La Guerra Civil y los besos en las redes sociales despiden a la selectividad

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Efe – El pasado reciente de la historia de España, el advenimiento de las nuevas tecnologías que empiezan a conformar nuevos modos de relación social, junto con las cuestiones metafísicas que siempre han acompañado al ser humano, ponen así el broche de oro a la selectividad en Madrid, con textos que durante cuatro décadas han recogido lo viejo y lo nuevo, con sucesivos «guiños» para invitar a pensar a la juventud. Lo desmesurado de la Guerra Civil, el abuso de los besos en las redes sociales, la conciencia según Marx, la razón pura de Kant y la Constitución de 1876 han puesto hoy el broche de oro a la selectividad en Madrid, que se despide para siempre de los estudiantes tras su puesta en marcha hace 41 años. Madrid (España), martes 13 de septiembre de 2016. Fotografía: Agunos de los alumnos que esta mañana se han presentado en la Universidad Complutense de Madrid al primer examen de la convocatoria de septiembre, de la que será la última Selectividad antes de que entren en vigor las reválidas impuestas en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Efe.

El vicerrector de Estudiantes de la Complutense de Madrid, Julio Contreras, ha lamentado la pérdida de una prueba que funciona y que durante 41 años ha cumplido «los principios de equidad, igualdad de derechos, no discriminación» a la hora de ordenar a los alumnos para su ingreso en la Universidad.

Los típicos nervios y los despistes han acompañado también a los estudiantes de otras comunidades autónomas como la aragonesa, en el que el responsable de la PAU, Fernando Zulaica, ha explicado que los exámenes han comenzado con «absoluta normalidad», incluido que algún joven se haya olvidado de la documentación requerida.

En Madrid, la contienda fratricida que se desencadenó en España en 1936 ha protagonizado dos exámenes, el de Historia y el de Lengua, este último con un fragmento de ‘La Guerra Civil ¿cómo pudo ocurrir?’, de Julián Marías.

El autor expresa su asombro ante ese «gran suceso dramático de la historia de España» del siglo XX, que «no está enteramente liquidado», y la perduración de sus consecuencias, como que España adoptara «ese esquema de interpretación de si misma durante varios decenios más».

«Qué exageración», señala Marías, a quien la guerra le ha parecido siempre «algo desmesurado por comparación con sus motivos, con lo que se ventilaba, con los beneficios que nadie podía esperar», en fin, una «anormalidad social que había de resultar una anormalidad histórica».

El uso y abuso de los emoticonos de besos es el tema del artículo titulado «Bss», de Luz Sánchez, para quien «nos damos más besos que nunca», en concreto «le endosamos un besazo al primero que nos ríe las gracias en Twitter», pese a que seamos capaces de «pasarse semanas no ya sin besar, sino sin intercambiar palabra» con nuestra pareja, padres, hijos y amigos más íntimos.

Ahora, a poco que uno esté en el mundo habrá «enviado y recibido besuqueos varios de medio planeta al cabo del día», señala la autora del artículo publicado en El País el pasado noviembre, para quien el beso se ha vuelto «un comodín de las normas de cortesía».

Luego, añade, se cruzan en el ascensor «besadores y besados» y se hacen los suecos, porque «una cosa es besarse de boquilla y otra mirarse a los ojos con exceso de confianza», ironiza.

En la prueba de Filosofía, un fragmento de Marx en ‘La ideología alemana’ asegura que la conciencia es «ya de antemano un producto social, y lo seguirá siendo mientras existan seres humanos», mientras que Kant, en su ‘Crítica de la razón pura’, plantea que la razón pura especulativa tiene en sí de peculiar «que puede y debe medir su propia facultad».

El pasado reciente de la historia de España, el advenimiento de las nuevas tecnologías que empiezan a conformar nuevos modos de relación social, junto con las cuestiones metafísicas que siempre han acompañado al ser humano, ponen así el broche de oro a la selectividad en Madrid, con textos que durante cuatro décadas han recogido lo viejo y lo nuevo, con sucesivos «guiños» para invitar a pensar a la juventud.