La investidura de Aragonés (ERC): Otro ‘Vietnam’ del independentismo

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 17.04.2021. El candidato de la ultraizquierda separatista ERC a la presidencia de la Generalidad de Cataluña, Pere Aragonès (c), asiste al acto que la extrema izquierda secesionista ERC celebró ayer en Barcelona para conmemorar el 90 aniversario de la proclamación de la «república catalana» en una «federación ibérica». Efe 

Efe – Un nuevo Gobierno de la Generalidad de Cataluña JxCat-ERC «sería un ‘Vietnam’ diario», pronosticó tras el 14F Joan Tardà, exportavoz republicano en el Congreso, un vaticinio que se está viendo confirmado anticipadamente: la negociación para la investidura de Pere Aragonès sigue encallada dos meses después de las elecciones. Barcelona (España), domingo 18 de abril de 2021.

La mayoría absoluta obtenida por las fuerzas independentistas -con 74 de los 135 escaños del Parlamento de Cataluña- parecía allanar el camino a la reedición de la coalición entre ERC y JxCat, con mayor implicación de la CUP en la gobernabilidad, pero la rivalidad crónica y la pugna estratégica entre los dos actuales socios del Gobierno de la Generalidad de Cataluña están convirtiendo la investidura de Aragonès en un nuevo pulso agónico.

Estas son las claves del bloqueo:

LÍMITE: 26 DE MAYO

El 14F, ERC obtuvo 33 escaños, uno más que JxCat, y según el pacto tácito entre independentistas corresponde a los republicanos la presidencia de la Generalitat, pero Aragonès ya acumula dos votaciones fallidas de investidura por la abstención de Juntos por Cataluña (JxCAT).

ERC cerró primero un acuerdo con la CUP, pero los 32 votos de JxCat son imprescindibles para investir a Aragonès, que esperaba ser elegido antes de la Diada de Sant Jordi, el 23 de abril, o antes del fin del estado de alarma, el 9 de mayo, fecha más verosímil.

JxCat ha aplazado su congreso extraordinario del 24 de abril hasta los días 7 y 8 de mayo, lo que permite pensar en un posible acuerdo previo a esas fechas, aunque el límite es el 26 de mayo: si en esa fecha no ha habido investidura, serán convocadas nuevas elecciones.

JXCAT: ¿DENTRO O FUERA?

Tanto el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, principal negociador de su partido, como la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y otras voces de este espacio han planteado la posibilidad de, si no hay acuerdo, investir a Aragonès y pasar a la oposición.

Es un escenario que abocaría a ERC a un débil Gobierno de la Generalidad de Cataluña en solitario, o con algún socio a su izquierda -la CUP o En Común Podemos-, aunque en las filas republicanas se percibe como un farol de JxCat.

De hecho, fuentes de JxCat consultadas por Efe ven «muy improbable» quedar fuera del Gobierno de la Generalidad de Cataluña y, de hecho, la consellera de la Presidencia, Meritxell Budó, ya se ha pronunciado públicamente a favor de que su partido esté en el futuro ejecutivo con ERC.

EL PAPEL DE PUIGDEMONT

Uno de los escollos iniciales para el acuerdo fue el papel que debe jugar en esta legislatura el Consejo por la República, espacio parainstitucional liderado por Carles Puigdemont desde Bélgica.

Aragonès ya advirtió en el discurso de su investidura fallida que no admitirá «tutelas», en alusión al Consejo por la República, y ERC y la CUP han pactado crear un espacio autónomo de coordinación entre las fuerzas independentistas, al estilo del ‘Estado Mayor’ del Proceso separatista que organizó en la sombra el golpe de estado separatista del 1 de octubre de 2017 (1-O).

La solución pasaría por crear este nuevo ‘Estado Mayor’ del Procés, para coordinar los próximos pasos del «procés», e insertarlo bajo el paraguas del Consejo por la República, sin arrinconar al golpista huido de la Justicia, Carles Puigdemont Casamajò (JxCAT).

EL RUMBO DEL «PROCÉS»

El acuerdo ERC-CUP prevé dar dos años de margen a la mesa de diálogo con España, para evaluar en 2023 sus frutos y decidir si se sigue por esta vía o se emprende un «embate democrático» que podría traducirse en otro referéndum de autodeterminación.

JxCat exige mayor concreción en el plan B y, en lugar de poner el énfasis en buscar una salida negociada con el Estado, en la que no confía, pide prepararse para retomar la vía unilateral para hacer valer el más del 50 % de votos a listas independentistas el 14F.

UNIDAD ESTRATÉGICA

Para evitar los enfrentamientos de la legislatura anterior, ERC y JxCat negocian constituir comisiones de seguimiento del acuerdo, para monitorizar su cumplimiento y sofocar posibles crisis.

¿Pero debe haber unidad de acción del independentismo más allá de un Gobierno de la Generalidad de Cataluña de coalición y del Parlamento de Cataluña? JxCat cree que sí, en cualquier ámbito institucional, para desplegar la hoja de ruta que se acuerde y para presionar al unísono a España, pero no lo ve igual ERC, que quiere disponer de margen de maniobra en Madrid.

ERC dispone de 13 escaños en el Congreso, más que todas las demás fuerzas independentistas juntas, y de hecho JxCat solo tiene cuatro diputados ya que rompió relaciones con el PDeCAT, que también tiene cuatro, por lo que los republicanos se niegan a supeditar a Junts su voto en cuestiones como los Presupuestos Generales del Estado o en leyes e iniciativas en los que pueden marcar perfil propio.