Human Rights Watch: Rusia cometió crímenes de guerra en la matanza de Kramatorsk (Ucrania)

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FOTOGRAFÍA. KRAMATORSK (DONBÁS) UCRANIA, 08.04.2022. Las tropas de Vladimir Putin cometen otro masacre de civiles en Kramatorsk (Ucrania), en la región del Donbás controlada por Ucrania, la otra parte cayó en mano de las fuerzas de ocupación rusas y los separatistas ucranianos. «Los rusos inhumanos no abandonan sus métodos. Al no tener la fuerza y el valor de enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, exterminan cínicamente a la población civil», dijo en Facebook el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Efe/Epa/Donetsk Regional State Administration Handout Best Quality Available. Efe 

Efe.- Nueva York (Estados Unidos), martes 21 de febrero de 2023. Human Rights Watch (HRW) acusó este martes a Rusia de haber cometido crímenes de guerra en el ataque que, según la ONG, perpetró en abril pasado contra la estación de ferrocarril de Kramatorsk, en el este de Ucrania, por el uso de bombas de racimo que causaron la muerte a al menos 58 civiles.

La organización no gubernamental, que ha realizado una exhaustiva investigación sobre el suceso, aseguró que el 8 de abril un misil balístico equipado con una ojiva de municiones de racimo dispersó 50 bombas pequeñas, conocidas como submuniciones, sobre las vías del tren y la abarrotada estación de Kramatorsk, en la región ucraniana de Donetsk.

En el lugar había cientos de personas que «esperaban ansiosamente los trenes de evacuación. para llevarlos a una relativa seguridad lejos de los peores combates», que se estaban librando en Ucrania.

«Al menos 58 personas murieron (todas ellas civiles, que sepamos) y más de 100 resultaron heridas», explicó HRW.

Después de que funcionarios ucranianos informaran sobre el ataque, el gobierno ruso negó su responsabilidad y dijo que sus fuerzas no disponían ni desplegaron el misil balístico utilizado.

Posteriormente, culpó a las fuerzas ucranianas del ataque que, en opinión de HRW, es uno de los incidentes individuales más mortíferos para los civiles desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero de 2022.

Los investigadores de Human Rights Watch visitaron Kramatorsk entre el 14 y el 24 de mayo de 2022 para investigar el ataque y sus consecuencias.

La ONG asegura que analizó más de 200 videos y fotografías y realizó un análisis espacial y temporal del ataque. También revisó las imágenes satelitales e inspeccionó una antigua posición militar rusa cerca del pueblo de Kunie, en la región de Kharkivska, que pudo ser el lugar del lanzamiento del ataque.

«La evidencia indica claramente que el misil que mató e hirió a civiles en la estación de tren de Kramatorsk fue lanzado desde territorio controlado por Rusia en el este de Ucrania. El ataque fue una violación de las leyes de guerra y un aparente crimen de guerra», sentenció.

En medio de la dura ofensiva rusa en gran parte de Ucrania, la estación de tren de Kramatorsk se había convertido en el principal centro de evacuaciones de civiles, donde personas de todo el Donbás llegaron en autobuses organizados para su evacuación y en vehículos privados para abordar los trenes que les llevarían a un lugar relativamente seguro.

De hecho, decenas de miles de civiles fueron evacuados desde la estación de tren de Kramatorsk en los días previos al ataque.

Human Rights Watch y la empresa SITU Research revisaron más de 100 fotos y videos de los días previos al suceso, publicados en las redes sociales o compartidos en privado, que muestran a miles de personas en la estación.

Múltiples testigos, incluido el director de la estación de tren, el jefe de policía y voluntarios que trabajaban en la estación, describieron grandes multitudes en la estación en la mañana del 8 de abril que, dice la ONG, podía superar el medio millar de civiles.

A la luz de las pruebas analizadas, HRW señala que el ataque militar de Rusia a la atestada estación de tren de Kramatorsk fue ilegal e indiscriminado.

Y «las violaciones graves de las leyes de la guerra cometidas por individuos con intención delictiva, es decir, de forma deliberada o imprudente, son crímenes de guerra».

Concluye que «la naturaleza ilegal del ataque de Kramatorsk, la evidencia de una gran presencia civil sin un objetivo militar importante y el uso de un arma intrínsecamente indiscriminada indican que los comandantes y el personal militar ruso que ordenaron y llevaron a cabo el ataque estaban cometiendo un crimen de guerra».