El primer ministro nepalí teme que la cifra final de muertos llegue a los 10.000. 1,4 millones necesitan ayuda alimentaria. El mal tiempo complica las labores de rescate. Con el paso de los días se hace más patente el impacto del terremoto de magnitud 7.8 con epicentro en Nepal que el sábado golpeó la región del Himalaya. El número de muertos en el terremoto ya supera los 5.000, mientras que el de heridos sobrepasó los 10.900 y el de desplazados internos se situó en más de 450.000 personas. Según la última evaluación de la ONU, ocho millones de nepalíes necesitan ayuda.
El último recuento oficial de fallecidos difundido a las 18.00 hora local (13.15 en horario peninsulares) se sitúa en 5.057 y el de heridos en 10.915, ha informado el Centro Nacional de Operación de Emergencia del país asiático. Las labores de rescate continúan dificultadas por las malas condiciones climatológicas y por las carencias del país asiático para responder a un desastre de tal magnitud, mientras se agota el tiempo para encontrar supervivientes entre los escombros.
El informe de la organización internacional, con fecha del 27 de abril, asegura que 39 distritos se han visto afectados, 11 de ellos de forma severa. Además, más de 1.400.000 personas necesitan alimentos que intentará proveer el Programa Mundial de Alimentos. Por su parte, Unicef ha cifrado en 1,3 millones los niños que requieren ayuda humanitaria urgente. Las prioridades siguen siendo el reparto de comida, agua, refugios y medicamentos, aunque en la capital, Katmandú, el Ejército comenzó este lunes a repartir tiendas.
Más de 5.000 muertos. El último recuento oficial de fallecidos eleva el número total a más de 5.000 muertos y el de heridos supera los 10.000, mientras no se ha difundido todavía la cifra de desaparecidos en la tragedia. Sin embargo, la cifra real podría ser mucho más alta ya que los equipos de rescate aún no han llegado a áreas remotas del país. El primer ministro nepalés, Sushil Koirala, ha admitido que el número final de fallecidos podría superar los 10.000 y ha asegurado que su Gobierno está «en pie de guerra» para rescatar y ayudar a los damnificados.
El ministro de Conservación del Suelo y de los Bosques, Mahesh Acharya, ha culpado al mal tiempo del retraso en las labores de rescate fuera de Katmandú. Los helicópteros MI-17 enviados por la India no han podido acceder a las zonas más afectadas. «Nuestra prioridad en este momento es encontrar a gente atrapada y rescatarla (…) Para nosotros el rescate es mucho más importante que los números», ha subrayado Acharya.
Junto al mal tiempo, las réplicas son otro de los obstáculos a los que se enfrentan los efectivos nepalíes. El Centro Nacional de Sismología de Nepal ha contabilizado 96 réplicas de magnitudes 4 a 6 desde el pasado sábado. Rescate lento «El rescate está siendo muy lento, y la gente sospecha que entre los escombros y en el interior de los edificios derruidos aún hay personas con vida», ha declarado a RTVE.es Shankar Pradhananga, director de la sección nepalí de la ONG Aldeas Infantiles.
La ONG mantiene 10 aldeas en Nepal, con más de 1.300 niños, ninguno de los cuales ha sufrido daños, según ha asegurado Pradhananga. Además, Aldeas Infantiles está colaborando con el Ejército para atender a unas 2.000 personas que han perdido su casa y están refugiadas en sendos campamentos en Kavre y Jorpati, dos localidades cercanas al epicentro del seismo. «Nepal por sí solo no puede hacer frente a la situación – ha subrayado Pradhananga – El país necesitará la ayuda para la reconstrucción y el apoyo del resto del mundo a largo plazo».
El terremoto, que arrasó el densamente poblado valle de Katmandú y provocó una mortal avalancha en el Everest, es el más grave sufrido por Nepal desde el registrado en 1934, cuando hubo unos 8.500 muertos.
<redacción -RTVE><foto / RTVE>