Guardia Civil: «Vi en las caras el odio» hacia España, los independentistas «hicieron polvo los coches»

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FOTOGRAFÍA. TRIBUNAL SUPREMO (TRIBUNAL DEL PROCÉS) MADRID (ESPAÑA), 21.03.2019. Imagen tomada de la señal de video institucional del Tribunal Supremo de algunos de los acusados durante la vigésima jornada del juicio del "procés" que hoy trascurre con la declaración de más guardias civiles que participaron en las investigaciones de lo ocurrido en Cataluña en otoño de 2017. Efe.

Efe – «Vi en muchas caras el reflejo del odio», ha detallado uno de los agentes, que ha recordado cómo las personas gritaban al letrado de la administración de Justicia, que iba encapuchado en el interior el coche, «Traidor, no te tapes que te conocemos». Según los guardias civiles, el letrado «pasó miedo, temor y estaba mal anímicamente» tanto en la entrada a la nave de Unipost tras dos horas retenido como especialmente a la salida, ya que aquello «fue muy tenso y podía ocurrir cualquier cosa». Madrid (España), jueves 21 de marzo de 2019. 

Dos agentes de la Guardia Civil que inspeccionaron Unipost han detallado que los Mossos les sacaron por una calle en obras que era «una ratonera» y con personas tirando vallas al suelo para impedir el paso de los coches, lo que obligó a los policías autonómicos «a emplearse a fondo», ya que vieron en la gente «el reflejo del odio».

Los dos guardias civiles han descrito en el juicio del «procés» que el 19 de septiembre realizaron una inspección en la sede de Unipost en Terrasa (Barcelona) por la mañana en la que encontraron palés con diferentes cajas que estaban abiertas y en las que se veía perfectamente el contenido, que eran sobres de la Generalitat dirigidos a los miembros de las mesas electorales del 1-O.

Ante esta hallazgo, la Guardia Civil solicitó al juez un autorización judicial para registrar la sede, pero este lo negó, de manera que solo permitió la entrada de una comitiva judicial para la intervención de todos los sobres y la apertura de uno de ellos.

La comitiva judicial llegó a las 17.00 horas, pero no pudo entrar hasta las 19.27 debido a que estaba bloqueada por «una aglomeración de gente considerable, de unos 500 personas», que les impedían el paso -muchas de ellas desde primera hora de la mañana-, lo que obligó a cortar la calle en ambos sentidos.

Estas personas, según los agentes, ondeaban esteladas, les insultaban, les provocaban y estaban sentadas en el suelo con una urna de cartón mientras otras colocaban incluso un sofá, de manera que «aquello no era una cosa casual, sino que estaban organizados».

De hecho, el portavoz del PDeCAT en el Ayuntamiento de Terrasa se sumó con los concentrados, a los que animó a permanecer ahí.

Mientras tanto, han continuado, los antidisturbios de los Mossos hablaban con los concentrados para tratar de dejar un pasillo al vehículo de la comitiva judicial, que estaba siendo zarandeado y fotografiado por los concentrados.

«Pasaron un mal rato», ha dicho un agente, que ha recordado que, si la entrada fue complicada, la salida fue «muy desagradable», porque «el ambiente estaba más enrarecido» y había que articular como salir de allí, que era responsabilidad de los Mossos.

Sin embargo, estos, en lugar de tirar por la calle de arriba, que estaba despejada, les metieron en «una calle que era una ratonera» con «muchos elementos susceptibles de impedir la marcha del convoy» de cinco vehículos entre vallas y zanjas.

«Pensamos que nos habíamos quedado allí», han explicado los guardias civiles, que vieron al fondo de la calle a varias personas arrojando todas las vallas de protección de las obras no a los coches, sino al suelo para impedir la salida de los vehículos. «Nos estaban esperando».

Fue así como la comitiva judicial, tras permanecer dos horas bloqueada a la llegada a Unipost, se vio retenida nuevamente, esta vez durante más de 20 minutos.

Lo que más llamó la atención a los agentes de la actitud «nada pacífica» de la gente no era solo que tirasen las vallas, sino que retiraran las planchas que tapaban las zanjas en la calle para poder atravesarlas con los coches.

«Todos los vehículos fueron cayendo en las zanjas, ni siquiera los todoterrenos pudieron atravesarlas», ha apuntado un agente, que ha destacado que los coches superaron las zanjas a base de insistir, de destrozar los vehículos. «Hicieron polvo los coches», ha añadido.

Tal era la situación que «ni los propios Mossos podían contener a la gente», de manera que «tuvieron que emplearse a fondo» para salir llegando a hacer cargas para poder retirar la masa y a utilizar sus defensas porque no se podía pasar.

«Vi en muchas caras el reflejo del odio», ha detallado uno de los agentes, que ha recordado cómo las personas gritaban al letrado de la administración de Justicia, que iba encapuchado en el interior el coche, «Traidor, no te tapes que te conocemos».

Según los guardias civiles, el letrado «pasó miedo, temor y estaba mal anímicamente» tanto en la entrada a la nave de Unipost tras dos horas retenido como especialmente a la salida, ya que aquello «fue muy tenso y podía ocurrir cualquier cosa».