La situación de interinidad de facto en Madrid supone un brusco paréntesis en la legislatura aún en los Tribunales

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 04.12.2019. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d) y su vicepresidente Ignacio Aguado (i) durante el pleno de la Asamblea este jueves. Efe

Efe – La decisión de Isabel Díaz Ayuso de detonar su coalición con Ciudadanos en Madrid y convocar elecciones ha dejado un rastro de tierra quemada a su paso, haciendo saltar por los aires la mitad de su Gobierno y su proyecto de presupuestos para 2021, y acelerando los procesos de rearme de la izquierda. Madrid (España), sábado 13 de marzo de 2021.

Bajo el pretexto de evitar que se reprodujera en Madrid la moción de censura impulsada en Murcia por el PSOE y Cs contra el PP (finalmente frustrada), Ayuso disolvió la Asamblea, convocó elecciones y cesó a todos los consejeros de Ciudadanos, incluido el exvicepresidente Ignacio Aguado.

Sin embargo, la convocatoria electoral, prevista para el 4 de mayo, está en el aire a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid resuelva este fin de semana el recurso de la Mesa de la Asamblea de Madrid, que admitió a trámite dos mociones de censura contra Ayuso de PSOE y Más Madrid tras la firma del decreto.

La situación de interinidad de facto supone un brusco paréntesis en la legislatura, ya enturbiada por la pandemia, y dejará secuelas por todo el escenario político madrileño.

NI PRESUPUESTOS NI LEYES

De entrada, la operación del PP deja en el aire millones de euros: los de los presupuestos para 2021 que estaban en plena negociación, los del Plan de Rescate para autónomos, empresas y familias que Ciudadanos anunció y que quería incluir en las cuentas públicas, o las partidas pendientes de aprobar en ayudas directas a la hostelería, entre otras.

Aguado ha asegurado que justo el miércoles, cuando Ayuso apretó el botón electoral, iban a reunirse para cerrar los presupuestos con VOX, aunque el nuevo portavoz del Gobierno, Enrique Ossorio, negó el jueves este extremo, y dijo que era la fecha tope que se había puesto para enviarlos a la Asamblea sin acuerdo.

Más allá del presupuesto de 22.371 millones de euros que ya habían elaborado el PP y Cs, distintos sectores económicos han expresado su preocupación por la incertidumbre que puede surgir en cuanto a la captación de los fondos europeos covid y la gestión de las ayudas a autónomos y pymes que aprobó el viernes el Gobierno central.

Desde el Gobierno autonómico, ahora monocromo, insisten en que el cese de los consejeros de Ciudadanos no deja nada a medias, porque el Ejecutivo sigue trabajando «normalmente» al no estar en funciones, aunque recalcan que habrá que mantener los presupuestos prorrogados.

GOBIERNO PLURIEMPLEADO Y SIN CONTROL

Ayuso ya ha dejado claro que su objetivo es gobernar en solitario, y por lo pronto lo hará durante los próximos dos meses, ya que el Gobierno sigue adelante sólo con los miembros del PP, que han asumido las carteras que llevaban sus ya excompañeros de Ciudadanos. Es decir, que sigue habiendo las mismas consejerías, pero la mitad de consejeros.

El más ‘pluriempleado’ será el hasta ahora consejero de Educación y Juventud, Enrique Ossorio, que también asume las competencias de Ciencia, Universidades e Innovación y las de Cultura y Turismo, y a quien además le ha caído la ‘pedrea’ de la portavocía del Gobierno.

Destaca también el caso del consejero de Sanidad y responsable de la lucha contra la pandemia en Madrid, Enrique Ruiz Escudero, que se encargará de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad.

La concentración de atribuciones no es el único rasgo atípico en esta nueva vida del Ejecutivo madrileño: operará además libre de control parlamentario alguno, al estar disuelta la Asamblea.

LA OPOSICIÓN, A CONTRAPIÉ

Al otro lado de la ecuación queda una oposición a la que esta convocatoria electoral ha pillado a contrapié, fundamentalmente en los grupos a la izquierda del hemiciclo, inmersos en procesos de rearme y obligados ahora a hacerse valer ante el inesperado plebiscito convocado por Ayuso.

El primero en mover ficha ha sido el PSOE, que tras meses y meses de rumores sobre el posible reemplazo de Ángel Gabilondo como portavoz parlamentario ratificó el viernes al exministro de Educación como candidato a la Comunidad.

Serán los terceros comicios para un Gabilondo que buscará reeditar la agridulce victoria de 2019, cuando la aritmética parlamentaria elevó a Ayuso a la Presidencia e hizo irrelevante el triunfo socialista en las urnas.

Si el PSOE opta por el continuismo, Más Madrid está abocado a todo lo contrario. Lo que en 2019 era una plataforma recién formada y encomendada al tique electoral Manuela Carmena-Íñigo Errejón es ahora un partido que ya no cuenta con ninguno de esos dos rostros y acaba de dotarse de estructuras internas.

La candidata será la líder regional del partido y portavoz adjunta en la Asamblea, Mónica García, que durante la pandemia ha sido el rostro de la formación -en su condición de médico- para arremeter contra la política sanitaria de Ayuso.

No hay visos de que pueda haber una coalición entre Más Madrid y Podemos, que a su vez debe decidir si revalida la alianza con IU y si deja la candidatura en manos de su portavoz parlamentaria y candidata en 2019, Isa Serra, o el líder regional del partido, Jesús Santos.

Por último queda VOX, ya en ‘modo campaña’ y perfectamente posicionado, de la mano de Rocío Monasterio, para ser el socio afín que Ayuso no encontró en Ciudadanos.