Francia| El euroescéptico ultraizquierdista Mélenchon suma al Partido Socialista al comunismo para convertirse en el Primer ministro de Macron

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FOTOGRAFÍA. PARÍS (FRANCIA), 06.05.2022. El líder de la extrema izquierda en Francia, actualmente líder de la coalición de la extrema izquierda «La Francia Insumisa (LFI)», Jean-Luc Mélenchon (C), quien ha puesto en jaque al Partido Socialista de Francia, que ha tenido que sumarse a la coalición de la izquierda radical euroescéptica para intentar ser ahora el primer ministro del presidente globalista Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron (Emmanuel Macron) tras las legislativas del 12 y 19 de junio de 2022 después de haber hecho campaña frentista con Macron en la primer vuelta de las presidenciales y pasiva, a su favor, en la segunda vuelta al hacer campaña contra la candidata Marion Anne Perrine Le Pen (Marine Le Pen) de Agrupación Nacional. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- París (Francia), viernes 6 de mayo de 2022. El líder de la extrema izquierda en Francia Jean-Luc Mélenchon sumó este miércoles al Partido Socialista de Francia (PS), del expresidente francés François Hollande, a su coalición de ultraizquierdas para las legislativas de junio de 2022, que ya contaba con ecologistas y comunistas y con la que pretende contrarrestar las políticas del presidente progre y globalista, Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron (Emmanuel Macron), y del partido del patriotismo y mundo libre de Francia Agrupación Nacional de Marion Anne Perrine Le Pen (Marine Le Pen). Cabe recordar que es la propia ultraizquierda que hizo presidente a Macron en la segunda vuelta al hacer la campaña contra la candidata Le Pen después de demonizar a Macron en la primera vuelta. Ahora, el objetivo del ultra Mélenchon es ser el «Primer Ministro» de Macron dado que este no podrá aprobar ninguna ley al no contar con sus socios de la pasada legislatura aunque pueda sumar mayoría absoluta en la cámara con Agrupación Nacional de Le Pen.

El Comité Nacional del Partido Socialista de Francia (PS) —socios del PSOE de Pedro Sánchez en España— compuesto por unos 200 miembros, deberá dar el visto bueno este jueves al acuerdo, pero no se esperan sorpresas, ya que en ese órgano está representada la nueva generación del partido, que la semana pasada respaldó negociar con Mélenchon.

El objetivo del veterano político, que el mes pasado se quedó a 400.000 votos de superar en la primera vuelta de las presidenciales a la líder de Agrupación Nacional, Marion Anne Perrine Le Pen, es conquistar el poder por la vía de los diputados, al no poder hacerlo por la del sufragio directo.

Busca una mayoría en la Asamblea Nacional que obligue al presidente a nombrarle primer ministro, en una nueva cohabitación como las que ya vivieron François Mitterrand y Jacques Chirac.

El político, de 70 años, ha sabido sacar partido de su buen resultado electoral (22 %) para atraer a otras formaciones que firmaron porcentajes muy inferiores y constituir un bloque que atesora un 30 % de los votos en las pasadas presidenciales y que han bautizado como Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES).

Para ello ha cedido circunscripciones y limado asperezas, sobre todo en la postura sobre Europa.

DESOBEDIENCIA A EUROPA

Bajada de pantalones de los socios del PSOE en Francia: Tras muchas negociaciones, el Partido Socialista de Francia ha admitido la «desobediencia de los tratados de la UE» que preconiza Mélenchon, pero han precisado que será «temporal», como la flexibilización presupuestaria que se acordó para afrontar las consecuencias de la pandemia del COVID 19.

A cambio, podrán poner candidatos en unas 70 de las 577 circunscripciones que hay en el país, con el objetivo de salvar la treintena de diputados que tienen ahora, claves para su supervivencia.

Muy debilitados por el batacazo de su candidata al Elíseo, Anne Hidalgo, que solo convenció al 1,74 % de quienes fueron a votar, han acabado por ceder, por vez primera en la historia, la hegemonía ‘progre’ a un partido situado ideológicamente a su extrema izquierda.

Una concesión que no digieren figuras de peso como el expresidente François Hollande, su antiguo primer ministro Bernard Cazeneuve y otros miembros de su gabinete, que amenazan con abandonar el barco socialista.

Los negociadores socialistas han sabido hacer valer su implantación territorial para lograr un acuerdo favorable.

Los ecologistas, que se quedaron a las puertas del 5 % en las presidenciales, tendrán un centenar de carteles electorales y los comunistas, que consiguieron el 2,7 % de los sufragios, unos 50.

Este partido, que aspira a conseguir la quincena de diputados que tiene en la actualidad, acepta callar su apoyo a la energía nuclear, a la que se oponen Mélenchon y los ecologistas.

En paralelo a los movimientos electorales de la ultraizquierda, los otros bloques también mueven ficha.

GOBIERNO COMO ARMA ELECTORAL

El partido de Macron ultima los nombres de sus 577 candidatos, que pueden incluir a disidentes del Partido popular de Francia (PP) y a Partido Socialista de Francia (PS), descontentos con el acuerdo con la ultraizquierda, firmado por su dirección.

El globalista Macron cuenta, además, con un arma de peso: el nombramiento de un nuevo Gobierno que está retrasando al máximo para aprovechar su arrastre electoral lo más cerca posible de las legislativas, cuya primera vuelta está programada el 12 de junio y la segunda una semana más tarde.

El portavoz del Ejecutivo globalista, Gabriel Attal, indicó este miércoles que el actual gabinete seguirá, al menos, hasta el próximo día 13, cuando culmina oficialmente el mandato de Macron, aunque la ceremonia de investidura tendrá lugar este sábado.

El nombre del nuevo primer ministro se mantiene en secreto pero todo apunta a que Macron apuesta por una mujer con sensibilidad ecologista y social, que desactive parte del efecto de la coalición de Mélenchon entre el electorado de ultraizquierda.

Mayor representación del patriotismo francés

En el patriotismo francés, Le Pen, a quien las encuestas otorgan la mayor representación parlamentaria de su historia, rechaza aliarse con el ex de su propio partido Éric Zemmour, que está viendo como algunas de las figuras que le apoyaron en las presidenciales están desertando para irse con Agrupación Nacional de Le Pen, tras haber reunido solo un 7 % de los votos en la primera vuelta.

La unión de la izquierda radical pone en jaque al Partido Socialista

La unión de la ultraizquierda francesa para las próximas legislativas urdida por el dirigente de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, pone en jaque al Partido Socialista (PS) de Francia, que por vez primera en muchas décadas no es hegemónico en su espacio político y que ve como crecen las disensiones internas.

Recién refrendado por el Comité Nacional del PS, el pacto, al que antes habían llegado también ecologistas y comunistas, ha comenzado a despertar suspicacias en el seno de la única fuerza de izquierdas que hasta ahora ha liderado un Gobierno en el país.

El ex primer ministro Bernard Cazeneuve, cabeza visible del ala más moderada del PS, fue de los primeros en anunciar su salida del Partido Socialista de Francia, mientras que otros lo van haciendo de forma paulatina.

La posición del dirigente de la izquierda radical en Francia, Mélenchon sobre Europa, su llamamiento a desobedecer los tratados comunitarios, es el argumento que más fricciones causa en un Partido Socialista de Francia que en el pasado ya se fracturó por ese frente.

En 2005, se dividió en dos durante el referéndum sobre la Constitución Europea, que acabó siendo rechazada por los electores dejando en mal lugar a la dirección, que había apostado por el «sí».

El Partido Socialista de Francia está ahora en manos de una generación más joven, que en una parte importante no ha conocido el poder y se ha visto obligada a gestionar un partido a la deriva desde la salida tumultuosa del Elíseo de François Hollande en 2017.

El presidente socialista, elegido en 2012, acaparó altas cotas de impopularidad, hasta el punto de que, en una decisión inédita, decidió no presentarse cinco años después a un segundo mandato, lo que dejó al partido huérfano y en caída libre.

Benoît Hamon obtuvo en 2017 el peor resultado en unas presidenciales hasta entonces, el 6 %, pero Anne Hidalgo lo empeoró el pasado mes de abril, al dejar al socialismo por debajo del 2 %.

Desamparados, los dirigentes del partido han visto la alianza con Mélenchon y su partido, La Francia Insumisa (LFI), como la única vía para salvar su grupo parlamentario y están haciendo malabares dialécticos para justificar algunas de las posturas acordadas.

PROGRAMA ANTES DEL MIÉRCOLES

La nueva coalición, bautizada Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), presentará el sábado las principales líneas de su proyecto, mientras que la semana que viene se anunciará el programa común.

El portavoz de LFI, Manuel Bompard, aseguró a la televisión pública France 2 que ese programa se basará en las propuestas de Mélenchon en las pasadas presidenciales y estará listo antes del próximo miércoles.

LFI se ha reservado algo más de la mitad de las 577 circunscripciones electorales que están en juego en las legislativas de junio, en concreto 325. Sobre todo la región de París, donde cuentan con gran respaldo electoral, y en otras zonas periurbanas, con un elevado porcentaje de población obrera.

Los ecologistas liderarán 100 carteles, sobre todo en las grandes ciudades, donde en las pasadas municipales tuvieron un gran resultado, que les permite gobernar Lyon, tercera urbe del país, Burdeos o Grenoble, además de estar en los ejecutivos municipales de París y Marsella.

El PS se queda con 70 candidatos, la mayoría de los que ahora tienen asiento en la Asamblea Nacional, mientras que los comunistas tendrán 50, también en gran parte en circunscripciones que ganaron hace cinco años.

LAS ENCUESTAS NO SUSTENTAN LAS AMBICIONES DE LA ULTRAIZQUIERDA

Bompard indicó que el objetivo de la coalición es convertirse en el bloque más votado en las legislativas del 12 y 19 de junio próximos y obligar así al presidente, Emmanuel Macron, a elegir a Mélenchon como primer ministro para aplicar su programa electoral.

Una hipótesis que no se sostiene en ningún sondeo publicado, pero que sí ha alimentado cierta dinámica a favor de la ultraizquierda, que ha colocado al veterano político, tercero de las pasadas presidenciales, como la segunda personalidad política mejor valorada del país, solo superado por el ex primer ministro Édouard Philippe.

Las negociaciones fructuosas para confeccionar un frente de ultraizquierdas han servido para eclipsar al patriotismo francés de Agrupación Nacional que lidera Marine Le Pen, que está retrasando su entrada en campaña.

Su mano derecha, Jordan Bardella, afirmó en la radio France Info que «nadie se cree» la victoria de la ultraizquierda en las legislativas, que será para el partido de Macron, por lo que el objetivo de Marine Le Pen será convertirse en la primera fuerza de oposición.

Bardella agregó, con ironía, que Mélenchon pretende ser el primer ministro de Macron, a quien contribuyó a reelegir al pedir tras la primera vuelta de las presidenciales que no se votara por Le Pen.