La propuesta del PSC sobre el Procés aparca ahora el «Derecho a decir» (autodeterminación) y pide «corregir» el Estatuto de Autonomía

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), AÑO 2019. El secretario de organización del PSC (PSOE) en la Comunidad autónoma de Cataluña, Salvador Illa Roca, durante una rueda de prensa de su formación en Barcelona. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Barcelona (España), domingo, 23 de enero de 2022. Del «derecho a decidir» -derecho a la autodeterminación, que había estado defendiendo desde los inicios del Procés- a una revisión del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 -recortado por el Tribunal Constitucional con la sentencia del 2010-. El PSC de Pasqual Maragall salió adelante una reforma de la «norma catalana», que posteriormente fue descabezada por el Congreso de los Diputados y enmendada por el Tribunal Constitucional. Desde entonces, los socialistas han puesto sobre la mesa varias propuestas para resolver lo que desde el PSOE Cataluña (PSC) llaman «encaje de Cataluña en España», y se han desdicho otras.

Y a nada queda del «derecho a decidir» (derecho a la autodeterminación) que representó Pere Navarro; y el nuevo primer secretario, Salvador Illa, situó sobre el tablero de 2022 una «corrección» del Estatuto de Autonomía como una vía para desarrollar el Procés, con «más autogobierno» y una «financiación justa».

La propuesta de reforma del Estatuto de autonomía de Cataluña, hecha por el PSC del expresidente del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Pasqual Maragall, abogaba por «definir Cataluña como una Nación» que forma parte de la «España plural» -plurinacional- «reconocida por la Constitución Española» y establecía la «voluntad de profundizar en el carácter federal, plurinacional, pluricultural y plurilingüístico de España», camino para que en Cataluña solo se estudie en catalán y nada de español/castellano en las escuelas.

Por último, el texto acabó apuntando que «Cataluña, como nacionalidad, ejerce su autogobierno constituida en comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y con este Estatuto de autonomía».

Se aprueba en el Parlamento de Cataluña y llega al Congreso de los Diputados, donde es recortado, y refrendado por la ciudadanía de Cataluña en 2006.

En 2006, José Montilla, como presidente de la Generalidad de Cataluña, acude a la Presidencia de Gobierno de España (La Moncloa) y alerta de la «desafección de Cataluña con España». Advierte de un «alejamiento irreversible», promovido por los socios de su propio Gobierno, es decir su propio Gobierno. Como presidente de la Generalidad de Cataluña, aspira a pactar «grandes temas de país (Cataluña)«, como el despliegue del Estatuto de Autonomía de Cataluña o las infraestructuras, y trabaja en un nuevo sistema de financiación.

El Tribunal Constitucional -a instancias de un recurso del PP- recorta el Estatuto de Cataluña con una sentencia que llega en el 2010.

Es entonces cuando el separatismo unto a la izquierda responde con la manifestación «Somos una nación. Nosotros decidimos», que encabezaron todos los presidentes vivos del Parlamento de Cataluña y los de la Generalidad, incluido Montilla (PSOE Cataluña), lo que dio el pistoletazo de salida a etapa decisiva del Procés hasta 2017, que acabó en varios golpes de estado separatistas: 20 de septiembre, 1 de octubre, 10 de octubre y 27 de octubre.

Justo después, en las elecciones del 2010 -que gana Artur Mas Gavarró (CiU)- los socialistas prometen «desplegar íntegramente el Estatuto de autonomía de Cataluña», pero también actuar para desarrollar «sin renuncia alguna» todo el potencial de autogobierno del Estatuto», desobedeciendo la sentencia del Tribunal Constitucional.

El PSOE Cataluña clama por una reforma de la Constitución, «con el necesario consenso, haciendo de España un verdadero Estado federal».

El PSC de Pere Navarro se presenta a las elecciones de 2012 con un programa favorable a un referéndum de independencia en Cataluña, siempre que sea «legal y acordado entre Gobierno de la Generalidad de Cataluña y Gobierno de España».

De hecho, llega a señalar que «nadie puede negar el derecho de Cataluña a decidir su futuro». Y rompen la «disciplina de voto» en el Congreso de los Diputados con el resto del PSOE en votaciones relativas a este asunto.

También pide un referéndum sobre el pacto federal, previa al referéndum de independencia en Cataluña.

Sin embargo, votan en contra de la proposición de ley para pedir el «traspaso de competencias para convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña» -diputados como Marina Geli, Núria Ventura y Joan Ignasi Elena se desmarcan-.

El debate sobre esta propuesta provoca una fuerte crisis en el PSC, que acaba partiendo la formación en una de sus mayores sacudidas internas. En paralelo, Navarro intenta de nuevo arrastrar al PSOE hacia posiciones más «federalistas» y «plurinacionales», e impulsa un encuentro de todos los líderes territoriales con la cúpula de Alfredo Pérez Rubalcaba en Granada.

La reunión, sin embargo, acaba con la firma de la Declaración de Granada, donde no se toca el encaje de Cataluña y España y se avanza sólo en algunos puntos como la mejora de la financiación y el reconocimiento de la singularidad de todas las autonomías, sin entrar en demasiados detalles.

Poco después, el derecho a decidir se cae del ideario socialista. La propuesta del PSC de Miquel Octavi Iceta Llorens (Miquel Iceta) pasa por una reforma constitucional federal, que recoja el carácter «plurinacional» del Reino de España y reconozca «la aspiración nacional» de Cataluña.

Más tarde, a las puertas del referéndum del 1-O, el PSC y el resto del PSOE firman la Declaración de Barcelona, ​​un documento en el que se apuesta por impulsar la subcomisión en el Congreso de los Diputados sobre la reforma constitucional.

En este texto se incluye de nuevo realizar un desarrollo normativo para recuperar el Estatuto de autonomía refrendado por Cataluña antes del recorte del TC. Entre otras cuestiones, el documento aboga por un «acuerdo de financiación, un Senado federal o el reconocimiento del catalán -como lengua vehicular en la escuela en Cataluña-, la cultura y los símbolos de Cataluña».

En las elecciones del Artículo 155 de la Constitución en Cataluña tras el golpe de estado separatista del 27 de octubre de 2017, los comicios del 21-D, Iceta pide mayorías amplias por un pacto de Estado para Cataluña que implique más autogobierno, mejor financiación y una España federal donde Cataluña se sienta cómoda, querida y respetada. «Ahora, soluciones», rezaba su lema.

Llegada Salvador Illa Roca

No hay grandes cambios con el programa con el que Salvador Illa se presenta en las elecciones catalanas del 14 de febrero de 2021 (14-F): «Diálogo dentro de la ley para resolver el Procés».

Quiere culminar los traspasos pendientes, revisar el sistema de financiación, una «reforma constitucional federal» que implique la transformación del Reino de España del «Estado de las autonomías en un Estado federal», y el «reconocimiento de las singularidades propias de las naciones o nacionalidades».

En una de las últimas intervenciones en las que Illa ha desplegado su proyecto, ha pedido una «mejora del autogobierno y una financiación justa». Y considera una anomalía que el Estatuto de autonomía vigente no sea lo que Cataluña refrendó. «Habrá que corregirlo», apuntó en una conferencia en Madrid en enero. Una de las vías pasaría por modificar leyes orgánicas en el Congreso de los Diputados.

En una intervención en la XXI Escuela de Invierno del PSC, en febrero de 2007, Iceta se anticipaba al papel que jugaría el partido si el TC emitía una sentencia desfavorable en el Estatuto de autonomía de Cataluña.

«Seguiremos trabajando», defendía, «pensaremos en otros caminos que tenemos abiertos: impulsando la reforma del Senado y de determinadas leyes orgánicas, o favoreciendo la presencia de personas con sensibilidad autonómica en el TC. Haremos lo necesario para alcanzar los objetivos que nos hemos marcado».

Años después, Illa lo vuelve a situar sobre la mesa como solución al Procés.

El conjunto de propuestas que han nacido en el seno del PSC desde Maragall han intentado que el «encaje de Cataluña en España» -en palabras de los dirigentes dle PSC- fuera posible, cómodo y avanzara en la «federalización y plurinacionalidad» de España.

Pero a menudo se han topado con el muro del resto del PSOE, del Congreso de los Diputados o del Tribunal Constitucional animado hasta la irrupción de VOX en la política española solo por el PP. Con VOX ya en el mando -porque pronto el PP no podrá gobernar en ninguna región o Ayuntamiento importante dle país sin el apoyo de los de Santiago Abascal Conde- las cosas se complican aún más para el PSC y sus aliados en Cataluña.

Ahora, con las propuestas del nuevo líder del PSC, Salvador Illa roca, en un terreno menos conflictivo y ambicioso, está por ver si el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) podrán conseguir su objetivo frente a un VOX cada día más robusto, según encuestas.