La ultraizquierda: «Queremos acoger a los inmigrantes en España. No a las expulsiones en caliente»

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 20.06.2020. Miembros de Amnistía Internacional participan en un acto simbólico llamado #RefugioEnFase0 con motivo del Día Europeo de las Personas Refugiadas en la plaza de Callao en Madrid este sábado para defender los derechos de las personas refugiadas y migrantes, ante la dramática e insostenible situación que atraviesan miles de personas en todo el mundo. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Un grupillo de simpatizantes y miembros de la organización de ultraizquierda, que apoya a los presos golpistas del Procés en Cataluña y se hace llamar «Amnistía Internacional», junto a entidades pro inmigración ilegal, han protestado este sábado en Madrid  a favor de la 2acogida» masiva de los inmigrantes ilegales y de la regularización de los inmigrantes ilegales en nuestro país, bajo el estatuto de «refugiado». Los asistentes de extrema izquierda han exhibido pancarta con mensajes como «Madrid (España), queremos una ciudad de acogida» o «Europa, basta de muerte (de los inmigrantes ilegales) en el mar Mediterráneo» Otros ultraizquierdista han rechazado la expulsión de los inmigrantes en España: «España, no a las deportaciones y expulsiones en caliente». Madrid (España), sábado 20 de junio de 2020.

Bajo la etiqueta «#RefugioEnFase0″ (refugio en fase 0), en referencia a la desescalada d confinamiento por la pandemia del covid 19 en nuestro país, se han dirigido también a la Unión Europea. Los pro inmigración ilegal quieren que España acoja también a los inmigrantes que lleguen a las costas de Malta e Italia, como hace Alemania y Francia.

Con motivo del llamado «Día Europeo de las Personas Refugiadas», un invento de los criminales que intentan cada día controlar el pensamiento de las poblaciones mundiales promoviendo la destrucción de la civilización europea y su fortaleza basada en el cristianismo y la familia, los miembros de la organización que apoya el golpismo en Cataluña, «Amnistía Internacional», se han concentrado en la plaza de Callao en Madrid este sábado para «defender los derechos de las personas refugiadas e inmigrantes», ante lo que han considerado «dramática e insostenible situación que atraviesan miles de personas en todo el mundo». 

14.000 inmigrantes ilegales piden el estatuto de «refugiado en España»

Con este estatuto, España se encargaría de todos los gastos: alquileres, comida, escolarización de sus hijos, salarios, etc. hasta que puedan trabajar o encuentren un trabajo en nuestro país.

 Este sábado, 20 de junio, se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas con 140.000 solicitudes de asilo pendientes hasta el 31 de mayo en toda España.

Además, desde que se decretó el estado de alarma, no se han podido formalizar solicitudes de protección internacional ya que es necesario hacerlo de forma presencial. Con la nueva normalidad, a partir del domingo, podrán comenzar los trámites correspondientes.

La crisis del coronavirus ha dejado estancadas vidas de los inmigrantes que llegaron a España en busca de protección internacional, como las de Amelia, José Andrés o Daniel, que estos meses han vivido con miedo al contagio pero también con incertidumbre por su futuro.

Inmigrantes africanos, rusos, georgianos, colombianos o venezolanos

«Llegamos a España el 25 de febrero. Salimos de Venezuela porque, bueno, la situación allí es mundialmente conocida, y queremos avanzar y estar a salvo. No queremos estar parados sin hacer nada ni depender de nadie», cuenta Amelia quien, además, ha padecido la covid.

El Centro Temporal de Acogida para Solicitantes de Asilo de Vallecas, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, ha sido el lugar donde ha permanecido confinada junto a su familia.

En una parcela situada entre la carretera de Villaverde y la avenida del Mayorazgo se distribuyen 300 casas prefabricadas que han sido refugio para Amelia y decenas de personas durante el estado de alarma.

Las casas, de 60 metros cuadrados, tienen tres habitaciones, cocina, salón y un baño compartido entre ocho o doce personas que proceden en su mayoría de América Latina, sobre todo de Venezuela y Colombia, pero también de Rusia, Georgia, Costa de Marfil o Senegal.

Con sólo 19 años, José Andrés llegó desde Venezuela el pasado 27 de febrero y aunque para él el confinamiento no ha sido «demasiado duro» reconoce que la situación es «desesperante». Echa de menos a su familia y se preocupa por cómo les afectará la pandemia.

«Sólo espero poder regularizar mi situación en España, poder hacer una vida aquí y que tras el estado de alarma todo se normalice y pueda solicitar mi protección oficial, pero aún no se nada», lamenta, mientras mira el móvil esperando que su madre le conteste los mensajes.

En la casa contigua vive Daniel Toro junto a sus hijos Ryan y Maikel, de 21 y 24 años respectivamente, y su hermana Amalia, quienes «dan gracias a Dios» por haber podido acceder a este recurso, en el han decorado las paredes de su salón con carteles de feliz cumpleaños porque pronto serán algunos de sus aniversarios.

Daniel afronta con miedo la posibilidad de acabar en la calle, sin dinero y con el riesgo al contagio. En Colombia han dejado a parte de su familia que, además de con el virus, tienen que vivir con la violencia sistemática en su país.

«Tuvimos que huir. Llegamos aquí y nos vemos encerrados entre cuatro paredes sin poder hacer nada por mejorar nuestra situación. Hay días que me agobio y otros que doy gracias por poder tener un techo encima de la cabeza», dice Daniel.

La coordinadora del centro temporal de acogida de Vallecas, Sonia Sánchez, comenta a Efe que la crisis del coronavirus ha sido «complicada» en este lugar, que ha aplicado los protocolos y medidas sanitarias y ha modificado la modalidad de trabajo para evitar los contagios.

Sólo ha habido cinco casos confirmados de coronavirus entre las 800 personas que han pasado por el centro desde que se decretó el estado de alarma.

Este lugar es la «primera puerta de entrada» para poder acceder posteriormente a las instalaciones del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que es la administración encargada de ofrecer una acogida estable a los solicitantes de asilo.

«Ha habido y hay mucha incertidumbre. Una vez que se pueda solicitar la carta blanca (la justificación de la solicitud de protección internacional previa a la tarjeta roja, que es la vía para acceder a permiso de residencia y trabajo) será un poco mejor, pero se han vivido situaciones difíciles», confiesa la coordinadora del centro de Vallecas.

Recalca además que los solicitantes de asilo han estado «confinados en otro país, lejos de sus familias, con personas que no conocían y con culturas distintas», pero a pesar de ello «todo el mundo ha asumido la situación y no ha habido conflictos».

Para la asesora jurídica de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Elena Muñoz, el futuro es «poco halagüeño» para las personas solicitantes de asilo.

Con la nueva normalidad, dice, se abrirán las fronteras, lo que dará la posibilidad de huir no sólo del coronavirus sino también de «los virus del hambre, la pobreza y la violencia» que se habrán visto más embravecidos si cabe por las consecuencias de la pandemia.