Juppé, Sarkozy y Fillon discrepan sobre el proyecto europeo en las primarias

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Los candidatos a las primarias del partido de derecha antes de las elecciones presidenciales de 2017, (izq a der) el expresidente francés Nicolas Sarkozy, el ex primer ministro y alcalde de Burdeos Alain Juppe, la integrante del parlamento Nathalie Kosciusko-Morizet en el debate televisivo de hoy en los estudios Francia 2 en París (Francia). EFE

Efe – Los tres candidatos mejor posicionados para ser candidatos del centro-derecha en las presidenciales de 2017, Alain Juppé, Nicolas Sarkozy y François Fillon, jugaron sus últimas cartas para convencer a los electores de las primarias poniendo el acento en la UE y otros asuntos internacionales. París (Francia), jueves 17 de noviembre de 2016. Fotografía: Los candidatos a las primarias del partido de derecha antes de las elecciones presidenciales de 2017, (izq a der) el expresidente francés Nicolas Sarkozy, el ex primer ministro y alcalde de Burdeos Alain Juppe, la integrante del parlamento Nathalie Kosciusko-Morizet en el debate televisivo de hoy en los estudios Francia 2 en París (Francia). Efe.

El último de los tres debates televisivos entre los siete aspirantes conservadores se celebró solo tres días antes de la primera vuelta de las primarias, que tendrá lugar el domingo, y en las que clasificarán los dos primeros candidatos para la votación final del 27 de noviembre.

Dedicada la primera hora a las cuestiones internacionales y la segunda a las locales, el papel de Francia en la Unión Europea (UE), la relación con la próxima administración estadounidense de Donald Trump y la inmigración enfrentaron a los candidatos.

A diferencia de los dos otros dos debates (el 13 de octubre y el 3 de noviembre), hubo menos ataques personales, aunque sí que se registraron momentos de tensión, sobre todo con Sarkozy, que respondió, enojado, a la pregunta de uno de los moderadores sobre su relación con el régimen libio en 2007.

Los focos mediáticos estuvieron en quienes las encuestas consideran los favoritos: el exprimer ministro y alcalde de Burdeos Juppé (en torno al 36 % del apoyo), el antiguo presidente Sarkozy (30 %) y al también exprimer ministro Fillon (20 %), por este orden.

El proyecto europeo, condicionado por las oleadas migratorias y por el aumento de los populismos, ocupó buena parte del debate.

«Separados nos arriesgamos a convertirnos vasallos de los grandes imperios de hoy, Rusia, China y Estados Unidos», alertó el más moderado e institucional Juppé, quien abogó por «redefinir las reglas del juego entre Bruselas y las capitales» europeas.

Más perentorio en cómo construir Europa se mostró Sarkozy, cuyo discurso se ha acercado en algunos aspectos a la retórica del ultraderechista Frente Nacional (FN).

«Hay dos Europas, la del euro y la de la Unión. La del euro tiene que ser presidida por un alemán o un francés, porque representamos el 50 % del PIB (…) Hay que revisar además los poderes de la Comisión (Europea)», sostuvo.

Fillon, que fue jefe de Gobierno durante la presidencia de su hoy rival Sarkozy (2007-2012), abogó por «un nuevo tratado europeo» a partir de la zona euro, pues es un espacio más manejable y es donde están los fundadores.

Juppé acogió con preocupación la nominación de Trump como nuevo presidente de EEUU, sobre todo en cómo afectará en los intercambios comerciales.

Sarkozy, sin embargo, opinó que el proteccionismo y el aislacionismo que muchos esperan del nuevo jefe de Estado estadounidense será una gran oportunidad.

«El liderazgo de Estados Unidos se retraerá. Eso nos dará una oportunidad fantástica, para los europeos y los franceses en varios asuntos internacionales (precio de las materias primas, la ONU)», defendió.

Fillon vio en la elección de Trump una manera de «establecer una relación transatlántica más equilibrada» y una ocasión para reconciliarse con Rusia, como Estados Unidos busca hacer.

Entre los otros cuatro aspirantes, la exministra Nathalie Kosciusko-Morizet (la única mujer candidata y la más moderada) se posicionó como la principal defensora de la UE, mientras los también exministros Bruno Le Maire y Jean-François Copé propusieron varias reformas en su funcionamiento.

El líder cristianodemócrata Jean-Frédéric Poisson fue el más escéptico sobre la UE.

Un control más férreo de las fronteras exteriores de la UE e imponer cuotas a la inmigración económica fueron puntos en los que los tres principales candidatos convergieron.

En los asuntos domésticos, Sarkozy propuso un mayor control en los subsidios sociales: «si alguien rechaza dos ofertas de empleo pierde el beneficio».

Mientras, Juppé y Fillon adoptaron una postura menos radical y apostaron por una reformulación de estas ayudas.

La educación primaria, la organización territorial, la energía nuclear o el aumento de las horas de trabajo entre los funcionarios fueron otros de los temas debatidos entre los siete candidatos.

A pesar de que en las últimas semanas se daba por hecho que Juppé y Sarkozy pasarían al segundo turno, la irrupción de Fillon brinda un panorama más abierto para este domingo.

Según las empresas de encuestas, los resultados estarán condicionados por el nivel de participación, en un año en el que las primarias del centroderecha se abren por primera vez a todos los electores franceses que se inscriban y paguen una cuota simbólica.

Si el escenario más optimista se cumpliese -podrían votar hasta unos 6 millones de franceses, 16 % de los electores- Juppé y Fillon saldrían beneficiados en detrimento de Sarkozy.

Para las elecciones presidenciales de abril y mayo de 2017, los conservadores buscan desbancar al gobernante Partido Socialista (PS), en el poder desde 2012, y frenar el avance del FN de Marine Le Pen, a la que se augura un buen resultado.