«Hala Madrid, Viva FC Barsa», película del dilema que divide a los culés y merengues

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Fotografía facilitada por CHAOUI productions, del rodaje de "Hala Madrid, Viva Barsa", del director marroquí Abdelilá Jauahri, sobre la eterna rivalidad futbolística de alcance mundial entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Efe.

Agencias – El guionista es de la primera película es un aficionado de FC Barcelona. La eterna rivalidad futbolística de alcance mundial entre el Real Madrid y el FC Barcelona ha hecho correr ríos de tinta y ha dado horas y horas de televisión, pero por increíble que parezca no existía una película sobre un dilema que divide a buena parte del mundo entre culés y merengues. Rabat (Marruecos), viernes 4 de agosto de 2017. Fotografía: Fotografía facilitada por CHAOUI productions, del rodaje de «Hala Madrid, Viva Barsa», del director marroquí Abdelilá Jauahri, sobre la eterna rivalidad futbolística de alcance mundial entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Efe.

Ahora un director marroquí llamado Abdelilá Jauahri se ha atrevido a llevar el asunto al cine y ha llamado a su película sencillamente así: «Hala Madrid, Viva FC Barsa», según relata él mismo a Efe.

La película cuenta que un poderoso cacique local, de corazón madridista, tiene amedrentado a un poblado entero de Marruecos y obliga a los habitantes a jurar solo por el club blanco, pero un día un joven llegado de la emigración, concretamente desde España, desembarca en el pueblo y contesta la autoridad del cacique.

La rivalidad no es solo deportiva, ya que el cacique se proclama monárquico hasta la médula, mientras que el joven dice ser republicano, o en todo caso tiene alma contestataria.

Pero en realidad, el cacique es un islamista que se sirve del fútbol para dominar a su pueblo con la religión y de paso hacer negocios turbios a costa de sus vecinos, porque, según dice Jauahri, la película no solo habla de deporte, sino también «del poder, del dinero y de la religión cuando se usan para manipular a las gentes».

Parece que el madridismo sale muy mal parado en la película al ser el club de «los malos», pero Jauahri, sin desvelar toda la trama, lo niega y señala que el filme termina con una marcha en la que todos los habitantes desfilan confraternizando por las calles con sus camisetas blancas y blaugranas cantando «Hala Madrid, Visca Barça y Viva Marruecos».

Será que el guionista, que es culé, quiso llegar a algún compromiso con el director, que es merengue.

Fútbol, política, religión, drogas… como suele suceder en el cine marroquí, todo cabe en una película que Jauahri presenta como una comedia «con mensaje».

El rodaje de «Hala Madrid, Visca Barsa» acaba de terminar en Tamselhot, una antigua alcazaba abandonada en la región de Marrakech, y está en fase de postproducción, por lo que Jauahri calcula «entre 4 y 6 meses» hasta su estreno en Marruecos.

El director quiere proyectar su película también en España, pero para ello busca alguna compañía española que le ayude en las labores de producción y distribución en el país vecino.

No es casual que haya sido un marroquí quien se haya atrevido a llevar a la pantalla la eterna rivalidad entre el Madrid y el Barça, ya que en Marruecos esta pugna se vive con más pasión incluso que las que despierta el fútbol local.

Basta pasear por una ciudad marroquí cualquiera un día de partido del Madrid o del Barsa para ver las calles casi vacías y los cafés llenos hasta reventar de jóvenes ataviados con bufandas de sus equipos que no tienen inconveniente en pagar un café al doble de su precio para ver a sus ídolos.

Los títulos de uno y otro equipo, ya sean en Liga o en Copa, se celebran por las calles de las ciudades marroquíes con caravanas de coches tocando el claxon durante horas, y en algunas ciudades, como Tánger o Tetuán, las celebraciones degeneran a veces en batallas campales entre hinchas de uno y otro equipo.

Hay en el país varias «peñas» madridistas y barcelonistas, y los más pudientes no dudan en pagarse viajes de dos días a Madrid o Barcelona con el exclusivo fin de asistir a los partidos en el Bernabéu o el Campo Nuevo para ver al club de sus amores.

Así que en el «Hala Madrid» o el «Visca Barsa», cualquier marroquí podrá reconocerse. Otra cosa es que llenen las salas de cine.