Italia, Austria y Alemania: La inmigración ilegal es un «desafío», vamos a proteger las fronteras

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INNSBRUCK (AUSTRIA), 12.07.2018. (De izq a der) Los ministros de Interior de Alemania, Horst Seehofer; Austria, Herbert Kickl, e Italia, Matteo Salvini, se dirigen a hacer una declaración conjunta tras mantener un encuentro en el ámbito del Consejo de ministros de Justicia e Interior comunitario en Innsbruck (Austria) hoy, 12 de julio de 2018. Efe

Efe.- Innsbruck (Austria), jueves 12 de julio de 2018. Entre ellas, admitió que de momento la UE está «en un callejón sin salida» en cuanto al reparto solidario del número de demandantes de asilo entre todos los socios o la reforma de la normativa comunitaria de Dublín sobre asilo (se debe pedir protección en el primer país de la Unión al que se accede). Precisó que entre las medidas planeadas está mejorar la repatriación de inmigrantes rechazados mediante la cooperación con los países de origen. Para alcanzar esa meta, Kickl abogó por «desarrollar un sistema de alicientes (para dichas naciones), pero también con sanciones para aquellos que sean reacios» a acoger de vuelta a sus ciudadanos repatriados por la UE.

Los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) confirmaron hoy el plan de reforzar el control de las fronteras exteriores del bloque, ampliando el mandato de la agencia Frontex, y otras medidas para frenar la inmigración ilegal.

«Hay un amplio consenso para fortalecer la protección de las fronteras externas, dotando a Frontex con el correspondiente mandato», informó en rueda de prensa Herbert Kickl, titular de Interior de Austria, país que preside este semestre la UE, tras el consejo informal celebrado Innsbruck, capital del Tirol austríaco.

Recordó que la reunión de hoy tenía como objetivo discutir medidas para poner en práctica lo acordado por el Consejo Europeo del 28 de junio para endurecer la política de inmigración.

«Estamos ante un desafío, una situación difícil que, sin embargo, es una motivación para trabajar juntos en interés de nuestra población», dijo Kickl, miembro del ultranacionalista y populista Partido Liberal (FPÖ).

Precisó que entre las medidas planeadas está mejorar la repatriación de inmigrantes rechazados mediante la cooperación con los países de origen.

Para alcanzar esa meta, Kickl abogó por «desarrollar un sistema de alicientes (para dichas naciones), pero también con sanciones para aquellos que sean reacios» a acoger de vuelta a sus ciudadanos repatriados por la UE.

Al reconocer que en algunos puntos los socios comunitarios están lejos del consenso, apostó por avanzar ahora en las propuestas de mayor aceptación, con la esperanza de que ello contribuya a crear confianza para abordar las cuestiones más controvertidas.

Entre ellas, admitió que de momento la UE está «en un callejón sin salida» en cuanto al reparto solidario del número de demandantes de asilo entre todos los socios o la reforma de la normativa comunitaria de Dublín sobre asilo (se debe pedir protección en el primer país de la Unión al que se accede).

Con respecto a la polémica propuesta defendida por la presidencia austríaca de crear centros de desembarco, reclusión y registro de inmigrantes en Estados extracomunitarios, principalmente en el norte de África, Kickl aseguró que cuenta con «mucho apoyo».

El consejo informal estuvo precedido por un desayuno de trabajo trilateral de Kickl y sus homólogos de Alemania, Horst Seehofer, e Italia, Matteo Salvini, quienes armonizaron sus posiciones duras, a favor de hacer todo lo posible por reducir, «de ser posible a cero», la inmigración ilegal.