Agencias – Juana Rivas, la mujer española huida desde finales de julio tras incumplir la orden de entregar a sus hijos al padre, el italiano Francesco Arcuri, se presentó hoy en los juzgados de Granada, después de estar 28 días ilocalizable. Granada (españa), martes 22 de agosto de 2017. Fotografía: Concentración en Madrid bajo el lema «Todas somos Juana» , en apoyo a Juana Rivas. Archivo Efe.
Ante la sede judicial estaban congregadas un centenar de personas para apoyar a esta mujer, víctima de malos tratos, que hasta ahora se había negado a entregar a sus dos hijos menores (3 y 11 años) a su padre en Italia.
«Todos somos Juana», «Un maltratador no es un buen padre», «Frente a los maltratadores, protección a los menores», fueron algunas de las consignas escuchadas a las puertas de los juzgados.
Rivas trasladará ante el juzgado que el mayor de sus hijos, 11 años, pueda ser escuchado en este caso, informó este martes su asesora legal, Francisca Granados.
La Justicia decretó la vigente orden de detención y presentación en sede judicial de Juana Rivas después de que el pasado 8 de agosto, cuando las partes estaban citadas, la mujer no compareciera.
Rivas tampoco acudió ayer a la citación judicial para decidir medidas de protección solicitadas por el padre, Francesco Arcuri, sobre los menores.
En esa vista, la titular del Juzgado de Granada acordó la retirada del pasaporte de los dos niños así como la prohibición de su salida del territorio europeo Schengen, sin autorización del padre o sin permiso judicial.
Juana Rivas se dirigió ayer a través de una carta, a la que tuvo acceso Efe, al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, y al presidente del Tribunal Constitucional de España, Manuel García-Pelayo, para pedir que intercedan por ella y los menores.
La mujer aseguraba en la misiva que no ha querido «evadir la ley» y que ha estado haciendo «lo único que puede hacer como madre, proteger» a sus dos hijos.
Además, la madre recuerda que el pasado 18 de mayo del 2016 tuvo que «huir del infierno» en el que vivían sus hijos y ella en Italia, «sometidos a la violencia diaria de su padre», Francesco Arcuri, quien para Rivas es «un maltratador reincidente».
Vecina de la localidad granadina de Maracena (sur) pidió amparo al Tribunal Constitucional, recurso que no fue admitido por presentarse fuera de plazo.
También solicitó la anulación de la orden de entregarle los niños a Arcuri, condenado a tres meses de prisión en 2009 por maltrato, una sentencia que no llegó a cumplir.
En 2016, tras volver a España desde Italia, Rivas puso una denuncia a Arcuri por los mismos motivos, aunque todavía no ha sido tramitada ante la Justicia italiana.
