optó por no arriesgar de entrada. En el equipo inicial, entraron Ivan Rakitic y Sergi Roberto.

Rafa Benítez dejó en el banquillo a Casemiro, fijo como ancla del centro del campo en los últimos tiempos, y concedió la titularidad a James Rodríguez por detrás de la ‘BBC’. El técnico madrileño se decantó por la versión sobre el papel más creativa tras las dudas generadas sobre todo ante el PSG y en la derrota de Sevilla que le hizo perder el liderato. El resultado fue un fracaso.

En el tablero verde salió mucho mejor parado el conjunto azulgrana porque fue muy superior en la medular, donde el cuadro blanco tan solo tenía dos hombres y medio, y poco podían hacer ante Busquets, Iniesta, Rakitic y Sergi Roberto. Solo la superioridad numérica le hacía al conjunto catalán desenvolverse con una comodidad inusual y manejar a su antojo el balón y el partido. Al cuadro de Benítez le quedaban tan solo acciones a la carrera en busca del área del chileno Claudio Bravo, porque entre Kroos y Modric no tenían suficiente para generar fútbol. El desequilibrio fue patente y el cuadro barcelonista lo aprovechó con precisión de relojero.

El juego parsimonioso, de interminables rondos, del Barcelona enfrió el clásico de entrada y adormeció al Real Madrid. Los azulgranas, con la lección perfectamente aprendida y sabedores de lo que tenían que hacer, supieron alterar ese juego con cambios de ritmo que provocaron la zozobra en la débil zaga blanca. Un balón alto de Neymar en magnífica posición fue el primer aviso. Al segundo llegó el 0-1 con un remate cruzado magistral del uruguayo Luis Suárez, que aprovechó a la perfección un envío de Sergi Roberto, que se había internado sin oposición.

Como la pasada temporada, el Barcelona, aún esta vez sin Messi, se adelantaba en el Bernabéu muy pronto. En esta ocasión el Real Madrid no parecía encontrar el camino para reaccionar y seguía a merced de su rival. Tuvo, no obstante, su opción, pero Benzema no atinó a rematar.

Y lo pagó muy caro, porque al minuto siguiente, tras perder un balón Modric en la salida de la jugada sin que nadie le avisara de la amenaza por detrás, Iniesta, favorecido por la pasividad de la defensa blanca, ofreció un pase medido a Neymar, quien no falló y batió por bajo a Keylor Navas. El Barcelona estaba dando un repaso futbolístico y estratégico a un equipo roto, fundido, sin recursos, que a punto estuvo de encajar el tercero al borde del descanso en otra gran acción azulgrana de no haber sido por Marcelo, que sacó bajo palos el remate de Luis Suárez.

Al descanso se llegó con una pañolada de otra época, con la afición madridista abroncando con rotundidad a su equipo e incluso hubo cánticos destinados al presidente, y con un Barcelona confortable en el dominio tras haber sido dueño y señor del clásico. El arranque de orgullo del Real Madrid le dio para generar dos ocasiones al inicio del segundo tiempo, por medio de Marcelo y James Rodríguez. Pera nada más, porque acto seguido Iniesta acabó con las pretensiones del cuadro de Benítez con un espectacular zapatazo para rubricar otra perfecta jugada azulgrana.

Luis Enrique, con el partido ganado, se decidió a dar entrada a Messi, que no tenía que correr riesgos y encima podía aprovechar el desconcierto de su rival. Benítez también movió ficha y cambió a James por Isco, pero la misión madridista era imposible. Sin rumbo el Real Madrid, el Barcelona siguió manejando el partido a su antojo. Además, atrás estaba Claudio Bravo para abortar cualquier pretensión local, como en una intervención ante Cristiano Ronaldo a los 68 minutos.

Además de todos sus males, al equipo de Benítez no le salía nada y el Barcelona, casi sin dar la impresión de querer mucho más, echó más sal en la herida y completó la goleada al ritmo que imponían Messi y un extraordinario Iniesta -se llevó una gran ovación del Bernabéu cuando fue sustituido- y remachaba Luis Suárez. El clásico languideció entre los rondos del equipo azulgrana, que mantuvo el manejo interminable del esférico, y la incapaz madridista para plantear batalla real se reflejó en la expulsión de Isco, cansado de perseguir a sus rivales y de no ver apenas el balón.

El Barcelona sale aún más reforzado de lo que ya llegaba al clásico. De nuevo el Bernabéu fue un terreno propicio para ensalzar su fútbol. Luis Suárez y Neymar, que recogieron los galones en el periodo de baja de Messi, volvieron a portarlos. Pero ahora ya tienen a su lado al argentino. La Liga tiene un dueño claro, aunque aún quede mucho y puedan cambiar las cosas. El Real Madrid está obligado a corregir el cúmulo de errores, a rectificar por completo y a dar un giro absoluto. Este clásico le deja en la lona.

Ficha técnica: 0 – Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Carvajal, m.59), Kroos, Modric, James (Isco, m.55), Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo. 4 – Barcelona: Claudio Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano (Mathieu, m.27), Jordi Alba, Sergi Roberto, Rakitic (Messi, m.56), Sergio Busquets, Iniesta (Munir, m.77), Neymar y Luis Suárez. Goles: 0-1, M.11: Luis Suárez. 0-2, M.39: Neymar. 0-3, M.53: Iniesta. 0-4, M.74: Luis Suárez.

Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Expulsó con roja directa a Isco (m.84) por una dura entrada por detrás a Neymar. Amonestó a James Rodríguez (m.23), Dani Alves (m.31), Sergio Ramos (m.50), Carvajal (m.83) y Busquets (m.92). Incidencias: Partido de alto riesgo, rodeado de grandes medidas de seguridad, disputado en el estadio Santiago Bernabéu. Lleno completo, 85.00 espectadores.

Los dos equipos, incluidos los jugadores de los banquillos y los técnicos, saltaron al centro del campo, donde formaron para un respetuoso minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los atentados de París, motivo por el cual también se desplegó en la grada una gran bandera de Francia. Por megafonía se escucharon los acordes de La Marsellesa. Asistió, entre otras personalidades, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español.

Butragueño: «Hay que tener tranquilidad; todos somos culpables»

El director de Relaciones Internacionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, hizo un llamamiento a la tranquilidad tras la derrota ante el Barcelona (0-4) en el Santiago Bernabeu y rechazó pronunciarse sobre la confianza del club en el entrenador, Rafael Benítez, y las protestas de la grada contra el banquillo y el palco. «Total tranquilidad. La noche ha salido muy mal. Todos pensarán en lo que ha sucedido. Todos somos culpables cuando perdemos y es una noche para tener cierta calma», destacó Butragueño en Movistar Televisión.

Butragueño reconoció la superioridad del Barcelona. «Muy mala noche para nosotros. Han sido claramente superiores en los aspectos del juego y también en la precisión defensiva. En sus tres ocasiones primeras han metido dos goles. Al inicio de la segunda parte pudimos meter el 1-2 y después han marcado el tercero. Han sido mejores, han jugado bien al fútbol y hay que felicitarlos», dijo.

«Lo sentimos por la afición. A veces los partidos salen así. Nos ha costado. Todo ha sido muy difícil desde el principio», analizó el directivo del Real Madrid. «Su presión ha sido muy efectiva. Sabíamos que si hubiéramos superado la primera barrera teníamos opciones pero ha sido difícil. Con el gol de Suárez se han sentido muy cómodos», justificó.

«No ha salido bien nada. Algunos venían de semanas sin participar. Pero no queremos buscar excusas. Han sido mejores y tenemos que reflexionar. Es un momento para la unidad. Es un momento de ser del Real Madrid. Cuando es desfavorable hay que estar más unidos», indicó Butragueño, que incidió en mantener la calma.

«Ha sido una noche triste para todos los madridistas. La gente tenía ilusión y un resultado tan contundente y adverso pues la afición es muy exigente muestra ese desencanto y nosotros respetamos el sentir de ellos. En el futuro vamos a pretender jugar mejor y obtener mejores resultados. Tenemos buenos jugadores», concluyó Butragueño.